El género RPG, con sus variantes, ofrecen juegos en los que el jugador toma control de uno o varios personajes, y a través de él o ellos recorre un mundo ficcional cargado de aventuras. Estos varían enormemente en sus sistemas de reglas de unos a otros, pero a grandes rasgos coinciden en la mencionada posibilidad de exploración de un mundo a través del cuerpo de un personaje y la realización de misiones, algunas más o menos obligadas que otras.
Justamente esto es lo que les otorga generalmente una ergódica superior a la de otras muchas propuestas: la elección o no de ciertas misiones y su omisión, resolución o fracaso tienen efectos en la historia que se va contando. Por ejemplo, la saga Suikoden, una adaptación libre que está basada en una novela icónica de la literatura china, es un buen ejemplo de ello. Una saga desarrollada por la gente de Konami que recurre a la política y a las relaciones existentes entre los más de cien personajes que componen algunas de sus entregas, en especial la segunda de ellas. De la misma manera, su contenido es una mezcla de narrativas folclóricas de tradición oral y hechos reales.
Y lo mismo se puede decir de este Eiyuden Chronicle: Rising, un pequeño prólogo jugable que se encuentra al servicio de la historia del sucesor espiritual de Suikoden: Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes. Dicho de otra forma, un prólogo en forma de RPG con una acción apasionante que se ambienta en la remota ciudad de Nueva Nevaeh, donde un fuerte terremoto la ha dejado en ruinas.
Jugando con los tropos
Al ser humano le encanta encontrar patrones. Cuando leemos o consumimos cualquier tipo de ficción, nos damos cuenta de que hay tipos de personajes, situaciones o motivos que se repiten una y otra vez dependiendo del género.
Si nos centramos en personajes como CJ, una aventurera en busca de fortuna y gloria, el arquetipo sería como la columna vertebral que los mantiene en pie. Se trata del rol que tienen en la historia y que es culturalmente reconocible. Por ejemplo, el héroe, el villano, el ayudante… Algo así como un maniquí que vestimos a placer. Siguiendo con el mismo ejemplo, el tropo te da la información que necesitas para saber que la historia te va a gustar, pero no es lo suficientemente concreta como para que sea predecible o aburrida. Es sugerente, pero no explícito. Es como si el maniquí estuviera vestido con una camiseta que ya has visto antes, pero en otro color.
Estos tropos condicionaron muchísimo a no pocos juegos de rol. Si bien, en Eiyuden Chronicle: Rising, que pone de manifiesto una historia de fantasía amparada sobre todo en la cotidianidad y la necesidad de un esfuerzo común para acabar con la falta de recursos esenciales para población en riesgo, se hace un uso limitado de ellos, pero consciente (a la par que deliberado), y, además, encajan los recursos en la estructura narrativa (en la configuración del marco narrativo, en la descripción de los personajes, en el desarrollo de la acción y la resolución).
La figura más utilizada en el juego de marras es la hipérbole, un tropo que, a pesar de su simplicidad, posee un gran poder creativo, lo que la convierte en una herramienta expresiva que está al alcance de muy pocas obras pertenecientes al medio.
Un mundo mejor es posible
A grosso modo, los RPG son aquellos en los que el jugador controla a un personaje o varios de ellos con una serie de datos estadísticos que van mejorando a medida que luchamos contra los enemigos para ganar puntos de experiencia y subir de nivel. En el caso de Eiyuden Chronicle: Rising, el cual se caracteriza por ofrecer un desarrollo en tiempo real, el mero hecho de combatir se convierte en una experiencia divertida, ágil y dinámica como ella sola, Una experiencia en la que los golpes, los ataques combinados y nuestras habilidades especiales se dan lugar sin cesar.
No es lo mejor que nos ha ofrecido el género, ni mucho menos, sobre todo por lo increíblemente fácil que resulta de principio a fin, pero al final, es algo perfectamente disfrutable, haciendo que se nos pasen las horas volando mientras aniquilamos enemigos y vamos completando misiones.
Ahora bien, el mayor atractivo de la obra que protagoniza estas líneas reside especialmente en la necesidad de ayudar, en dar, deliberadamente, a aquellas personas que de verdad lo necesiten. Personas que al principio son totalmente desconocidas para nuestra protagonista, pero que merecen una gran cantidad de obras sociales (misiones secundarias). Después de todo, existen grandes y duraderos beneficios que podemos obtener en el proceso, desde la posibilidad de tener un lugar en el que descansar, hasta la mejora de las armas y armaduras que tengamos equipadas.
La grandeza en la presencia
Crear un mundo desde cero es una experiencia muy gratificante para cualquier persona. Pero el inicio de la historia no es el lugar apropiado para explicarle a alguien su sistema de gobierno o la historia de la fundación de una ciudad. A la parte interesada, le va a encantar conocer todos esos detalles, pero salpimentando adecuadamente una historia apasionante donde el personaje se enfrente con resolución al conflicto y los obstáculos que has ideado para él.
Afortunadamente, Eiyuden Chronicle: Rising nos brinda una más que acertada introducción que contribuye a sentar las bases de enriquecedoras relaciones y allana el camino al más que esperado Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por Stride PR y 505 Games.