El mundo en el que vivimos nos impulsa a ser «alguien», a lograr el éxito, la admiración, a ser reconocidos como alguien de importancia, a que nuestro nombre sea recordado. Ser reconocido como alguien que se destaca por sobre los demás, para muchas personas es la más profunda motivación existencial. Empero, ser uno mismo, auténtico, genuino, tomar contacto con tus capacidades y desarrollar tus potencialidades no se basa en la motivación de «tener o querer ser alguien en la vida», sino en el impulso vital que emerge del neonato y que tiende de forma natural a expresarse, descubrir y buscar salida a su potencialidad.
Esta necesidad de ser reconocidos, de consolidar nuestra identidad a través de la percepción de los demás que, como un espejo, nos regresan nuestra imagen y confirman nuestra existencia, haciéndonos saber que somos «alguien». Y Ao Hoshizaki, protagonista de Blue Reflection: Second Light, tiene la imperiosa necesidad de conquistar ese mundo de objetos (y objetivos), a través del cual obtener su sensación de ser.
El deseo de ser especial
Bajo un cielo azul de verano y rodeada de aguas cristalinas, la obra desarrollada por la gente de Gust se ambienta en un mundo gobernado por la incertidumbre ante el efecto distorsionador de posiciones divergentes y lleno de cosas inexplicablemente familiares. Todo ocurre sin ningún aviso previo y la parte protagónica, lejos de su hogar, despierta en un colegio perdido en la lejanía donde se encuentran tres chicas que han perdido la memoria. Lo único que recuerdan son sus nombres y Ao, pese a estar sumamente confusa, entabla una amistad con el resto de chicas mientras buscan pistas para volver a su mundo de origen.
Pero entre tanto, surge un mundo misterioso que parece estar conectado con el colegio y en el que habitan toda clase de amenazas. Esas que justifican la inclusión de combates por turnos con el fin de ofrecer un desafío táctico y que nos permite realizar una cadena de ataques mucho más poderosos si sabemos jugar con los tiempos. Después de todo, el detalle en las estadísticas que arroja la aventura a medida que vamos avanzando y los reconocimientos al tiempo invertido son algunos de los principales atractivos que persigue una aventura que hace muchos esfuerzos para ofrecer algo más que una historia atractiva.
Nuestro mundo interior
¿Nunca miras a alguien y te preguntas qué se le estará pasando por la cabeza? Todos, en algún momento de nuestra vida, antes o después, nos replanteamos nuestra existencia, queremos saber quiénes somos, qué es lo que queremos… Y sea cuando sea esta llamada, lo importante es que ocurra y que nos motive, para que no nos quedemos solo con lo que nos viene dado.
A este respecto, Blue Reflection: Second Light aborda, entre otras cosas, el cuidado de las relaciones interpersonales y la formación de la identidad personal por intermedio de los mundos que exploramos. Al fin y al cabo, estos son algo más que un mero pretexto para hacerse a las armas y recolectar recursos para nuestro día a día; son una manifestación de las emociones básicas que profesan los personajes que nos acompañan y que tenemos que ir trabajando para llegar a la raíz de los problemas.
Y entre las habilidades que vamos aprendiendo junto a Ao, se encuentran las destrezas para hacer amistades y para lidiar con los sentimientos. Acciones como establecer una conversación, participar en actividades comunes explorando distintos ambientes, pedir u ofrecer ayuda cumpliendo los recados, así como expresar afecto gracias a la realización de peticiones y de citas, son básicas para poder comunicarnos de manera satisfactoria en el entorno que nos ocupa. Esto, por supuesto, implica reforzar un vínculo afectivo con cada una de las chicas, fomentando una relación de cariño y amor recíproco, y recuperando aquello que creían haber perdido.
Romper el aislamiento y disfrutar de la libertad
El aislamiento, la experiencia de estar físicamente separado del resto del mundo, puede ocurrir por distintas razones y ser un factor desencadenante de diferentes consecuencias psicológicas. Al fin y al cabo, somos una especie social. La interacción con nuestros congéneres es una parte fundamental de nuestras vidas: nuestro cerebro está diseñado para socializar y sufre cuando vemos reducidas las relaciones.
Ao no está sola en el mundo, ni mucho menos, pero tiene que lidiar con la incertidumbre personal y la necesidad de volver a establecer relaciones recíprocas así como cooperar con las demás en un escenario que al principio resulta ajeno. En Blue Reflection: Second Light, la academia donde se desarrolla la historia principal y desde donde decidiremos en todo momento qué es lo que queremos hacer cada día, es algo así como un ente vivo que debemos cuidar y mejorar. A fin de garantizar la máxima seguridad y comodidad, estamos en una etapa de adaptación, de cambios, de nuevas experiencias y de toma de decisiones.
Y ante esta situación y muchas otras, nos encontramos con una gran cantidad de contenido compartido, pudiendo construir instalaciones que pueden resultar socialmente útiles, desde un puesto de Takoyaki hasta una piscina. Porque al construir estas cosas, no solo nos estamos ayudando a nosotros mismos, sino también al resto de personas.
La belleza que subsiste en el recuerdo
En el recuerdo de los espacios que algún día fueron sitios repletos de gente y vida, en el recuerdo de momentos felices y personas cercanas, en el recuerdo de la juventud en la piel y las ganas en los ojos, en el recuerdo de vivencias felices, serenas y lejanas, Blue Reflection: Second Light es una obra que cree que la belleza, además de en el recuerdo, subsiste en la imaginación. A la postre, es algo más que la representación del clasicismo y encanto de los clásicos JRPG por turnos en este homenaje sostenible a esa auténtica fábrica de juegos que recibe el nombre de Atelier.
Dicho de otra manera, es una obra que destaca la importancia que tienen los recuerdos sobre la identidad; esos que no solo influyen en la creación sino también en la evocación.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Koei Tecmo Europe.