WARRIORS

Una muerte tras otra, asumiendo la derrota sin que ésta nos haga soltar el mando. Aprendiendo a jugar, no a memorizar niveles endiabladamente difíciles. En los últimos años hemos podido disfrutar de un abanico muy variado de títulos que se engloban dentro del término paraguas roguelike. Además, muchos de ellos han tenido un importante despunte en popularidad, como es el caso de The Binding of Isaac en 2011, Darkest Dungeon en 2015 o Slay the Spire a finales de 2017. Incluso, en los últimos dos años, títulos tan sonados como Hades encajan dentro de esta denominación.

Todos estos juegos son tan diferentes entre sí que podría costar comprender que se encuentren dentro del mismo género, si no fuera por la ambigüedad y amplitud del término roguelike. Se trata de títulos en los que podemos encontrar niveles generados de forma procedural y muerte permanente, lo que sin duda suena a la combinación perfecta para sacar de quicio al jugador a base de frustración.

Sin embargo, la magia de los roguelike reside fundamentalmente en que, gracias a su casi increíble equilibrio, no lleva a la persona a los mandos a querer soltarlos para siempre, sino a agarrarlos con más fuerza e intentarlo de nuevo. Incluso algunos se atreven a rizar el rizo apostando por combinar el género de marras con otros no tan populares, rompiendo con todo lo establecido gracias a sus mecánicas.

Tal es el caso de WARRIORS: Abyss que es, en esencia, la combinación entre un musou y un juego de mazmorras generado de manera procedimental y con muerte permanente. Un juego que ofrece una nueva manera de jugar los títulos de Warriors al combinar la emocionante sensación de las luchas de 1 contra 1000 con elementos roguelite, como niveles y objetos generados aleatoriamente y la capacidad de mejorar los personajes a través de sus decisiones.

Descenso a los infiernos

La muerte permanente y la repetición constante son dos de los motivos por los que gran parte del público general no termina de conectar con el género roguelike. Sin embargo, WARRIORS: Abyss hace grandes esfuerzos para establecer mecanismos de progresión concretos y tangibles que no solo aplacan un poco la frustración de perder una partida, sino que en ocasiones incluso nos hacen buscarla.

Llegar más lejos que nunca en un intento de escapada no solo nos hará ilusión por la mejora en nuestras habilidades y nuestros conocimientos que conlleva, sino por pensar en las cosas que descubriremos a medida que nos adentremos más y más en lo desconocido y personajes como Emma, el Rey del Inframundo, se hagan eco de nuestra hazaña con sus comentarios mordaces.

Usando distintos tipos de objetos que encontramos en nuestras incursiones al infierno desbloquearemos nuevas habilidades así como la posibilidad de activar tácticas únicas que mejorarán nuestro equipo al completo, permitiendo experimentar con un sinfín de estrategias dependiendo de las combinaciones y acciones escogidas.

A pesar de que la progresión constante de personaje y universo es uno de los elementos que hacen al juego mucho más amable, y que ayudan a que jugadores no tan adeptos al género o a su característica elevada dificultad puedan disfrutar de WARRIORS: Abyss, también se llevan por delante, en ocasiones, la cierta sensación de justicia que los mejores títulos del género llevan por bandera.

Sentiremos que hemos avanzado, que hemos mejorado un poco en cada intento; pero, por otro lado, si por nuestra habilidad o por una combinación de habilidades particularmente afortunada, avanzamos un poco más rápido de lo que la curva de dificultad del juego considera normal, sentiremos en muchas ocasiones que hemos perdido no porque hayamos jugado mal, sino porque el juego todavía no nos ha facilitado las estadísticas u opciones necesarias para vencer las últimas fases.

Al final, dependerá de gustos: el planteamiento de la dificultad de WARRIORS: Abyss hace el juego más accesible a corto y largo plazo, pero al mismo tiempo puede frustrar a los jugadores más expertos por la sensación de que fracasamos porque el juego todavía no considera que hemos jugado y desbloqueado lo suficiente como para tener éxito.

Acción y adrenalina procedimentales

Fracasar, por tanto, no es solo una parte del aprendizaje en WARRIORS: Abyss, sino que es una parte esencial del disfrute del juego. Quizás porque fracasar no tiene penalizaciones tan grandes como podríamos esperar, y porque en ocasiones incluso tiene recompensas explícitas, algunos detalles de su combate que, personalmente, no terminan de funcionar para mí parecen menos graves.

Con todo esto podemos concluir que, a pesar de que quizás WARRIORS: Abyss no sea lo que esperan los jugadores más versados del género roguelike, en él encontramos muchísimos más aciertos que errores, y su característica más envidiable: el mismísimo infierno es aquí un lugar en el que siempre apetece estar, un hogar, a ratos inconfundiblemente bonito, a pesar de la lava y de las almas atormentadas.

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Nintendo Switch facilitada por Koei Tecmo Europe.

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