Son muchas las aspiraciones científicas de la humanidad, solo por señalar algunas de ellas: el fin de las enfermedades, del hambre y del sufrimiento, una perfecta armonía con el medio ambiente, una mayor eficiencia energética, poder estudiar la materia oscura o describir finalmente una “teoría del todo”. Una por encima del resto parece hoy inalcanzable, pero necesaria según algunas voces: la colonización humana de otros cuerpos celestes. Necesaria porque el impacto del ser humano sobre el planeta Tierra parece, en ciertos aspectos, catastrófico no solo para el propio planeta sino también para la humanidad.
¿Llegará el ser humano a habitar otros planetas? ¿Cuándo? ¿Encontraremos otras formas de vida? Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos desde tiempos inmemoriales. Mientras tanto, juegos como Liberator TD nos permiten fantasear con esta suerte de futuro, proponiendo una aventura de estrategia y acción con vista cenital en la que tenemos la misión de establecer una nueva colonia, al mismo tiempo que descubrimos la verdad detrás de esta amenaza alienígena.
La colonización del espacio
Liberator TD sabe de la riqueza sensorial del videojuego y usa sus armas para indagar en este mismo asunto de la violencia, nos transmuta en un ángel de la muerte alienígena y nos transfiere esa sensación de libertad y poder que supone acabar con la vida de toda criatura viviente. Es ese tipo de violencia sencilla, pragmática y vertiginosa, sin adornos ni acrobacias.
La mecánica de control es tan implacable como su forma de tratar la violencia: cuatro teclas de dirección y un cursor para apuntar y disparar con el ratón. La acción requiere reflejos y dominio de los tiempos con un poco de estrategia muy esencial. Asimismo, tenemos la posibilidad de crear una serie de torretas que nos aporta diferentes ventajas en el fragor de la batalla.
Las primeras misiones serán muy fáciles, con un par de puntos de aparición de enemigos, una o dos salidas como mucho, y pocos pasillos por donde avanzan los bichos, en los que podemos situar todas nuestras torretas y centrarnos en acabar con las distintas hordas. Pero poco a poco la cosa se va complicando, con enemigos cada vez más duros o rápidos, más numerosos, y teniendo que estar atentos a distintas vías.
A veces hay tiempo de sobra para prepararse para la siguiente oleada, y en otras ocasiones solo diez segundos en los que no nos podemos parar demasiado a pensar cómo mejorar nuestra defensa. Dependiendo de lo bien que lo hagamos al acabar una misión se valora nuestra actuación con un máximo de tres estrellas, que son la clave para desbloquear nuevas habilidades.
Construye, desarrolla y extermina a los bichos
Pero no todo son flores para el juego que protagoniza estas líneas. Es completar las diferentes misiones que se nos proponen en cuestión de minutos, pero posee carencias en asuntos clave. La inteligencia artificial falla a menudo y hace que enemigos con un patrón fijo de movimiento inicien recorridos arbitrarios y sin sentido cuando se les saca del raíl.
Aun con todo, Liberator TD es adictivo, es difícil y es muy, muy seductor. Su gran baza es un estilo radical, rompedor, por mucho que a primera vista parezca un juego de acción cenital cualquiera, y se muestra convencido de su propia apuesta llevándola hasta las últimas consecuencias.
Las mezclas de géneros no siempre funcionan como deberían, pero este cóctel de acción en tercera persona con tower defense funciona relativamente bien. No os dejéis llevar por los prejuicios hacia el género o malas experiencia anteriores, pues es una propuesta interesante dentro del género de la estrategia, de los tower defense, y merece la pena ser probado, puede ser para algunos todo un descubrimiento.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PC facilitada por PR Hound.