El parkour y los videojuegos de acción parecen estar hechos el uno para el otro. El movimiento acrobático a través de mundos fantásticos debería imponerse en el ámbito de los videojuegos como una especie de «éxito seguro». Por eso es sorprendente que, en la enorme selección de 40 años de historia de los juegos de ordenador, solo un puñado de juegos haya utilizado eficazmente el parkour como mecánica.
Cuando hablamos de parkour en los videojuegos, no nos referimos a los viejos y conocidos movimientos que ofrecen prácticamente todos los juegos de disparos. Más bien, estamos hablando de atravesar majestuosamente un paisaje diverso, incluyendo saltos mortales en una pared o movimientos acrobáticos de precisión en el aire.
Los juegos que han captado el espíritu del freerunning lo hacen muy bien. Una serie de títulos que han marcado su propio género y que deberían ser familiares para cualquier jugador amante de la acción. Y así, con el australiano Dominic Di Tommaso utilizando la mundialmente famosa Ópera de Sídney para su espectacular show de freerunning, queremos celebrar que propuestas como Ghostrunner 2, pues ponen de manifiesto el parkour de manera significativa.
A este respecto, mediante un juego de acción en 1.ª persona sumamente intenso que se ambienta en un futuro ciberpunk postapocalíptico.
Parkour, el arte del desplazamiento
Lo genial y original es que esa intensidad la consigue siendo un plataformas. Sí, en primera persona y armados con una espada, pero un plataformas. Un juego de saltos, vaya, no de disparos. A Jack lo que se le da bien es correr y esquivar, ser el que va delante en la persecución y huir para llegar al objetivo. De todos modos, durante las aproximadamente 11-12 horas que conforman el modo Historia hay momentos para todo; para ir con calma, disfrutando de la incómoda belleza de la ciudad con luces de neón entre salto y salto, para avanzar a toda leche sin mirar atrás y también para inevitables encontronazos con enemigos varios contra los que tenemos que sacar brillo a nuestra katana.
La combinación de situaciones está realmente bien pensada y se traduce en un buen desarrollo de ritmo siempre excelente, al que, aun con sus clímax aquí y allá, le falta alguna escena verdaderamente memorable.
A grandes rasgos, lo más destacable del juego que protagoniza estas líneas es que conserva esa jugabilidad rápida, ágil y épica que caracterizó a la primera entrega, dejando muy claro que vamos a disfrutar de una movilidad fantástica por los escenarios, gracias a la posibilidad de correr por las paredes, realizar saltos frenéticos o deslizarnos a ras de suelo, además de incorporar herramientas como el gancho, que nos permite acceder a zonas elevadas, o la posibilidad de ralentizar el tiempo, ideal para desorientar a los enemigos.
Gracias a ello y a un genial diseño de niveles, sentiremos la misma adrenalina que en la primera entrega, pero con la sensación de estar ante un producto más pulido y dinámico. Además, existe una sinergia muy interesante entre nuestras habilidades y los diferentes escenarios que recorremos, permitiéndonos llevar a cabo acciones realmente ingeniosas.
La estética cyberpunk en los videojuegos
El cyberpunk es un subgénero de la ciencia ficción que se caracteriza por presentar un futuro distópico, en el que la tecnología ha avanzado de manera exponencial y ha tomado el control de la sociedad. En los últimos años, esta estética se ha convertido en un tema recurrente en los videojuegos, ofreciendo a los jugadores una experiencia única en un mundo futurista. En este artículo, exploraremos cómo la estética cyberpunk ha influido en el diseño de videojuegos y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo.
La estética cyberpunk en los videojuegos se caracteriza por presentar mundos oscuros, tecnológicos y futuristas. Uno de los primeros juegos en explorar esta estética fue el clásico de 1990, System Shock, que presentó un mundo postapocalíptico en el que los jugadores luchaban contra una inteligencia artificial malvada. Desde entonces, muchos otros juegos han adoptado esta estética, como Deus Ex, Cyberpunk 2077, y por supuesto, este Ghostrunner 2.
En los videojuegos de estética cyberpunk, la tecnología es un elemento fundamental, y los jugadores suelen interactuar con ella de una forma u otra. Muchos juegos presentan una variedad de dispositivos tecnológicos futuristas que los jugadores pueden utilizar, desde armas hasta implantes cibernéticos que mejoran las habilidades del personaje. Además, la estética cyberpunk también se presta para la exploración de temas sociales y políticos, como la desigualdad económica y la opresión corporativa.
Ghostrunner 2 no escapa de esta máxima, apostando por una brillante dirección artística que llega a todos los rincones. Por encima de su magnífica jugabilidad, su historia falta de potencial o esa eterna banda sonora que hace referencias a las luces de neón, a la tecnología y a las utopías y distopías futuristas, el verdadero encanto del juego que protagoniza estas líneas es su capacidad de estimular nuestros cerebros a través de nuestras retinas mediante un tratamiento visual futurista sobrecogedor y espectacular a partes iguales.
También exprime hasta la última gota del jugo de su apuesta arquitectónica, dibujada entre avenidas, escenarios industriales, letreros luminosos y unos edificios erigidos sobre una influencia más que obvia del arquitecto futurista italiano Antonio Sant’Elia.
El filo de la katana
En los últimos años los videojuegos han dejado atrás numerosos complejos o convencionalismos habituales a lo que podríamos llamar las obligatorias etiquetas de género. Durante décadas, los creativos del mundo del ocio digital, como ha pasado en el cine, la literatura o la propia música, han decidido seguir los senderos recorridos por autores, escritores, bandas o estudios con anterioridad, innovando lo justo o mezclando elementos ya vistos con excesiva timidez.
Pero el videojuego ha madurado. O al menos, como parecen indicar los exponentes más recientes, lo ha intentado. Ghostrunner 2 es uno de esos ejemplos que, a poco que se le concedan una oportunidad, enamorarán al usuario, bendiciéndolo con una experiencia recomendable que a buen seguro no olvidarán en mucho tiempo.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Xbox Series X|S facilitada por 505 Games.
