Se podría decir que los conflictos son una parte indisociable de la humanidad; de la humanidad y de prácticamente cualquier forma de vida. Desde nimias discusiones familiares hasta eternas guerras entre territorios, toda criatura está dispuesta a luchar por lo que es suyo. Nadie quiere dar el brazo a torcer sin ganar algo a cambio, pero ante este tipo de situaciones, aun con todo, hay seres dispuestos a atajar de raíz estas disputas, independientemente de que suponga su propio sacrificio.
Con la férrea voluntad de preservar unas futuras generaciones educadas en la armonía, Flynn: Son of Crimson nos propone encarnar a ese héroe que conseguirá acabar con la Calamidad que amenaza su tierra natal. Por eso, a través de un periplo que pondrá a prueba nuestro compromiso para con nuestros semejantes, Studio Thunderhorse confía en nuestro buen hacer al tomar el control de Flynn con el objetivo de hacer frente a la discordia en la que se ve personalmente inmerso.
El límite del bien y del mal
En las obras audiovisuales de ficción estamos acostumbrados a presenciar la unión entre dos especies distintas. Obras como Final Fantasy VI, Yu Yu Hakusho o Steven Universe nos han mostrado las consecuencias de no ser una criatura genéticamente pura y las odiseas en las que se han visto envueltos sus protagonistas para conseguir algo tan básico como es la supervivencia. En este caso, Flynn: Son of Crimson sigue la misma estela y nos ofrece un protagonista mudo con un poder oculto en su interior y que, sin lugar a dudas, deberemos despertar.
Con unas pinceladas de la historia que se van mostrando a medida que avanzamos, el primer desafío lo hallamos al interponernos en el camino de nuestra hermana. Siendo defensora del particular lado oscuro de este título, no tendremos más opción que enfrentarnos a ella en repetidas ocasiones para dejar claro hacia qué lado se inclinará la balanza, conformando un tira y afloja de poderes que no dejará títere con cabeza.
Sin embargo, a pesar de que en la mayor parte del juego solo contamos con poco más que nuestros recién adquiridos poderes, todo nuestro periplo se inicia cuando debilitan a Dex, una guardiana con forma de perro gigante. Como pieza clave para combatir la Calamidad, todo girará en torno a recuperar los espíritus que acompañaban a Dex, pues de ello depende también que nosotros adquiramos nuevo armamento ofensivo que nos ayude en la aventura.
Una danza que nos invita a luchar
Abandonar el nido no es tarea fácil, pero una vez sales a ver mundo, rara vez quieres volver al hogar. Y más si es para protagonizar un llamativo plataformas como Flynn: Son of Crimson. Esto es, para encontrar los espíritus y recobrar las energías de Dex recorreremos una serie de escenarios, en forma de niveles, repartidos en una suerte de mundos, unas zonas muy bien diferenciadas entre sí. A lo largo de estas regiones, nos cruzaremos con distintos tipos de habitantes y con enemigos que se volverán cada vez más fuertes a medida que nosotros también lo hacemos.
Porque Flynn también cuenta con un árbol de habilidades, gracias al cual mejoramos tanto nuestra vitalidad como nuestro poder ofensivo mediante un rutinario cambio de gemas. Este último se descompone en magia, con sus respectivo aumento de potencia en sus diversos tipos, y en el modo Crimson, un modo en el que desatamos toda nuestra fuerza, aprendiendo nuevos movimientos y combos que, por consiguiente, incrementarán nuestra capacidad de destrucción.
Para salir victoriosos de los enfrentamientos, especialmente de las batallas contra jefes, será vital aprender los patrones de ataque de los enemigos, por lo que haremos bien en aplicar el dicho “más vale maña que fuerza”. Además, este hecho, sumado a los colores característicos de las acometidas de cada uno de los bandos, creará una bella coreografía en pantalla, formando un cuadriculado baile entre el rojo y el verde.
Asimismo, aparte de la historia principal, Flynn: Son of Crimson cuenta con contenido secundario en forma de coleccionables, intercambiables por las gemas que nos permiten aprender habilidades, y desafíos consistentes en derrotar hordas de enemigos. Dada la escasa naturaleza metroidvania del título que nos ocupa, estos aspectos anteriores son los que nos invitan a investigar cada recobeco de los niveles.
Una ruta hacia la libertad
En pos de elegir la senda de lo correcto, Flynn: Son of Crimson nos ofrece un viaje plagado de adversidades en el que, al final del camino, nos espera el conocimiento de nuestras raíces. Por ese motivo, aunque no podamos elegir de dónde venimos, sí tenemos potestad para elegir hacia dónde vamos y cómo queremos usar nuestras herramientas.
Del mismo modo, la pureza de nuestro ser no viene determinada por nuestros antecesores o nuestras características físicas, sino por las decisiones que hayamos tomado a lo largo de nuestra vida y de nuestras acciones ante las situaciones límite.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por FortySeven PR.