Cosmic Paradox

Puede que los matamarcianos ya no sean como los que vimos en los años 80, dado que han contado con una transformación y evolución constante del concepto mismo del videojuego. Si bien, hay algo realmente genuino en la obra que nos ocupa, su conservadurismo, ya que pone de manifiesto una atmósfera similar a la de juegos como los Space Invaders y también subraya con mucho acierto el valle de la desesperación cuando el cambio parece imposible y nuestras posibilidades de victoria brillan por su ausencia.

Es una obra que busca de forma desesperada una solución a nuestra soledad interior enfrentándonos a una fuerza imparable. Por lo demás, Cosmic Paradox: Noire es una obra que confía plenamente en la memorización vertical de los puntos exactos en los que aparecen los distintos obstáculos. Una obra en la que recogemos varios potenciadores para aumentar nuestra capacidad de fuego a bordo de una nave de alta velocidad, evitando chocar contra balas y enemigos en primer plano.

¿Un matamarcianos para la nueva generación?

Son fundamentos que apenas se han tocado en más de 40 años de historia y que tampoco necesitan ser cambiados, sobre todo en un terreno que a día de hoy se ha vuelto sumamente fértil. Todo está intacto en este Cosmic Paradox: Noire y eso se traduce en una experiencia que se distingue del resto de sus congéneres, cuyas pautas son mucho más contemporáneas. Después de todo, es exigente de una manera muy distinta a la que podemos ver en juegos de acción más desenfrenados y los desafíos que tanto profesa se basan en lo que se ha hecho antes. Concretamente, a través de frases cortas y una acción con dificultad creciente.

Hay un loable esfuerzo en procurar que se rentabilice el producto por medio de una buena duración, si bien, tampoco debemos olvidar que el ensayo y error es una de las técnicas de aprendizaje más extendidas y naturales. Una técnica que los shoot’ em up tienen como máxima, pues su manera de entender el término duración viene auspiciada por una exposición que retrata la muerte como una musa ineludible.

En otras palabras, discutir sobre dificultad extrema es algo que le viene como anillo al dedo al género en cuestión. Por supuesto, Cosmic Paradox: Noire no es la excepción que confirma la regla. Completar la aventura principal no debería llevarnos más de 30 minutos, si bien, es una obra concebida para ser superada una y otra vez y si incluimos la expresión hacer morder el polvo todo queda dicho. Porque el fracaso forma parte del proceso de aprender cómo ganar y os aseguro que vais a fracasar muchas veces hasta ver la pantalla de los créditos finales.

El regreso de los matamarcianos

Muchas obras del medio han demostrado a lo largo del tiempo que el infierno es un lugar de tormento eterno. A partir de una puesta en escena muy conservadora, Cosmic Paradox: Noire nos acerca ese infierno gracias a un ejercicio de puro masoquismo, un gran lago de fuego administrado por hordas de naves extraterrestres que son capaces de someternos hasta convertirnos en ceniza.

Asimismo, es la reivindicación de 40 años de historia compuesta por un frenesí de disparos, una llama que manifiesta su pasión y que ha acabado constituyendo la industria del videojuego

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PlayStation 4 & 5 facilitada por PressEngine.

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