Clash II

A todo el mundo le gusta llevar a cabo gestas heroicas. Por desgracia, escasean bastante, además de estar en una forma física aceptable e ir pertrechado, a ser posible, de una banda de alegres mercenarios con los que luego habrá tortas por el botín. Mucho jaleo para la atacada sociedad moderna, donde lo de salvar reinos condenados ya no se estila. La buena noticia es que los juegos de rol nos pueden hacer sentir como héroes de leyenda por unas horas sin tener que jugarnos el físico ni movernos del asiento. Y si además son videojuegos, resultan un vehículo estupendo para contar grandes historias, algo que se viene llevando a cabo desde hace décadas.

Por otro lado, el propio género ha cambiado mucho desde sus inicios a esta parte en lo que es su vertiente occidental. Los juegos de rol no son para todo el mundo, esto ya es algo sabido, pero un juego de rol para ordenador procedente de los años ochenta lo tenías que coger con ganas. No todo el mundo estaba dispuesto a pasar buena parte del rato de ocio que pensaba invertir frente a la pantalla tomando notas y, sobre todo, dibujando mapas para evitar perderse en unas aventuras que se ofrecían bastante a menudo en primera persona a través de mazmorras con forma de laberinto.

Viendo los juegos de hoy en día, bastante más accesibles, puede parecer un fastidio, pero los usuarios de espíritu aventurero dispuestos a embelesarse por una buena épica al final lo encontraban de lo más gratificante.

Un ejemplo de este tipo de este tipo de juegos lo tenemos en Clash II, una obra que presenta una fórmula fruto de la combinación acertada a partes iguales de la gestión y el combate en un emplazamiento de fantasía.

Más fantasía medieval

El desarrollo jugable de Clash II es el común a muchos juegos que conocemos actualmente. Hablamos de dos ramas igualmente importantes, como la gestión y el combate, y la primera está, como decíamos antes, repleta de decisiones que tomar. Tratándose de un juego de estrategia por turnos podemos tomarnos cada una de ellas con toda la calma del mundo, echando un vistazo a nuestros recursos en cuanto a oro, materiales o tropas, y descubrir qué nos conviene más en cada situación.

A lo largo y ancho del mapa controlamos a nuestras tropas, comandadas por un Héroe (es posible reclutar más durante la partida para cubrir más terreno) el cual tiene sus limitaciones en forma de distancia a recorrer cada turno. En estos descubrimos vetas de oro, minas o suerte, enemigos, y por supuesto, castillos, cuya conquista es el fin último del juego. Pero no todo es explorar, ya que con todo lo conseguido por nuestro héroe (o héroes) tendremos que comenzar a hacer de nuestro castillo una fortaleza inexpugnable.

Y es que con la limitación de no solo los recursos, sino también el tiempo -no podemos construir el mismo día varias estructuras aunque tengamos suficiente oro o materiales-, debemos edificar una taberna, una granja y más edificios, además de torretas y defensas para el castillo. Porque después de todo, evidentemente, el nuestro también es objetivo de los ejércitos enemigos.

Gloria a la estrategia por turnos

Por otra parte, el combate no podría parecer más sencillo, a priori. En el lado izquierdo, nuestras tropas; en el derecho, las enemigas, llevándose a cabo por turnos estrictos. Sin embargo, no es tan sencillo como elegir a qué objetivo atacar y ya está, sino que quienes ataquen cuerpo a cuerpo tendrán que tomarse algún turno para acercarse al enemigo, o por contra defender a una unidad especialmente valiosa… Y al igual que decíamos antes, la IA no va a tomar una mala decisión, sabiendo perfectamente lo que tiene o no tiene que hacer, al contrario que nosotros, que como humanos, estamos continuamente expuestos al error.

Hay que sumar un aspecto que le añade más dificultad a este Clash II. Sí, más aún, y es que antes de cada combate no sabemos a qué cantidad de tropas, y de qué tipo, nos vamos a enfrentar. En efecto, afrontaremos una batalla sin saber si será un paseo por el parque o un suicidio, y las consecuencias en caso de ser esto último pueden ser definitivas para el resto de la partida, así que un consejo: guardad la partida siempre antes de cada combate.

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PC facilitada por PR Outreach.

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