Trinity Trigger

En un mundo en constante evolución con episodios que nos atemorizan, los humanos tratamos de comprender el sentido de la vida y lo hacemos moviéndonos en un oscilante eje entre el caos y el orden. Con este escenario previsible, tratamos de surfear como podemos, con una tendencia natural a buscar nuestra “zona de confort”, es decir, aquello que creemos que es más seguro y nos protege del caos. Y en esto, como en casi todo, nos equivocamos.

Si analizamos separadamente las dos categorías (orden y caos), veremos que al final son espacios complementarios. El orden es el territorio explorado fruto de nuestro decurso vital, donde todo está en su sitio. Donde las reglas son conocidas y aceptadas; donde nuestras expectativas se ajustan a nuestras experiencias.

El orden es estabilidad y rutina. Pero ese orden sin el caos acaba aprisionándonos, limitando nuestro potencial de crecimiento, infrautilizando nuestros recursos, conduciéndonos a un lugar que nos resulta frustrante y vacío, carente de significado, aunque no queramos reconocerlo por el peso de la superestructura ideológica. Al final, es precisamente en el espacio “caórdico”, adonde obras como Trinity Trigger, de FuRyu, Xseed Games y Meridiem Games, encuentran el camino para transitar desde la apatía o el desinterés, hacia la creación y el sentido de pertenencia.

La elegancia del clasicismo

A este respecto, por medio de una propuesta cargada de fantasía en la que encarnamos a Cyan, un joven a quien los dioses le han encargado la dura misión de encarnar al Guerrero del Caos, que ha de enfrentarse al Guerrero del Orden en ineludible combate. Así, se embarcará en una gran aventura para desafiar al destino y salvar Trinitia.

Una aventura con una premisa argumental que no puede ser más clásica: tres personajes deben emprender un viaje para devolver el equilibrio al mundo y, de paso, batallar desentrañar los misterios de Trinitia. Si bien esto es algo que ya hemos visto mil veces y las primeras horas no son nada prometedoras, tenemos que admitir que el desarrollo de Trinity Trigger ha conseguido sorprendernos, tanto por lo oscuros y dramáticos que resultan los guiones de ciertos capítulos como por las auténticas locuras que hace el juego durante los últimos compases, construyendo de paso algunos momentos muy épicos y emocionantes además de obligarnos a realizar una serie de cosas muy inesperadas para poder seguir avanzando.

Un gran dinamismo en combate

Donde el título consigue enganchar desde el primer momento es en su sistema de combate, estamos ante un juego de rol y acción clásico, las luchas suceden en tiempo real, y el sistema de control recuerda de sobremanera clásicos como Legend of Mana. Bajo esta premisa, y desde un punto de vista lateral se suceden los enfrentamientos. Lo cierto es que cuesta un poco cogerles el punto a las mecánicas, el sistema de esquivas y ataques está anclado en el pasado, pero pasado poco tiempo estarás totalmente integrado con el mismo y te será difícil no cogerle cierto cariño.

Asimismo, el título de marras valora de sobremanera nuestras fortalezas y debilidades mediante un sistema de combate que responde a las debilidades y resistencias de los enemigos, y que están relacionadas con las armas que hacen únicos a los personajes que conforman esta aventura. La expresión ensayo y error, también conocida como prueba y error, es un método en el que todo se reduce a experimentar, fracasar y seguir intentándolo en la medida de lo posible. Y la obra que nos ocupa es un estudiante que hace bien sus deberes en ese aspecto, pues nos obliga a aprovechar con astucia la rueda de armas en combate, cambiando entre los diferentes tipos de arma sobre la marcha.

Dicho de otra manera, Trinity Trigger se inspira en los emblemáticos RPG de los años 90, pero al mismo tiempo, este nos obliga a escoger con muchísimo cuidado cuándo atacamos con todo y cuándo es mejor mantenernos a la defensiva. Por supuesto, todo esto se ve apoyado por un sistema de armas simplemente espectacular gracias a la ayuda de unas extrañas criaturas que reciben el nombre de Triggers y con una profundidad vertiginosa, permitiéndonos adquirir nuevas técnicas, hechizos y pasivas.

Una mirada al pasado que no renuncia al futuro

Siempre polémica, la nostalgia en los videojuegos es un lenguaje expresivo que ha desarrollado sus propias características a través de un grafismo que se inspira en el pasado, pero que lo modifica y afina en la medida de lo posible. En ocasiones, puede volverse en contra de los jugadores en forma de recuerdos, pero el resultado, en los mejores casos, son juegos hechos con técnicas y planteamientos reflexivos.

Con unos personajes perfectamente detallados y una historia que tiene mucho que decir, Trinity Trigger funciona a base de hacer girar los resortes de la nostalgia, convirtiéndola en protagonista de un videojuego moderno, pero también sabe abrirse camino en momentos complicados. Y a eso se le debe otorgar el protagonismo que merece.

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital.

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