Mega Man, el bombardero azul, Rockman… Por muchos es sabido que este personaje cibernético salido de la mente de Capcom es un clásico entre los clásicos. Sobre la superficie, se trata del clásico juego de plataformas de desplazamiento lateral, pero su diseño lo puso en otra categoría, sobre todo si nos amparamos en su acercamiento único y especial a la acción centrado en el combate con armas.
Con un diseño único y atrayente, uno que puso de manifiesto decenas de niveles tradicionalmente difíciles que no permitían el más mínimo despiste, no es de extrañar que la saga que nos ocupa haya cosechado una masiva afluencia de iteraciones que se han extendido hasta el día de hoy. Y aunque el robot creado por el doctor Thomas Light ha experimentado un puñado de altibajos a lo largo de su vida por no ser capaz de adaptarse a las posibilidades del mercado contemporáneo, no se puede negar lo grande que ha sido su importancia.
Tanto es así que muchos imitadores han tratado de copiar su estilo y sistemas de juego. Muchos han fracasado en el intento, pero títulos como Metaloid: Origin son capaces de llenar el hueco con forma de robot azul en nuestros corazones.
Sistema de progresión y exploración
Un nivel, mapa, área, etapa o zona en un videojuego es algo que viene auspiciado por una serie de detalles técnicos y artísticos que determinan la forma en la que jugamos. En otras palabras, los escenarios deben transmitir una sensación de avance natural y otorgar plena credibilidad a los retos que vayan surgiendo. Así pues, un videojuego con un buen diseño de niveles proporciona una experiencia de inmersión, una experiencia agradable, y también un objetivo que resulta agradable.
Es evidente que Metaloid: Origin se mantiene fiel al diseño básico de la saga Mega Man y que ofrece los movimientos de siempre, desde una acertada capacidad de desplazamiento hasta acción a mansalva contra cientos de enemigos en pantalla. De igual forma, también potencia la verticalidad de los escenarios en pos de ofrecer diferentes tipos de posibilidades. A este respecto, un conjunto de elementos jugables relacionados con la exploración que acaban siendo capitales en el desarrollo de la aventura y que otorgan una interesante perspectiva a la forma de encarar los distintos desafíos que se nos presentan.
Al fin y al cabo, la obra desarrollada por la gente de RetroRevolution posibilita explorar espacios y escenarios de la forma más creativa posible. Es más, invita a que los juguemos en repetidas ocasiones hasta haber descubierto el último recoveco, puesto que cada uno de los personajes que podemos controlar tiene varias mejoras y habilidades exclusivas que se adquieren a cambio de la moneda que hay en el juego.
La importancia de la influencia
Por muchos es sabido que nuestro cerebro está programado para “rendirle culto” a las celebridades debido a que capturan nuestra imaginación con el fin de querer saber todo sobre ellas. Disfrutamos a través de las mismas y fantaseamos con poseer lo mismo que tienen algún día. Al ver todo el recorrido que ha llevado a cabo Mega Man, se nota que Metaloid: Origin da mucha importancia a aquello que la primera ha conseguido durante más de 30 años de historia.
De un desarrollo humilde y sin demasiadas pretensiones, la obra que nos ocupa decide jugar todas sus bazas interviniendo en el sistema de progresión y en el diseño de los niveles. Y aunque en ocasiones estos últimos pueden alargarse en exceso, recorrerlos es extremadamente placentero y gratificante, ya que reverberan sobre sí mismos un pasado inmemorial.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PlayStation 4 facilitada por EastAsiaSoft.