Los mitos son uno de los pilares principales sobre los que se fundamenta el estudio etnológico de cualquier civilización y del ser humano en general. Puesto que no se trata de historias ficticias arbitrarias, inventadas con una función meramente estética, sino que tienen un trasfondo ontológico que es imprescindible para explicar y comprender la visión que del mundo tiene un determinado grupo humano.
La función del mito es plural: por una parte comprende la realidad al tiempo que la aprehende. Conocer el mito significa, por tanto, estar en posesión del conocimiento y tener las herramientas necesarias para controlar y cambiar el mundo. Su valor va más allá de la visión reduccionista que pretende oponerse al logos, como una forma de conocimiento arcaica, propia de los pueblos primitivos, anterior al triunfo de la razón.
El mito de Aquadine
Dicho de otra forma. Gracias al mito, el mundo se deja aprehender en cuanto Cosmos perfectamente articulado, inteligible y significativo. Al contar cómo fueron hechas las cosas, los mitos revelan por quién y por qué lo fueron y en qué circunstancias. Y juegos como Aquadine demuestran el verdadero valor del mito dentro de cualquier sociedad, otorgándole el lugar que bien merece aún en nuestros días y aún en el moderno mundo occidental.
A este respecto, mediante una novela visual ambientada en un escenario que se inspira mucho en Venecia y que está protagonizada por Robin Liyun, un joven que empieza a trabajar como gondolero a tiempo parcial tras la hospitalización de su madre y que vive una especie de doble vida. Un día, tras terminar uno de sus tours nocturnos, una voz misteriosa le atrae y descubre a uno de esos seres mitológicos presentes en numerosas culturas. Y aun cuando, en cuanto le ve, se zambulle y desaparece.
Esto le hace pensar que la antigua Aquadine en realidad existe. Porque de entre las muchas leyendas clásicas que hay en el título de marras – algunas de ellas bellísimas y evocadoras – ninguna goza de la lozanía de la ciudad sumergida
Mitos y leyendas: Sirenas desde el fondo del mar
El mito de las sirenas es uno de los más antiguos y también uno de los más versionados, formando parte de distintas mitologías del planeta. Distintos relatos que aparecen representados en objetos muy antiguos, incluso previos al surgimiento y consolidación de las fábulas griegas.
En origen, el mito de las sirenas representaba a estas criaturas como tres entidades en una. Eran peces de la cintura para abajo, aves en el torso y tenían cabeza de mujer, casi siempre con largas cabelleras. Si bien, poco a poco se simplificó esa apariencia y terminaron mostrándose con la mitad del cuerpo de mujer y la mitad de pez.
Desde el fondo del mar, Aquadine profundiza en uno de los mitos más antiguos. Tanto es así que tiende más a enfocarse hacia la trama y a la caracterización, y no tanto a la interacción. Los puntos de precisión son sobre todo una narración similar a la de una novela tradicional auspiciada por un conjunto de elementos que hace que la experiencia sea más cercana al jugador, puesto que estos elementos que son principalmente visuales y sonoros facilitan la creación de imágenes mentales sobre los sucesos que se narran.
En otras palabras, es casi como un estilo literario al uso y el juego que protagoniza estas líneas usa este recurso como telón de fondo para contarnos una historia propia de la adolescencia. Una historia en la que los protagonistas tienen que enfrentarse a una realidad nada esperada.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por PR Hound.