“Relájate”.
Probablemente no haya habido nadie que se haya relajado después de escuchar esto. Resulta común encontrarse con la pregunta: ¿cómo relajarme? Puesto que, en el mundo agitado y demandante en el que vivimos hoy en día, es posible enfrentar muchas situaciones que sobrepasan nuestras capacidades.
¿Y qué mejor que eso que acudir a todos esos juegos que nos permiten evadirnos y que nos mandan a los mundos de yupi? Juegos en cuyos mundos podemos desconectar y dejar a un lado nuestros problemas, que tienen el potencial no solo de representar la realidad, sino también de moldear la susodicha a través de simulaciones. Porque eso es lo que han conseguido obras como Animal Crossing y su última iteración: New Horizons, sobre todo por su afán de establecer relaciones interpersonales entre varias personas basadas en emociones y sentimientos, en el interés por las actividades sociales, las interacciones funcionales y formas colaborativas.
Es una obra que se ha erigido como un lugar de paz al que escapar de las tensiones, ofreciendo una sensación de libertad total para el jugador en un mundo de ficción que funciona con las mismas reglas que la realidad sin perder la imagen de bienestar.
Sencillez y relax
Tampoco se quedan atrás propuestas como la que protagoniza estas líneas, Garden Witch Life, de FreetimeStudio y SOEDESCO, una obra en la que tenemos que cuidar de nuestro propio jardín mágico, decorar una antigua casa del árbol, cuidar de criaturas entrañables y, de paso, hacer amigos. Una obra en la que encarnamos a una brujita de la gran ciudad que acaba de perder su trabajo, si bien, en las segundas oportunidades se demuestra la madurez y el amor que uno puede sentir, por lo que podremos empezar de cero en una pequeña isla llena de sazones.
También cobra importancia el cómo enfrentamos la soledad. Lo que implica ser un adulto en un nuevo ambiente lejos de casa, y cómo se gestionan esas emociones desde fuera. pueblo, o que, al abandonar el juego durante una larga temporada ya se haya marchado. Porque, aunque pueda parecer algo totalmente absurdo, genera un enorme sentimiento de frustración en la vida real.
Un ambiente que transmite energía positiva
¿Por qué triunfa? Por su propuesta, aparentemente sin conflictos, casi relajante que te permite dejarte llevar por la creación de una comunidad a la que, después de dedicarle horas y horas, la sientes como algo propio. Y ese sentimiento de propiedad lleva a los jugadores a intentar probarse a sí mismo hasta dónde pueden llegar. No hay dos partidas iguales. No hay dos mundos iguales. Así que ese componente de personalidad atrapa aún más. Su sencillez a la hora de controlar el personaje y realizar actividades también logra esa agradable experiencia. Como no hay violencia, la mente puede estar tranquila, y más en estos momentos.
La paz y la tranquilidad es extrapolable al propio mundo ficcional del juego. Una isla con árboles, ríos, playas de arena blanca y aguas cristalinas, que invita al usuario a explorarla e interactuar con todas sus oportunidades jugables. La jugabilidad va en sintonía. No hay extensas combinaciones de botones ni interminables tutoriales para cada actividad, de ahí que la dificultad sea prácticamente inexistente una vez se haya aprendido para qué sirve cada acción.
De la misma forma, Garden Witch Life, al igual que los videojuegos de simulación social, no presenta una historia en el sentido literal de la palabra, aunque sí tiene determinados personajes que, sobre todo al principio, sirven de guía al usuario para que este pueda sacarles partido a todas las posibilidades jugables ofrece la isla. De forma que el juego tiene una retronarratividad en la que el usuario crea su propia historia y un gameplay basado en la recolección de recursos con los que poder construir el propio relato.
La amplia variedad de actividades hace que el jugador deba imponerse una rutina para poder participar en ellas en su conjunto. En general, si atendemos a su escasa dificultad y no implicar partidas de varias horas diarias, el juego que protagoniza estas líneas es una propuesta de ocio destinada a todo tipo de jugadores, desde los más acérrimos a los videojuegos, pero sobre todo para los más ocasionales, quienes no invierten mucho tiempo jugando y entienden del videojuego como un tipo de entretenimiento más.
Independientemente del tipo de usuario que uno sea, esta es una propuesta interactiva en la que, como en otros juegos, los jugadores pueden compartir sus narrativas con otros, así como participar en las ajenas. La narrativa es un consumible que se disfruta compartiendo y comunicando.
Una sensación inherente de paz
Al final, en Garden Witch Life, somos algo más que los dueños de un jardín mágico. Somos un grupo constructor con muestras de vitalidad y de impulso para hacer de la isla en la que nos encontramos un lugar mejor. A través de un ambiente que transmite energía positiva, con colores frescos y suaves, perfectos para manifestar ambientes veraniegos, nos embarcamos en un viaje para conectar con el yo interior.
La clave reside especialmente en mantener una actitud positiva, para así obtener un ambiente compartido y comunicativo. Uno mediante el cual aprender a ser felices. Esa es la máxima de Garden Witch Life: la comunión y felicidad.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PlayStation facilitada por Tesura Games.