Cumplir años no siempre va de la mano de cumplir sueños. Lo primero es inevitable; lo segundo, en muchas ocasiones imposible. Nuestro ritmo de vida, las obligaciones propias de la adultez y la consiguiente falta de energía impiden muchas veces que nos paremos a pensar en nuestros mayores deseos, especialmente si sentimos que perseguirlos no conllevará ningún beneficio. La opción de guardarlos en el trastero para no dejarlos salir puede suponer un alivio a corto plazo, pero la resignación, la ambición y la falta de confianza pueden provocar que, a la larga, se conviertan en pesadillas.
Sin embargo, existen sueños que se cuelan en nuestro subconsciente y nos acompañan cada noche, aunque luego no los recordemos. Esos que al cumplirlos, a pesar de que no supondrían un cambio directo en nuestras vidas, nos conferirían un sentimiento de autorrealización capaz de hacernos reflexionar sobre el rumbo que estamos tomando. Bajo una premisa de ensueño, Onirike, el nuevo título de DevilishGames, nos traslada a un mundo alejado de la realidad, o quizá no tanto, en el que la ilusión es lo único que necesitamos para sobrevivir.
Sueños olvidados, sueños rotos, sueños realizados
Haciendo uso de una estética de fantasía, el juego que nos ocupa se encarga de guiarnos a través de los terrenos del orbe tomando el control de Prieto, un ser que forma parte de un extraño circo en el que cada personaje solo parece tener una única y repetitiva meta en la vida. Expulsar fuego por la boca, practicar el encantamiento de serpientes o acumular bienes son algunas de las pasiones de nuestros semejantes, poco dados a la interacción y, mucho menos, a la cooperación.
Ante este panorama, apenas existen criaturas que estén dispuestas a echarnos una mano, y no es hasta que nosotros movemos ficha que el universo decide ponerse de nuestra parte. A pesar de vivir cada noche como si fuera la única, debido a la imposibilidad de Prieto de almacenar recuerdos, este es capaz de ayudar a un particular payaso cuyo títere mueve los hilos por los dos. Fruto de esta acción, y a causa de haber ayudado a, probablemente, el ser más sabio del circo, empieza nuestra aventura.
Teniendo como objetivo encontrar y llegar hasta el Pozo de las Realidades, a lo largo y ancho de nuestro periplo nos encontramos con zonas como el Mar de dudas o la Boca del lobo, además de terroríficos escenarios tales como un cementerio, mediante los cuales nos hacemos una idea de la simbología que nos ofrece Onirike. Y es que no solo asuntos como la muerte o la incertidumbre copan nuestro subconsciente, sino que todos guardamos remordimientos concernientes a la falta de iniciativa o a la impulsividad de nuestras acciones a la hora de afrontar algunas situaciones. Ahora, lejos de ser algo enmendable a día de hoy, nuestra única solución es convivir con ello.
La ilusión de vivir nuestro propio sueño
Tomando esto último como referencia, en ocasiones nos imaginamos la vida como un videojuego de decisiones, en el que se abren diversas líneas temporales y se cierran caminos al paso de unas alternativas duales, pero rara vez la visualizamos como un título de mundo abierto. Llevar a cabo una determinada elección no nos cierra ninguna puerta, pues la línea recta o los atajos no son el único modo de llegar a la meta. Esto es algo que Prieto sabe muy bien, pues dejará totalmente en nuestras manos el orden en el que investiguemos las tierras del orbe.
Así, tendremos que recorrer la totalidad del mapa y revisitar escenarios si queremos reunir los fragmentos de la llave del Pozo de las Realidades. Para ello, contamos con el poder de invisibilidad de nuestro protagonista, una habilidad muy versátil que vuelve la aventura más accesible, especialmente porque los devoradores de almas harán todo lo posible para que nuestra exploración no sea un camino de rosas. Envidiosos de nuestra determinación, estos enemigos no dudarán en quitarnos de en medio si nos cruzamos en su campo de visión.
No obstante, permanecer invisible durante demasiado tiempo nos hará desaparecer y caer en el olvido. Para combatir esto, Onirike nos propone transformarnos en expertos jardineros a partir del cultivo de la gypsophila, una planta que simboliza la ilusión y que nos devuelve a un estado corpóreo para que podamos seguir interactuando con el entorno. Pudiendo ser recogida durante el día y plantada por la noche al mismo tiempo que viajamos a través del orbe, estos ciclos permiten que Prieto recuerde cada paso que ha dado.
Aun con todo, a causa de controlar a uno de esos personajes mudos que tanto nos gustan, necesitamos a alguien que nos relate la historia por él. Así pues, complementando a los objetos propios de cada una de las diferentes zonas y a las relaciones establecidas por algunos seres, una narradora -que, además de en inglés, nos habla en castellano- nos contará las vivencias y pensamientos de Prieto, suponiendo un equilibrio entre ser partícipes del videojuego pero también de un cuento.
Con una pizca de realidad
Recordándonos las expectativas que teníamos cuando éramos pequeños sobre el mundo de los adultos y cuántos sueños planeábamos cumplir, DevilishGames se encarga de mostrarnos que nuestra actitud es clave en el afrontamiento de la realidad, y que nuestros actos acarrean una serie de consecuencias, muchas de las cuales no podemos prever ni, por tanto, prevenir. Y lo hace planteando una estrategia entre el paso del tiempo y nuestra presencia que, lejos de convertirse en un aspecto estresante, nos permite salvar los obstáculos y explorar nuestros deseos de una forma relajada.
De esta manera, Onirike nos ofrece una experiencia cargada de ilusión, una ilusión que puede hacernos crecer como personas. Porque, independientemente de las situaciones por las que hayamos pasado, siempre existe una luz y un motivo por el que seguir adelante, sin contar que incluso en la más profunda oscuridad podemos ver y sentir cosas que nos enseñen a observar la vida desde otro prisma. En resumidas cuentas, solo sacando a relucir nuestra verdadera naturaleza lograremos brillar con luz propia.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital en PC facilitada por DevilishGames.