El Shaddai

En la época de los 128 bits e incluso durante la generación de PlayStation 3, Xbox 360 y Nintendo Wii, hubo una notable cantidad de propuestas de presupuesto mediano; títulos que no necesitaban de cientos de millones invertidos en desarrollo y en marketing para dejar recuerdos inolvidables en el imaginario colectivo de los jugadores. En otras palabras, es como un área gris que comenzó con una división clara entre lo independiente y las superproducciones, y que se atrevía a explorar ese terreno que en muchas ocasiones estaba condenado al fracaso.

El Shaddai Ascension Of The Metatron es uno de esos juegos que hoy en día pasaría por ser una de esas producciones indie y que explora ese terreno desconocido tratando de decirnos algo. A este respecto, con una idea clara de cómo debe usarse la jugabilidad, una singular estética y fundiéndose con una narrativa que muy rara vez podemos ver en la industria que nos ocupa, dejando a un lado todo lo superfluo. Juega con una mentalidad y una forma de desarrollar dirigida a sacar el máximo potencial de todo el equipo. Y aunque dista de ser una experiencia redonda, todavía aparece mencionado de vez en cuando, que no es poco.

El diluvio y el arca de Noé

Inspirándose en El Libro de Enoc, un escrito intertestamentario que forma parte del canon de la Biblia de la Iglesia ortodoxa etíope pero que no es aceptado como canónico por las demás iglesias cristianas, El Shaddai nos cuenta la historia de Enoch. Otrora un escriba humano, este es elegido por Dios para ser ascendido como un Metatron con el fin buscar a una serie de ángeles caídos que renunciaron al cielo, robando por el camino los frutos del conocimiento, y descendiendo a la Tierra para mezclarse entre los seres humanos y así generar descendencia. Y nuestro cometido, por supuesto, es aplacar la inconmensurable ira de Dios, dado que si no logramos sellar a los ángeles, este emitiría su juicio contra la humanidad a causa de sus pecados, provocando el anegamiento de «toda la tierra» y aceptando el juicio divino. 

Por medio de un acercamiento apócrifo, la obra que nos ocupa es un título tan inusual a nivel técnico como cargado de simbolismo, dado que aparecen una serie de nombres y conceptos que pueden causar más confusión que otra cosa, especialmente a todo aquel que se acerca desconociendo la cultura hebrea, pues apenas se especifican quienes son. Y pese a que esta se toma bastantes libertades en el desarrollo de su argumento, la historia en general y las ideas que subyacen a ellas están directamente extraídas del libro antes nombrado, que nos habla en torno al origen del mal, la corrupción del hombre proveniente de manos sobrenaturales y el fin de los días. En cierta manera, podría decirse que se trata de una actualización y modernización del mismo que interpreta la iconografía de los textos apócrifos con un acercamiento muy diferente para con las nuevas generaciones.

Dicho de otra forma, se ha creado un videojuego apócrifo al romper con las tendencias habituales en la industria del ocio electrónico, lo que le otorga un mayor valor a la obra.

Identificar y explorar tus fortalezas

Todo esto se experimenta a través de una aventura en tercera persona en la que se llevan a cabo secciones de plataformas bastante sencillas y combates cuerpo a cuerpo, tanto con armas como sin ellas, poniendo de manifiesto un sistema muy parecido al juego del piedra, papel o tijera que explota las debilidades físicas de los oponentes a los que tenemos que enfrentarnos. Porque de la misma manera que la piedra vence a la tijera rompiéndola, la tijera vence al papel cortándolo y el papel vence a la piedra envolviéndola, El Shaddai nos propone un sistema en el que cada una de las armas que empleamos puede ser efectiva o no dependiendo de la particularidad del enemigo.

Sin embargo, lo más destacable de El Shaddai Ascension Of The Metatron es su apartado artístico de lo más peculiar, que es algo más que una mera decoración, convirtiéndose en el verdadero protagonista del juego. Por ejemplo, algunos de los entornos que transcurren en el Cielo se presentan con tonos de colores caleidoscópicos, mientras que otros hacen lo propio presentando únicamente empleando tonos blancos y negros, dando lugar a un cuadro en movimiento de ensueño, tan deslumbrante y fascinante como ignoto por todo el hermetismo que encierra. A día de hoy, 10 años después, no se parece a casi nada de lo que hayamos podido ver en el medio.

Una apuesta arriesgada

La búsqueda de una idea para desarrollar un videojuego es más complicada de lo que parece, ya que no solo necesitas una buena idea, sino una buena idea que se pueda llevar a cabo. Una variante de eso, mucho más común, lo constituyen otro tipo de juegos, los cuales sí están construidos sobre una base previa, pero introducen suficientes elementos como para que estos brillen con luz propia, formando de esta manera obras como este El Shaddai Ascension Of The Metatron. 

Ante la creciente ola de remasterizaciones en el panorama actual, se agradece que títulos tan extraños como el que nos ocupa puedan ser redescubiertos por una nueva generación de jugadores, puesto que acontecimientos extraordinarios en la historia de las religiones, fruto de una evolución de cientos de miles de años, no es algo que se vea todos los días.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por PR Hound.

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