Los colores componen una parte del vocabulario más básico que aprendemos. Y no es para menos, si tenemos en cuenta la cantidad de significados de los que pueden ser dotados. Resulta obvio pensar en el ámbito artístico y de la creación, en la armonía de colores en función de sus compatibilidades y en el producto que resulta de su mezcla; sin embargo, en un plano mucho más cotidiano, el espectro de colores puede formar parte de un sistema de categorías, por ejemplo, a la hora de tomar apuntes.
Este código que puede tener una base conocida y común –como usar el rojo para acciones a evitar o prohibiciones y el verde para acciones con consecuencias positivas–, en ocasiones tiende a ser personal y aleatorio, conformando un acertijo imposible de resolver a ojos ajenos. Teniendo en cuenta las categorías que pueden surgir de cada color, las posibilidades son casi infinitas.
Y a partir de esta última idea es de donde surge Colored Effects, un juego de puzles desarrollado por TACSOU en el que su mecánica nuclear es dotar a cada color de una habilidad distinta.
Coloreando que es gerundio
Detrás de la aparente sencilla puesta en escena que define a Colored Effects, se esconde una profundidad que no se ve a simple vista. El título que nos ocupa es un juego de puzles distribuidos por niveles que se superan consiguiendo varias gemas que nos permiten abrir el acceso a la puerta final. Para llegar a este punto, será necesario empaparnos del plataformeo de cada nivel para llevar a cabo los pasos pertinentes.
Sin embargo, también nos vemos abocados a combatir contra unos jefes que no dejan de lado las plataformas ni los puzles. Dichos jefes, cada uno con un color único y característico, serán los responsables de que adquiramos más habilidades, ampliando, por ende, la gama de colores que dominamos.
Porque sí, la magia de Colored Effects reside en las habilidades que aprendemos tras cada batalla. Teniendo cualidades idiosincrásicas, serán únicas de cada color, por lo que solo podremos poseerlas de una en una y sin tener opción a combinarlas ni a cambiar entre ellas siempre que queramos pulsando un botón.
De esta manera, cada habilidad se relaciona con diferentes acciones que repercuten directamente en el entorno. Por ejemplo, con el color rojo lanzamos una suerte de balas capaces de destruir obstáculos, con el morado podemos traspasar paredes y con el amarillo nos deslizamos rápidamente, creando un rompecabezas que juega también con las caídas y el movimiento para llegar a determinadas plataformas.
Espectro de colores, espectro de diversión
Aunque podamos quedarnos atascados en cómo desempeñar los pasos de algún nivel, Colored Effects nos acompaña en todo momento, sin presionarnos de manera temporal. Esto es, este juego no cuenta con ningún temporizador que nos aboque a un desarrollo rápido de la acción. Y, al contrario que otros títulos de Flynn’s Arcade que hemos analizado en esta web, este elemento no le hace ninguna falta. Entre otras cosas, porque las habilidades tienen un período de recarga entre usos, por lo cual se restaría agilidad si nuestro objetivo fuera el speedrun.
Por otra parte, Colored Effects cuenta con una dificultad paulatinamente ascendente, provocando cada vez más que el nivel completado signifique una pequeña gran victoria. Especialmente porque llega un momento en que la táctica que hemos llevado a cabo durante escenarios anteriores deja de ser efectiva y porque la estrategia alternativa que nos parece más adecuada se transforma en un callejón sin salida. Así, quedamos expuestos a un más que evidente ensayo y error si no queremos comernos la cabeza más de la cuenta.
Este último hecho será toda una realidad una vez se habiliten unos niveles en los que se añada el hecho de tener que alcanzar la puerta final en más de una ocasión, tantas como colores haya en el nivel. Esta variable propicia que juguemos y alternemos más que nunca con las habilidades, aumentando, del mismo modo, los puntos muertos existentes. A pesar de todo, se consigue una correcta accesibilidad al menos a los mandos para quien esté jugando por quedar claro en todo momento qué se puede hacer y qué no.
Y colores en el viento descubrir
Haciendo uso de unos escenarios minimalistas que van de la mano de la vistosidad, Colored Effects logra que el pequeño personaje que controlamos sea solo el vehículo de la acción, dejando el verdadero protagonismo a unos colores que son la clave del juego. Además, contando que el juego tiene en su haber decenas de niveles, no sentimos que se hagan repetitivos.
Percibiéndolos por el sentido que pensamos más esencial para darle a eso de los videojuegos, los colores de Colored Effects nos proporcionarán una diversión sobre todo visual que pondrá a prueba nuestra capacidad de razonamiento con rompecabezas cada vez más complejos pero justos.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Flynn’s Arcade Publishing.