La tragedia del submarino atómico Kursk, en el que murieron los 118 tripulantes de a bordo, es un incidente que sigue resonando 20 años después, dado que fue un golpe devastador para los familiares de las víctimas. Otrora el orgullo de la Rusia Armada Septentrional Occidental, esta máquina de guerra de reputación casi mítica, una que se suponía que era indestructible, terminó naufragando en el mar de Barents un 12 de agosto del año 2000 por culpa de dos gigantescas explosiones en la proa. La causa de las mismas fue una falla en los torpedos que usaron en una maniobra militar, resultado directo de una negligencia por parte de los mandos.
Los dramáticos acontecimientos que entonces sacudieron el mundo, han traído consigo varios documentales y películas que han tratado de recrear aquella tragedia, además de representar la incompetencia y la arrogancia de las autoridades pertinentes, cuya reticencia a la hora de aceptar ayuda internacional tuvo como resultado varias muertes innecesarias. Ahora existe un juego documental que intenta hacer lo mismo, pero por mediación de una narrativa centrada en potenciar desde la ficción el dramatismo de la historia.
Relaciones entre personajes en un ambiente claustrofóbico
Somos ajenos al escenario en el que nos encontramos, pero capaces de defraudar o engañar a alguien o de tomar una cosa ajena. Entre nuestras obligaciones, se encuentran las relaciones interpersonales y lograr generar confianza, ya que juegan un papel fundamental dentro de un escenario en el que la lealtad, la discreción y el espíritu de sacrificio forman parte de nuestro ser. Somos espías y nuestra misión a bordo del submarino Kursk ejerciendo como oficial de la marina rusa es reunir toda la información posible robando secretos a través del personal de inteligencia en el campo o mediante la intercepción de comunicaciones.
Ficción o no ficción, la obra desarrollada por la gente de Jujubee S.A., una que nos introduce en un ambiente claustrofóbico y con luz artificial durante las 24 horas del día, reivindica la importancia de todas esas relaciones en las que pesa más lo que la otra persona te ofrece que la valía de la persona en sí misma. En otras palabras, la persona no importa, sólo importa lo que aporta. Así pues, la disposición de las expresadas relaciones por medio de varios diálogos, además de la facilidad y soltura del lenguaje para con el resto de tripulantes, conforman el mayor atractivo de una experiencia enfocada en la narrativa y un puñado de rompecabezas.
Una ambientación espectacular y de lo más inmersiva
Empero, el submarino que exploramos durante gran parte de la aventura, el escenario que sitúa al personaje en el lugar que le corresponde, constituye el protagonista encubierto, dado que cada rincón juega un papel vital para sumergirnos en un buque regido por horarios estrictos y actividades diarias de capacitación y mantenimiento. Es evidente que el estudio que nos ocupa ha dedicado parte de sus esfuerzos a proporcionar una sensación de claustrofobia, prestando especial atención a los pequeños detalles dentro de grandes volúmenes de información, mientras exploramos zonas estrechas y apretadas durante nuestros numerosos viajes y paseos de ida y vuelta.
De hecho, son tantos que a veces dan la sensación de que no nos llevan a ninguna parte. Sea como fuere, aunque en ocasiones hay algo un poco torpe y confuso en Kursk, con un puñado de misiones que cortan el ritmo y la cadencia del juego, es una experiencia bastante inusual dentro de la industria. En realidad, podríamos decir que se trata de una herramienta didáctica y disciplinar que ofrece una retrospectiva completa a veinte mil leguas de viaje submarino.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Forever Entertainment.