A menudo puede ser un género complicado de ubicar, y aunque el debate sobre qué constituye todavía sigue su curso, lo cierto es que los roguelikes han alcanzado una popularidad masiva con el paso de los años. Una popularidad que parece no tener fin. Tanto es así que el éxito de juegos como The Binding of Isaac ha dado paso algunos de los más grandes fenómenos en la industria como Hades y Dead Cells.
Sin embargo, a medida que la riqueza de los roguelikes sigue deleitando a los aficionados, son muchos los estudios independientes apasionados por el género que quieren encontrar una nueva propuesta que destaque en el inundado panorama actual. Si bien, títulos como este Broken Blades aún siguen la senda de otros juegos como Rogue Legacy, una experiencia en la que confluye la muerte permanente, la generación procedural de los escenarios y algunos elementos de RPG.
La muerte es sólo el principio
Pero, ¿qué es un roguelike? El término nace de Rogue, uno de los primeros videojuegos que dieron vida a este sistema de juego y que pone de manifiesto unos mapas que se van generando de forma aleatoria, en otras palabras, que parte de un algoritmo que va creando un puñado de escenarios de manera que nunca sepamos qué enemigos vamos a enfrentar. Por otra parte, la muerte permanente es un factor de gran valor en estos juegos, ya que existe el riesgo de perder todo el progreso conseguido.
De esta manera, cada partida es una nueva aventura a superar, pues no sabemos lo que nos podemos esperar. A cambio, contamos con todos los conocimientos que nos ayudarán a ir avanzando y superando los diferentes retos de la mejor manera posible.
Cómo escapar de la mazmorra
Hechas las clases de historia, podríamos definir Broken Blades como un juego de plataformas 2D con elementos que hemos podido ver en numerosos roguelike y metroidvania. En cierto modo, tiene mimbres de Dead Cells, ya que también es capaz de unir diferentes géneros y elementos. Por ende, es una obra que se abre a la penumbra de una mazmorra, sobre cuyo telón de fondo destaca la figura de un personaje que porta una enorme espada. Un escenario desolador, cuya composición casi parece comunicarnos una advertencia silenciosa: no hay esperanza.
¿Y sabéis qué? Eso está bien, puesto que basta con eso para que nos mantengamos pegados a la pantalla en un estado de intensa concentración, dado que si esa se ve interrumpida, no tardaremos en morir y comenzar de nuevo.
Al mismo tiempo, la progresión en Broken Blades avanza de dos maneras, una vinculada a la habilidad y progresión del jugador; la otra auspiciada por la recolección de pergaminos varios. Algunos nos permiten “domar” los enemigos a los que nos enfrentamos, mientras que otros nos dan la posibilidad de aumentar nuestro nivel de salud y el poder ofensivo, el cual además se ve beneficiado por un interesante sistema de artesanía. Uno que nos permite combinar fragmentos de espada para crear un arma más poderosa si cabe, pero también más difícil de dominar debido a su mayor peso.
Al final, depende de nosotros qué enfoque queremos adoptar en este Broken Blades, una mezcla de ideas que resulta en un roguelike entretenido.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por Golden Eggs Studio.