La ciencia siempre está en constante evolución. A pesar de que conozcamos infinidad de procesos que ocurren en el mundo que nos rodea, lo cierto es que una vez levantamos los pies de la Tierra, los enigmas empiezan a florecer. De esta manera, cuando empezamos a indagar la naturaleza espacial, es muy posible que nos topemos con algún elemento desconocido hasta la fecha y cuyo carácter no alcanzamos a comprender.
A partir de esto, someter dicha novedad a una minuciosa investigación puede ser beneficioso siempre y cuando se realice con fines puramente científicos. No obstante, siempre hay quienes buscan sacar tajada por ello; y es aquí cuando surge un problema. En esta tesitura de nuevos descubrimientos y megacorporaciones corruptas es donde nos deja B.I.O.T.A., el título de small bros que busca hacer que nos estiremos de los pelos con sus plataformas y sus cambiantes enemigos.
Alto peligro biológico
Bajo la misión de saber qué ha pasado con el equipo previo enviado a una colonia ajena a la Tierra, conseguimos aterrizar en un escenario en el que los pocos supervivientes que encontremos apenas guardan esperanza de ganar esa batalla. Y es que el adversario es un elemento mutágeno que cambia la composición del huésped a su antojo y que ha diezmado notablemente a quienes allí vivían. El asentamiento ha sucumbido, pero debemos encontrar a la científica a cargo de la anterior expedición e intentar salvar al máximo número de personas.
En cuanto llegamos, empezamos a recorrer los recovecos de unas instalaciones llenas de monstruos que harán lo posible por acabar con nosotros. Por suerte, contamos con un mapa bastante amigable, distribuido por pequeñas celdas, que muestra el flujo de las salas y los puntos claves a medida que vamos visitando los lugares. Así pues, podemos orientarnos fácilmente en todo momento a lo largo de las distintas zonas del juego, con amenazas y rasgos característicos y diferenciales entre sí.
En B.I.O.T.A. los escenarios son tan variopintos como los enemigos, que parecen haberse adaptado a la perfección a cada ambiente y ha mutado en consecuencia a este. Tanto es así que se regeneran si cambiamos de pantalla, algo que puede poner en riesgo nuestra vitalidad, a pesar de resultar de ayuda a la hora de recolectar la moneda de cambio del juego. Una moneda de cambio que, paradójicamente, será ese peligroso elemento que te hace cambiar de apariencia, pero que, por algún motivo, es altamente codiciado en los bajos fondos.
Sin embargo, será esta suerte de mercado negro el que nos obligará a revisitar las regiones, pues estos tenderetes se hallan a lo largo y ancho del mapa y cada uno nos ofrecerá, generalmente, mercancía distinta. Desde inyecciones para aumentar los puntos de vida hasta llaves de una nave espacial o un nuevo personaje jugable, todos estos objetos favorecerán nuestro avance, siendo, algunos, necesarios para explorar nuevas zonas.
Estrategias para todos los colores
A pesar de no contar con habilidades nuevas que supongan un desafío a la hora de desenmarañar el puzle particular que es el mapa de un metroidvania, B.I.O.T.A. nos propone abordar la partida desde diversos enfoques gracias a sus variados personajes. Con 8 héroes en total –dos de ellos obtenidos durante la partida y otros dos, una vez nos pasamos el juego– podemos elegir más de una estrategia en función de nuestro estilo y las armas de cada personaje.
Aun así, no será necesario decantarnos por uno solo para toda la aventura, puesto que basta con volver a la base de operaciones para cambiar de protagonista las veces que queramos. Además, en este lugar también hay un espacio para la simulación, donde podremos entrenar hasta hacernos completamente al control de cada arma. Al mismo tiempo, otra comodidad de B.I.O.T.A. consiste en poder guardar la partida en prácticamente la totalidad de las salas, aunque no haya un punto específico para ello, siempre y cuando hayamos aniquilado a todos los enemigos en pantalla.
Pasando a otro plano, en small bros no solo reflejan su inspiración en la década de los 80 con elementos de películas como Desafío total o La cosa, sino también en videojuegos. Esto es, utilizan un estilo 8 bits cuyo aspecto más llamativo reside en su paleta de colores. Suponiendo los únicos coleccionables de la aventura, podremos reunir hasta 54 tipos distintos, todos ellos consistentes en combinaciones de cuatro colores, existiendo alguna combinación apta para personas con algún tipo de alteración en la percepción de los colores.
Balance de daños
Pese a estar jugando con un riesgo biológico, B.I.O.T.A. resulta, aun con sus matices, una propuesta amigable en el género metroidvania. Sin necesidad de dar demasiadas vueltas innecesarias por los escenarios y con la posibilidad de adaptar las características de los personajes a nuestro estilo de juego, los mayores obstáculos que encontramos son las zonas de plataformeo, algo que se puede paliar si vamos haciendo uso de la opción de guardado.
A veces es mejor no tocar lo que no comprendemos, pero es precisamente esta falta de comprensión lo que puede propiciar que caigamos en el yugo del desconocimiento y la falta de previsión. Si además sumamos un mundo dominado por mandamases a quienes poco les importa la creación de un mundo más próspero, no podemos hablar de un futuro muy alentador. En resumidas cuentas, B.I.O.T.A. simboliza un universo en el que, al final, solo nos queda velar por nosotros mismos.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por PressEngine.