Imagina que has quedado con alguien para planear tus vacaciones de verano. Tenéis en mente varias opciones, pero nunca os ponéis de acuerdo, de manera que decidís hacer uso de la realidad virtual para explorar espléndidas playas y antiguos bosques tropicales que llegan hasta el agua, o bien las mejores escapadas rurales. Este y muchos otros ejemplos son parte de lo que nos espera en un futuro, donde seremos capaces de sumergirnos en un turismo virtual que es casi tan real como el presencial.
¿Os acordáis de PlayStation Home? Para los que no, se trataba de una especie de simulador social para PlayStation 3 con grandes reminiscencias a Second Life, en el que los jugadores podían crear avatares y personalizarlos de la forma que deseaban, desde sus rasgos faciales al vestuario. Y una vez establecida una identidad virtual, disponíamos de todo un universo a nuestros pies en el que socializar, pasear y explorar todas las posibilidades. Por desgracia, este sistema no logró reponerse al paso del tiempo y acabó cerrando.
Lo que está claro es que plataformas como las ya nombradas supusieron un gran paso en la inmersión del usuario en la realidad virtual, y juegos como Gamedec reivindican la importancia de dichas obras. En este caso, con una propuesta basada en la toma de decisiones dentro de mundos virtuales.
Náufragos en un mundo virtual
Uno de los mayores estigmas que persigue a los videojuegos y la realidad virtual es el de ser considerados un entretenimiento hueco, una manera de escapar de la realidad para refugiarse en mundos imaginarios que nos acaba dejando el cerebro frito. Porque ya se sabe que si pasamos muchas horas a los mandos para interactuar con escenarios donde sentimos que estamos, las consecuencias pueden ser desastrosas. O eso nos han dicho. Teniendo en cuenta que la evasión y el entretenimiento puro no son los males que muchas personas predican sino una manera sana de desconectar, es cierto que los videojuegos han cumplido con esta función. Y más en estos tiempos que corren.
En otro orden de cosas, cuando la ciencia ficción posee una veta futurista arriesga un comentario sobre el presente y la senda que seguirá mañana. Pero el riesgo no se encuentra en la precisión del augurio, sino en lo peligrosa e inquietante que pueda ser una visión sobre el ahora, filtrada por el mañana. Las ideas radicales del ser humano, la crítica al pensamiento establecido, e incluso comportamientos tabú, han encontrado en la ciencia ficción un vehículo para llegar a las grandes masas. Dicho de otra manera, la ética humana se alza sobre un proceso evolutivo despiadado, a veces ingobernable y cruel, empujándonos a trascender el mundo de la realidad sensible.
No podemos escapar de lo que somos y Gamedec no deja de preguntarse, a través de una estética cyberpunk en perspectiva isométrica, por la inestabilidad de nuestra realidad o el problemático vínculo que mantenemos con las tecnologías de comunicación por medio de una obra que luce una magnífica ambientación y que pone de manifiesto la importancia de la simulación y modelación en la actualidad.
La simulación de la cultura a través de los mundos virtuales
Con el crecimiento del número de habitantes de los mundos virtuales también se ha diversificado el tipo de actividades e intereses dentro de estos. Esa vida paralela se concreta en numerosas ocasiones en la necesidad de los usuarios de aportar a sus avatares más medios para desenvolverse. Se produce una adquisición de productos virtuales como terrenos, objetos y poderes; características, que en la mayoría de casos tienen un valor a cambio. Todo ello ha llegado al crecimiento de una economía para satisfacer la necesidad de estos ciudadanos virtuales. Y como en toda actividad pionera, los conflictos iniciales surgen de la mano de una profunda asimetría en las diferencias socioeconómicas entre consumidores.
Gamedec también presenta todas estas características, en parte innatas, en parte adquiridas. Imbuida de una investigación permanente y un universo en constante tensión, la obra que nos ocupa nos propone embarcarnos en una aventura para encontrar a una persona desaparecida. Una aventura que adopta la forma de una novela policíaca y que cae en cascada gracias a su calidad de la prosa y la sugerente red de decisiones y consecuencias, prescindiendo de todo tipo de mecánicas que distraigan al jugador con el fin de reflexionar sobre lo que nos encontramos a nuestro alrededor.
Una aventura que en su Definitive Edition, soluciona muchos de los problemas que traía consigo el título original, además de ofrecer un nuevo nivel de dificultad, True Detective, así como una pequeña expansión jugable que nos lleva hasta el mundo de Seven: The Days Long Gone, un interesante título lanzado en 2017 que combina rol, sigilo y un mundo abierto que destaca por su ambientación futurista. Eso y una misión secundaria que hará las delicias de los seguidores más acérrimos del Dios Primigenio y de nombre impronunciable.
El fracaso de la especie humana
Por lo demás, la narrativa de este Gamedec – Definitive Edition toma el peso de este viaje por medio de las deducciones de nuestro protagonista, un gamedec sin nombre, y nuestras decisiones determinan el devenir de algunos acontecimientos. En cierta forma, funciona como un juego de rol de mesa tradicional, pero al mismo tiempo va más allá, escenificando el fracaso inherente de la especie humana y de las furias que residen en el espejo.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por PR Outreach.