Cuando nos sentimos desorientados en algún momento de nuestra vida, la oscuridad se adueña de nuestro día a día. Lo que antes disfrutábamos ahora ha dejado de tener sentido y, con ello, aparecen sentimientos de tristeza e incapacidad que nos incomodan, al mismo tiempo que incrementan la presión que comportan las expectativas. El entorno que nos rodea, incluso, puede perder el color si ese estado de ánimo deprimido se extiende a lo largo de un período prolongado.
Por otra parte, en la ficción la lluvia suele simbolizar una pérdida y, muy frecuentemente, constituye el origen de los sentimientos que acabamos de describir. En relación con esto, un ambiente sombrío nos da la bienvenida en Lost Dream: Darkness, un título de Morning Shift Studios que nos pone en la perspectiva de un zorro que ha perdido el rumbo y que debe encontrar el motivo por el que ha llegado ahí.
Nuestro lugar en el mapa
A modo de walking simulator, Lost Dream: Darkness trata de investigar un escenario, a priori, conocido, pero que está tan cambiado que apenas reconocemos. La lluvia opaca casi toda pista posible, de modo que perdemos toda referencia sobre el mundo que nos rodea. Sin embargo, una luz más o menos llamativa es lo único que nos guía hasta el final, topándonos con solo una alternativa posible de avance.
Lo que empieza con una lúgubre lluvia –y niveles bajísimos de brillo en la pantalla–, deja paso a un bosque y una pradera, entre otros, que van ganando luminosidad y detallismo. Asimismo, cada escenario es único dentro del juego, con elementos que discriminan correctamente las zonas separadas por una pantalla de carga, y bastante amplios.
Aun así, los paisajes resultan algo parcos, limitándose a la repetición de unos pocos elementos que, sin un punto de referencia exacto que seguir, llegan a resultar confusos. Por este motivo, será necesaria cierta dosis de concentración para no perder el norte y caminar hacia la dirección correcta.
En tierra de nadie
La paleta de colores en las zonas más luminosas da pie a contrastes que bien se prestaría a regocijarnos en la aventura. Pero, a pesar de que tenga lugar alguna bonita estampa, Lost Dream: Darkness no consigue conectar con la persona a los mandos para que esta explore el mundo a sus anchas. Ya que, si lo hacemos, corremos el riesgo de perdernos y dar más vueltas de las necesarias para llegar al final del nivel.
Solo unas escasísimas líneas de diálogo del zorro que controlamos nos darán un indicio de que vamos por buen camino, aunque estas solo se limitan a reflejar lo extraño que está el tiempo meteorológico y a recalcar que ir hacia la luz es sinónimo de avanzar en el juego. Además, nuestro animal será capaz de saltar y atacar. Pero paradójicamente, la necesidad del salto es anecdótica, y el ataque, incluso, es un control que no llegamos a utilizar en ningún momento.
Aunque el final del juego nos incite a alguna que otra reflexión, lo cierto es que puede llegar a dejarnos un tanto fríos. Buscando una posible explicación, el presente título pertenece al universo de experiencias Lost Dream por parte también del desarrollador en solitario a cargo de Morning Shift Studios. Quizá el aspecto de la escasa contextualización de la entrega Darkness mejore si tenemos en consideración los cuatro títulos que se han lanzado hasta la fecha –el primer Lost Dream, y los relacionados Memories y Stars–.
El principio del fin
Tradicionalmente se relaciona al zorro con la inteligencia. No obstante, Lost Dream: Darkness no pretende ponernos contra las cuerdas en ningún momento; más bien al contrario. Nos ofrece una experiencia contemplativa en la que avanzar para, en cierto modo, conectar con quienes verdaderamente somos.
Sin afán de gustar a todos los públicos, el título que nos ocupa es una pequeña pieza de un proyecto más grande que nos entretendrá durante alrededor de una hora. Sencillo y un tanto hueco a la vez, este Lost Dream: Darkness puede ser ese juego que nos permita perdernos entre el mar de obligaciones, responsabilidades y presiones que supone la rutina diaria.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Nintendo Switch facilitada por Ultimate Games.