Entre las criaturas místicas que existen en el folclore, el zorro de nueve colas es famoso por su intrigante mezcla de atributos positivos y negativos.
En diversas leyendas y creencias, existen perspectivas contrapuestas sobre la naturaleza del zorro de nueve colas. Algunos lo perciben como una criatura seductora que atrapa a individuos desprevenidos con su belleza antes de causarles daño o incluso la muerte. Por otro lado, hay quienes lo ven como un ser benévolo que ayuda a las personas en momentos de necesidad.
En la tradición japonesa, son seres mágicos que alcanzan su máxima forma tras mil años de vida. Cada cola adicional representa un incremento en su poder y sabiduría, y cuando un zorro alcanza su novena cola, su pelaje se vuelve dorado o blanco, reflejando su estatus divino. Estos zorros son conocidos por su habilidad para transformarse, su inteligencia y su capacidad para escuchar y ver eventos de todo el mundo.
Mientras que los zorros en Japón suelen tener una naturaleza ambivalente, a veces como protectores y otras como embaucadores, en China y Corea, sus equivalentes (huli jing y kumiho) tienden a ser más malévolos. El contraste es evidente: el kumiho coreano, por ejemplo, se asocia con la seducción y el engaño, mientras que el zorro japonés puede ser un guardián fiel o incluso un aliado poderoso.
Todo esto ha terminado permeando la cultura del país durante siglos, desde antiguos relatos orales hasta el manga y el anime contemporáneos. Incluso videojuegos como Yasha: Legends of the Demon Blade, un juego de rol de acción con elementos de fantasía y mecánicas roguelite, que cuenta la historia del Rey de los Demonios, el “Zorro de Nueve Colas”, cuya invasión del mundo humano ha destrozado años de paz entre humanos y demonios.
Una buena mezcla de ideas y géneros
A nivel jugable Yasha: Legends of the Demon Blade es una extraña mezcla. Las fases están planteadas como si fuera una especie de roguelite estilo The Binding of Isaac o Nuclear Throne (o el clásico Diablo, que es bastante anterior a los otros dos ejemplos), esto es, niveles generados de manera procedimental que son diferentes en cada partida, y donde nos encontramos con diferentes tipos de habitaciones, algunas son de paso, otras tenemos que usar algún tipo de habilidad para superarlas, otras de combate.
El sistema de combate, por mucho lo más destacado, nos puede recordar bastante al de un juego de acción RPG. Así, cada uno de los personajes que conforman la aventura que nos ocupa pueden usar ataques normales, fuertes, esquives y parries, aunque estos últimos son más complejos de realizar.
Ahora bien, uno de los problemas del juego viene con la creación de los niveles. A diferencia de otras tantas propuestas, los niveles son algo más grandes que el área que cubre la pantalla, y esto combinado con que tenemos bastante espacio por recorrer entre habitación y habitación provoca que la tensión del juego aparezca de manera puntual, especialmente al principio de la partida.
Si esto lo mezclamos con la repetición de enemigos, ya que realmente no hay una variedad demasiado elogiable (al menos durante los primeros compases), y con unas armas a las que les cuesta bastante mostrar su personalidad o utilidad diferencial, acabamos encontrándonos con que en algunos momentos seguiremos avanzando la partida porque realmente tiene otros factores interesantes como la historia o el apartado visual, lo cual es una lástima. A nivel de dificultad lo cierto es que empieza bastante sencillo, pero poco a poco se va complicando, aunque le cuesta un tiempo el empezar a presentar verdaderos retos.
Luces y sombras en un roguelite más que solvente
Yasha: Legends of the Demon Blade es un juego que intenta hacer cosas interesantes, pero que a la vez no consigue convertirse en un producto redondo, si bien, todavía es pronto para llevar a cabo un veredicto, puesto que esta demostración jugable solo abarca los primeros compases de una aventura que promete dar muchas horas.
Su tono, arte (una fauna loable compuesta por toda clase de animales mitológicos), música y dinamismo destacan por encima de cierta falta de reto y variedad, de manera que al final el resultado es positivo, pero sin llegar a convertirlo en un juego sumamente recomendable entre los aficionados a los juegos de acción.
Estas primeras impresiones han sido realizadas gracias a una clave digital facilitada por PressEngine.
