La ciencia ficción ha sido uno de los terrenos en los que más extensamente se ha elaborado el tema de las implicaciones del desarrollo científico y tecnológico para la humanidad. Desde sus orígenes decimonónicos, en relación con los avatares sociales desencadenados por la revolución industrial, en la literatura de este género se han representado las inquietudes, ansiedades, esperanzas y temores que despierta el vivir en sociedades en las que las máquinas, en tanto rostros palpables de los cambios de la era industrial, marcaban el paso de la vida cotidiana, trastocando radicalmente rutinas y abrían nuevas fronteras para la humanidad.
Dirigida por Ridley Scott y estrenada allá por el año 1982, Blade Runner se inspira en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, publicada en 1969. Por su tono distópico, sus planos cargados de oscuridad, la omnipresencia amenazante de la tecnología, la imagen de una urbe degrada surcada por personajes sin esperanza, la película suele ser considerada como el primer exponente cinematográfico del subgénero cyberpunk.
Tanto es así que de un tiempo a esta parte, varios medios han echado mano del tono oscuro y las reflexiones filosóficas sobre la naturaleza humana que propone el ciberpunk para dar luz a obras muy interesantes, pero esa es una historia que merece ser contada en otra ocasión.
Como lágrimas en la lluvia
La distopía pintada por Blade Runner muestra la imagen de un futuro imperfecto e inhóspito para los seres humanos; como en otras ficciones hollywoodenses de la década de los 70 en adelante. En cualquier caso, tanto la obra que nos ocupa como la novela homónima comparten un planteamiento acerca de qué significa ser humano y cuáles son sus límites en esas condiciones extremas y regidas por lo artificial, algo que también se aplica en el título que protagoniza estas líneas: Blade Runner: Enhanced Edition, un clásico de las aventuras gráficas de los años 90 que es algo más que una adaptación al uso de la sobresaliente película de Ridley Scott.
Después de todo, esta puesta al día desarrollada por la gente de Westwood Studios y Nightdive Studios nos proporciona la oportunidad de observar en qué medida los cambios acaecidos en nuestra cultura han podido quedar más o menos impresos en esta suerte de expansión de una de las obras que mejor han representado el escepticismo alienante característica de la cultura del simulacro y el temor apocalíptico a los avances científicos tecnológicos. Una obra que también se ambienta en la oscuridad y la crudeza de los Ángeles de 2019 y donde tendremos que perseguir a unos peligrosos replicantes, expandiendo esa idea y mensaje que tenía la original, llevándola mucho más allá.
Una obra que también recurre a diversas características formales del expresionismo alemán de la década de 1920, así como a elementos hollywoodenses de detectives y del film noir de los cuarenta y cincuenta. La influencia de la tradición expresionista alemana es reconocible en la iluminación sombría y los escenarios brumosos. Por su parte, la tradición del film noir y de detectives da pie a la escenificación del paisaje social de la ciudad y a la caracterización de algunos de los personajes centrales.
Además de constituir una especie de homenaje a una parte del cine clásico, la presencia y la cita en Blade Runner: Enhanced Edition de elementos de estas tradiciones constituye un modo de provocar la reflexión acerca del estado de la sociedad y de sus perspectivas a futuro, planteando, en suma, una estética en la que se apunta a generar la sensación de lo ambivalente y lo incierto.
Por ejemplo, el propio uso de la iluminación en claroscuro tiende a reforzar visualmente la sensación de incertidumbre e inseguridad, correlativa a la indagación de los personajes acerca de qué es lo humano y cuál es su verdadera naturaleza.
La decadencia urbana y el poder de la ciencia
Ahora bien, a diferencia de Deckard, el blade runner del juego que nos ocupa se hace llamar Ray McCoy, un detective que es tanto cazador como presa y que dispone de las habilidades de investigación y el equipamiento clásico de los blade runner. De hecho, este aspecto es una de las singularidades de esta respecto a la cinematografía de Ridley Scott, pues a través de la parte protagónica, Westwood Studios ofrece una visión reparadora del tratamiento sobre los avances científicos técnicos, haciendo confluir los ámbitos de la ficción y la ciencia, lo que convierte al videojuego en cuestión en un ejemplo perfecto (tanto en forma como en mensaje) de la manera positiva en que los videojuegos de ciencia ficción puede servir a la ciencia.
Empero, esto no es óbice para que Blade Runner: Enhanced Edition siga dando cuenta de las falencias de este campo sin los adecuados límites, pues a lo largo de la aventura queda claramente reflejada la advertencia de los peligros de la ciencia, que corre el riesgo de no ser ciencia y apartarse de ella subrepticiamente. Sin embargo, el énfasis se pone ahora en la posibilidad de intervenir creativamente en la realidad desde la asunción de los límites, sin pretender escapar de ellos. El problema entre la realidad y la ilusión se resuelve igualmente en relación al sujeto: lo artificial, virtual o ficcional puede adquirir un valor real a medida en que resulta significativo.
Y, en consecuencia, la cuestión de lo humano planteada en Blade Runner: Enhanced Edition como un ideal imposible se aborda como una forma de operar: somos humanos en la medida en que nos humanizamos.
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Al final, este Blade Runner: Enhanced Edition, más que una aventura gráfica al uso que se ampara en la investigación, se convierte en un inmejorable adalid para la reflexión y la divulgación social de los avances científico tecnológicos; en un inestimable apoyo para la comunicación social de un progreso tecnológico que forma parte intrínseca del contexto en el que se gesta tanto la película como el videojuego de marras, y que por tanto acaban definiendo gran parte de sus argumentos.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Xbox Series S|X facilitada por Nightdive Studios.