La catástrofe nuclear de Chernóbil ha sido uno de los sucesos más cruentos e impactantes de la historia moderna de la humanidad que cambió el mundo tal y conocíamos el 26 de abril de 1986, día en el que el reactor 4 de la central nuclear Vladímir Ilich Lenin explotaba provocando el peor accidente nuclear visto hasta la fecha.
Como suele ocurrir con cualquier gran suceso de la humanidad, el accidente de Chernóbil ha servido como fuente de inspiración para numerosas películas, series (con un rotundo éxito en HBO) y, por supuesto, videojuegos como Chernobylite 2: Exclusion Zone, una obra en la que asumimos el rol de Cole Grey, un exmilitar atrapado en esta realidad distópica donde el destino de la humanidad está ligado a una misteriosa sustancia llamada Chernobylite, una fuente casi inagotable de energía que puede dar a la humanidad la llave para muchos descubrimientos que hasta ahora solo podíamos imaginar.
Si bien, todo esto tuvo un costo, y eso fue la pérdida de parte de nuestra humanidad, así como el motivo por el que se desarrolla una historia amparada en la ciencia ficción.
Un viaje entre realidades paralelas
Chernobylite 2: Exclusion Zone nos ofrece una fusión que aúna mecánicas de supervivencia, gestión, rol y sigilo combinándolas de una forma que resulta desigual, algo de lo que adolecen en muchas ocasiones los títulos tan ambiciosos como este que quieren abarcar tantos géneros o mecánicas diferentes.
De esta manera, a medida que vayamos avanzando, iremos acumulando más y más recursos, generando así una falsa sensación de seguridad, pero no tardaremos en percatarnos que no nos encontramos solos en este mundo. Uno nunca debe olvidar que el peligro puede acechar en cada esquina y Chernobylite 2: Exclusion Zone es una obra que expone los límites de la confianza y la desconfianza en contextos más simples o extremos. Se dice que la máxima aspiración de todo ser humano es encontrar la felicidad, una cualidad que debería unirnos por encima de cualquier otra particularidad que pueda destruir esta unión, y para ser felices y sentirnos completos necesitamos relacionarnos socialmente y vivir en comunidad.
Sin embargo, en el título que nos ocupa, la colectividad, salvo excepciones, se nos viene abajo, dado que el instinto de supervivencia, esa habilidad que tenemos todos a la hora de adaptarnos a los imprevistos de la existencia con el objetivo de seguir vivos, acaba imponiéndose. El mundo está repleto de seres que no dudarán en atacarnos, y pese a que es posible que, en las ocasiones más inesperadas, nos encontremos con aliados inesperados, la naturaleza primigenia de este Chernobylite 2: Exclusion Zone es una sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
Una y otra vez, el juego se encarga de que perdamos la fe en la humanidad, como en la vida misma.
Chernobylite, una fuente casi inagotable de energía
Chernobylite 2: Exclusion Zone es una experiencia llena de pequeños momentos desiguales, dado que todavía le faltan demasiados componentes al tratarse de un Early Access. Nuestro periplo es como un sueño, ya que cuando morimos despertamos, en otra ilusión que nos permite experimentar la realidad. Es difícil de cuantificar el número de horas que vamos a estar inmersos en la propuesta pertinente, puesto que disponemos de un mundo lleno de peligros de todo tipo que se interpondrán en nuestro camino constantemente en una empresa no apta para principiantes.
Marcarnos pautas para explorar y construir varios refugios, así como adentrarnos en zonas inexploradas para investigarlas, es algo que va a tenernos atrapados durante horas y horas.
De todas maneras, la durabilidad de esta aventura reside sobre todo en cuantas horas de entretenimiento puede ofrecernos y cuán satisfechos vamos a estar al finalizar la sesión. Al fin y al cabo, cada tipo de propuesta ofrece unos hábitos radicalmente distintos, y los contendientes pertenecientes al género de supervivencia están compuestos especialmente por una comunidad. Lo que prima es asegurar que esta última tenga motivos para volver al susodicho y el título desarrollado por The Farm 51 no ofrece, por ahora, los suficientes incentivos para que queramos abrazar una proposición amparada en una violencia omnipresente e institucionalizada.
Estas impresiones han sido realizadas gracias a una clave digital de PC facilitada por PR Outreach.