A lo largo de la historia del videojuego, hemos visto como multitud de obras se han diversificado en pos de crear nuevos géneros tan populares y extendidos como el metroidvania. Si bien, el sub género Musou es único en su especie, pues la práctica totalidad de los títulos han sido desarrollados por una misma compañía: Omega Force, siendo Dynasty Warriors uno de los buques insignia. Una saga que, irónicamente, comenzó siendo un juego de lucha al más puro estilo Soul Calibur, pero esa es una historia que merece ser contada en otra ocasión.
Al tratarse de un género bastante singular, la definición de lo que son los Musou depende en cierta medida de la interpretación que llevemos a cabo. Sea como fuere, si tratas de explicar a alguien lo que es, lo mejor que puede decirse es que se suelen caracterizar por sus niveles a gran escala llenos de enemigos, una lista considerable de personajes jugables y una experiencia claramente inspirada en el fenómeno de la acción más desenfrenada. Lo que queda es una experiencia en la que aparecemos en una sección del mapa desde la que abrirnos paso con el fin de capturar más y más bases enemigas.
Son muchas las propuestas que han tomado para sí esta máxima, pero todavía más las sagas que han alcanzado nuevos horizontes. Creada originalmente como una serie spin-off de la saga antes nombrada, Samurai Warriors dejó a un lado la clásica China del “Romance de los tres reinos” para así ambientarse en el Japón feudal, en la era Sengoku, un periodo de constantes batallas, un caos donde nadie y todos gobernaban, y que vuelve a ponerse de manifiesto en esta quinta entrega, Samurai Warriors 4 DX, una experiencia en la que por el control del país.
Un rendimiento que da la talla
Al igual que Dynasty Warriors, la serie Samurai Warriors siempre ha arrastrado una serie de carencias visuales desde prácticamente sus inicios. Al fin y al cabo, que toda obra que se precie tenga que lidiar con cantidades demenciales de soldados enemigos a los que se tienen que hacer frente, es algo que normalmente va a traer consigo una serie de consecuencias. La más llamativa es el popping, con elementos que desaparecen en cuanto nos alejamos un poco, además de unos modelados bastante modestos y clónicos, pero eso ya es marca de la casa. Por suerte, la tasa de fotogramas por segundo es bastante estable y no es habitual encontrarse con ralentizaciones que estropeen la experiencia de juego.
Porque al final, si lo que os gusta es batallar; si disfrutáis verdaderamente con ello; podéis estar más que de enhorabuena. Para bien y para mal, Samurai Warriors 4 DX es un Musou, lo cual significa que participamos en batallas a gran escala contra hordas de enemigos que tenemos que machacar mientras cumplimos pequeños objetivos de recuperar bastiones, acabar con rivales concretos y otro tipo de menesteres. El período Sengoku, que significa literalmente “periodo de los estados combatientes”, es un periodo muy largo y caracterizado por las luchas para ver quien se hacía con el poder y el control del país del sol naciente.
Por ende, el juego que protagoniza estas líneas sabe trasladar ese sentimiento de gran guerra desde un primer momento, por lo que la elección de un Musou es más que adecuada.
Aun con todo, haremos algo más que usar la fuerza de las tormentas, el viento implacable que tumba al árbol más grande, para hacer volar a todo un ejército. Después de todo, el combate no solo reside en machacar botones sin ton ni son, ya que a todo esto hay que sumar un sencillo sistema de combos, del mismo modo que un puñado de habilidades que podemos equiparnos y que permite lanzar poderosos ataques que causan estragos por doquier, que transforman este Samurai Warriors 4 DX en algo parecido a un Hack and slash.
Al final, la obra de Omega Force ofrece una experiencia de juego especialmente ágil que también puede ser disfrutada en compañía, manifestando una propuesta para la determinación de la competitividad para aumentar la motivación en el fragor de la batalla.
La sensación de poder
Bajo la promesa de ofrecernos decenas de horas de juego, Samurai Warriors 4 DX sabe cómo ofrecer contenido a mansalva. A este respecto, por medio de combates frenéticos contra miles de enemigos, así como extensas secuencias cinemáticas que sirven para que nos empapemos de la historia y de las diferentes relaciones auspiciadas por un puñado de personajes diseñados con un toque sumamente japonés.
Ambientada nuevamente en el periodo Sengoku, la obra desarrollada por la gente de Omega Force usa la sensación de poder como baza ganadora, una capacidad de control sin límites sobre el resto de mortales que reivindica un estatus de divinidad de forma instantánea. Así pues, si os resulta difícil desfogar vuestra ira, es posible que este Samurai Warriors 4 DX sea un buen remedio terapéutico para superar un mal día.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Steam facilitada por Koei Tecmo Europe.