De un tiempo a esta parte, muchos videojuegos han planteado el escenario de la extinción humana, un desastre gigante en una zona del mundo o en su totalidad que arrasa con la vida tal y como la conocemos, generando consecuencias en ese presente o de manera futura en marcos postapocalípticos.
En otras palabras. Existe un placer ajeno, al que no somos ajenos, que consiste en imaginar el mundo desolado tras un apocalipsis. La idea, probablemente un sueño inmoral, supone encontrarse solo en el centro de un territorio repentinamente despoblado, en un entorno de sobra conocido pero sujeto a condiciones completamente nuevas e imprevisibles, donde hay que desenvolverse para encontrarle un sentido nuevo a todo.
En un mundo de grises
Las fantasías que arrancan en ese escenario pueden derivar de varias maneras, pero siempre parten de la redefinición del destino del sujeto, es decir, de la posibilidad de liberarse de los viejos compromisos, deberes y deseos para sustituirlos por otros nuevos. Ese es el significado del apocalipsis, y tal es el argumento de videojuegos como Ashwalkers describen la azarosa misión adquirida por personas comunes. A este respecto, por medio de una aventura ambientada en un mundo de objetos descontextualizados, ya nunca familiares.
Un mundo vacío de sentido y que se percibe literalmente en tonos grises, dado que ha sido completamente devastado por un cataclismo por causa volcánica. Donde antes había ríos, flores, animales o hermosas ciudades, ahora sólo queda ceniza. En este escenario se mueven las dinámicas, relaciones y tensiones entre la valerosa capitana del grupo Petra, el pragmático guerrero Sinh, la optimista y joven erudita Kali y el cauteloso explorador Nadir.
Es una marcha penosa, constante pero lenta, que representa la última esperanza de la humanidad, al mismo tiempo que en el camino esperan encontrar un lugar seguro en el que resguardarse del incesante e implacable frío, y de los otros supervivientes, que superados por el dramatismo de la supervivencia, se han visto arrastrados a la locura.
Las decisiones y sus lógicas consecuencias
Tomar decisiones es un proceso que, como cualquier otro, requiere energía. Por eso se hace importante convertirlo en uno que sea eficiente y rápido. De lo contrario, no solo vamos a requerir enormes cantidades de energía, sino que además, nos arriesgamos a sufrir consecuencias. Y, cómo las decisiones a las que se suelen enfrentar sus protagonistas, depende de cada uno encontrar consuelo, esperanza o desencanto en ellas.
La forma en la que realicemos estas acciones en Ashwalkers puede que sean las más adecuadas o nos compliquen aún más la situación, pero lo realmente importante es que a veces deberemos de tomar decisiones que afectarán al transcurso de la aventura. De hecho, la propuesta que nos ocupa, de unas 2 horas de duración, ofrece diferentes caminos con un total de 34 finales diferentes, por lo que la rejugabilidad es primordial para poder explotar al máximo todas sus posibilidades.
Uso e importancia de los recursos naturales
Los instrumentos y recursos característicos del jugador, son objetos, artefactos y elementos naturales que constituyen, esencialmente, una extensión de su radio de actuación a través de acciones mediadas.
Por ejemplo, los recursos en los géneros clásicos del videojuego, suele tratarse de monedas ficciones, munición para armas, recursos naturales imprescindibles para realizar determinadas acciones. De la misma forma, estos no sirven tanto para hacer algo, sino para tener la posibilidad de hacer algo. Y en juegos como Ashwalkers, la recolección de recursos es algo indispensable, dado que hay que estar pendiente de la alimentación y de otras necesidades físicas de nuestros avatares, como viene siendo el cansancio.
Ahora bien, pocas veces somos conscientes de la importancia que tiene sentir esperanza en nuestra vida. Y en Ashwalkers es esencial tener esto en cuenta, porque esta representa la confianza en que las cosas mejorarán y cambiarán, en que encontraremos la solución, la salida y el camino en que podremos superarlo, resolverlo, lograrlo aun cuando en el momento no podamos hacerlo.
Y en un escenario como el que nos ocupa, la voluntad de sobrevivir y reponerse proviene de mantener intactas la esperanza e ilusión, lo que nos obliga a transitar pruebas para demostrar nuestra integridad y compromiso con estos valores.
El infierno gris
¿A qué precio deseamos la supervivencia? Queda claro que podríamos seguir hacia adelante cometiendo determinado acto, pero ¿valdría la pena? Esa noción es tan poderosa que sostiene la historia a lo largo de toda su extensión. Porque al final, Ashwalkers supone, ante todo, una narración psicológica y reflexiva que va creando su efecto de manera acumulativa, como la gota que erosiona tras caer numerosas veces sobre un mismo punto.
La obra desarrollada por la gente de Nameless XIII marca, se queda incrustada en la memoria y contagia un malestar que sigue sintiendo tiempo después.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Meridiem Games.