¿Alguna vez habéis sentido que no podéis despertar durante una pesadilla? Al fin y al cabo, todos hemos experimentado preocupación por el mundo de los sueños, puesto que a veces, la inseguridad, la impotencia y la ansiedad se manifiestan en plena situación de peligro y no somos capaces ni de gritar para pedir auxilio ni de movernos para poder escapar. Soñar con la muerte es también una de las pesadillas más comunes y que más nos aterran, ya que es un elemento inherente al ser humano. Es lo opuesto a la vida y no tanto como el hecho de que llegue un ladrón al final de nuestra existencia.
Ahora bien, ¿qué pasaría si no existiera la muerte en estado onírico? Porque eso es lo que nos plantea Bad Dream: Coma, una propuesta point and click en la que, además de resolver puzles y tomar decisiones cruciales para el desarrollo de la historia, podremos disfrutar de una expresiva secuencia onírica amparada en el apego, la interioridad y la aversión.
El rechazo incondicional de la muerte
Nos acostamos siendo uno con la cama… y despertamos en un mundo distinto al nuestro, pero no tanto. Conocido como la decadencia, no hay ninguna acción humana durante una parte de nuestra estancia, ni creadora ni destructora, ninguna manifestación de vida incipiente o en decadencia que no esté acompañada de algún hedor. Sin embargo, todo se resiste a dar un paso contra la muerte súbita. Contraintuitiva y desconcertante, esta realidad es muchísimo más extraña de lo que parece, ya que nada funciona como todo debería hacerlo. Ni siquiera la muerte. Solo el sentido del sufrimiento.
Durante los primeros compases de esta aventura, somos meros espectadores de una realidad concreta en la que somos sabedores de un problema, los obstáculos y las formas de afrontar los problemas de otras personas con la ayuda de palabras. No obstante, el escepticismo consecuente alcanza su mayor difusión mientras que todos los habitantes se preguntan qué hay de cierto en aquello que les decimos. Al final, dejamos de ser espectadores para ser actores de las soluciones. En otras palabras, tenemos que ayudarlos con hechos y no mediante un puñado de palabras, de modo que a partir de un lienzo en blanco, nos vemos obligados a convertirnos en una suerte de artista.
Hay un dicho que dice que todas nuestras acciones definen lo que somos, tanto para bien como para mal. Y Bad Dream: Coma lleva este dicho hasta las últimas consecuencias, dado que todo lo que provocamos mediante ese lienzo, trae un efecto consigo. Los capítulos se suceden uno tras otro, resolviendo rompecabezas que muestran una imagen real de todos los problemas, y aunque no se presenten de forma inmediata, de una forma u otra, las consecuencias y límites de nuestras acciones acaban manifestándose.
El discurso onírico: sueños indescifrables
El inquietante mundo de los sueños, aquel que da rienda suelta a muchas de nuestras vivencias y las memorias que atribuimos como parte de nuestra psique, sigue siendo a día de hoy un misterio. No estamos acostumbrados al lenguaje de la metáfora y Bad Dream: Coma es una manifestación de todo lo que es una parte de nosotros mismos y de aquello que quizá desconozcamos. Asimismo, se ampara en la importancia de los rompecabezas para el desarrollo de la historia mientras exploramos sus escenarios y personajes a través de una experiencia atmosférica.
Tanto es así que la obra desarrollada por la gente de Desert Fox puede admitir varias y variadas interpretaciones que no se excluyen entre sí. Interpretaciones que van desde la “simple” entrega al eficaz suspense de una historia amparada en el miedo a que nos hagan daño, una manera en la que no solo intervienen emociones, sino también pensamientos que pueden llegar a ser obsesivos, hasta su interpretación como una fábula sobre el ser humano como escenario para la perpetua lucha entre hacer del mundo un lugar mejor o abocarlo a su destrucción. La elección es nuestra.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Ultimate Games.