Vemos a menudo que algunas personas pueden acabar varios de los juegos más populares en tan solo unos minutos. Un hecho sorprendente donde los haya, sobre todo si tenemos en cuenta que a la mayoría de nosotros nos toma hasta varias horas el poder llegar al final de la aventura en su totalidad.
Así es el mundo del speedrun, una forma diferente de entender los videojuegos que, pese a que nosotros podríamos catalogar sin lugar a dudas dentro de la amplia familia de los deportes electrónicos, no siempre es aceptada. En otras palabras, esta suerte de especialidad consiste en, a grandes rasgos, finalizar un juego por completo atravesando la línea de meta lo más rápido posible en cualquier tipo de género. A este respecto, son especialmente populares los juegos de plataformas y la acción en primera persona, pero salvando la conducción más extrema, es algo que se prodiga en todas partes.
La gracia está en que esto no se trata de un reto que imponen los juegos, sino uno que idearon los jugadores y que se remonta al propio nacimiento del medio. Si bien, juegos como Aeon Drive, de 2Awesome Studio y CRITICAL REFLEX, rompen con todas estas convenciones con el fin de ofrecernos una lucha contra el tiempo.
Una carrera contra el tiempo
La humanidad se ha dedicado a medir el tiempo tratando de asirlo, de aislarlo para pararlo. La cultura del reloj es toda una forma de vida, una carrera contra la vejez, contra la fugacidad de las sensaciones, la volatilidad de las emociones, la fragilidad de la memoria. En vez de vivir con el tiempo luchamos contra él como un enemigo que nos devora, y con ese miedo inventamos mil formas de agarrarlo para que no se nos escape, para poder volver al instante pasado y desdibujado.
Aeon Drive es una propuesta aspira a darle al jugador una sensación de frenesí constante y que apuesta por una forma temprana de lucha para permanecer. Se afana en captar los segundos de cada acción que llevamos a cabo, apenas unos 30. Y aunque parece que nada es suficiente para esta lucha perdida desde el inicio, intentamos perseverar en el intento de lograr el éxito y obtener las metas deseadas. En este caso, prevenir una catástrofe inminente estableciendo un bucle temporal y usando nuestras habilidades teletransportadoras a lo largo de 100 niveles repartidos en 10 barrios.
La visión oscura de la ciencia ficción
Sin saberlo, todos hemos visto, leído y disfrutado de un montón de historias cyberpunk, una corriente de la ciencia ficción que impregna libros, películas y videojuegos por igual. En esta estética tan marcada brillan con luz propia las ciudades enormes, los carteles de propaganda, graffitis y las propias luces de neón, proponiendo mundos abiertos, originales y disruptivos. Dicho de otra forma, es como un elemento unificador, y sobre todo una plataforma para que el arte se mueva en un mundo hipertecnológico donde todo forma parte de un mismo ser, y que además sirve tanto de denuncia de esta deriva como de la fuerza de la tecnología que hay en nuestras vidas.
Aeon Drive encaja muy bien con esta estética, ya que el trabajo que hay detrás de cada escenario de esta gran metrópolis no tiene desperdicio alguno. Y pese a que la ausencia de vida quizá ponga trabas a la inmersión del mismo, tampoco es esa su intención, dado el sentimiento de urgencia que hay desde los inicios. A cambio estos ofrecen muchísimas posibilidades y diversos caminos para encarar el mismo problema que todos profesan: llegar a tiempo a la línea de meta. Por suerte, contamos con un puñado de mecánicas que entrarían dentro del género de acción y plataformas, y que nos permiten batallar con el ineludible paso del tiempo de diferentes formas y distintos niveles de altura.
La finitud temporal
El fracaso, eso que todo el mundo vive, pero que rara vez nos enseñan a enfrentar. Eso que forma parte indisoluble de la vida. Eso por lo que irremediablemente atravesamos y debemos aprender a sobrellevarlo. A base de ensayo y error, y un precioso pixel-art, Aeon Drive rebosa adrenalina por los cuatro costados, gracias especialmente a todo el sistema “reglístico” que conforma la experiencia de marras, que potencia la motivación, mejora la productividad y activa a los jugadores en el aprendizaje para conseguir los objetivos antes de que el tiempo que todavía queda llegue a ese final que todos tememos.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Xbox One facilitada por Critical Reflex.