A la memoria vigilante del tiempo y a su aparente contraparte, el olvido, guardián esquivo de aquella, o al pasado que merece conservarse en el recuerdo y a la desmemoria que aunque lo pretenda es incapaz de la destrucción total de las huellas sobre las que avanza. A los fines “diferentes” del destino de una y otro, en síntesis a la lucha con lo remoto y elusivo que también es el tiempo, conduce el propósito de Loop Hero, una obra que hay que retribuir su reconocimiento, no necesariamente su condena, devolución que puede realizarse a partir de un recuerdo reparador.
Nada contraviene al olvido, pero si éste acontece por efecto de la obligación cuando de ocultar el mal se trata, se limitan sus alcances; más bien, podría ejercerse sin engaños ni retaliaciones y con un temperamento sosegado. A este respecto, dicha obra acaba situándonos en un universo donde sus habitantes están sumidos en un caos sin fin; la nada en la oscuridad a una escala inimaginable, desde montañas y bosques hasta cualquier recuerdo. Un universo en medio del vacío en el que representamos a un pequeño fardo en movimiento, que con la vista acostumbrada a la penumbra, se encuentra inmerso en un sendero sin salida y con elementos que antes no estaban.
Somos los encargados (y los únicos capaces) de reconstruir todo aquello de lo que no queda ni los átomos, exhibiendo un desarrollo que no está exento de cierta moraleja y que está amparado en el proceso de reconstruir todo desde adentro. Enfrentar una situación de tal magnitud requiere de una fuerza interior distinta a la habitual y el juego desarrollado por la gente de Four Quarters reivindica la importancia de ponerse de pie cuando nos han dado fuerte o cuando creemos que ya no tenemos fuerzas para seguir.
Planifica tus movimientos
Uno de los vectores más importantes de diversión en un videojuego incremental es el del descubrimiento. Muchos de estos títulos comienzan con una configuración inicial muy sencilla, pero la complejidad se dispara a medida que el jugador avanza. El proceso de descubrir esta complejidad aprovecha el atractivo innato de descubrir características nuevas y ocultas. Cookie Clicker, por ejemplo, puede entenderse como un juego que consiste principalmente en explorar su sistema, y la puntuación “creciente” de las galletas es simplemente el mecanismo para desbloquear más contenido.
Así, la mayoría de los juegos incrementales no ponen a disposición la totalidad del sistema desde el principio, sino que abren la puerta a las características adicionales contra los niveles de la moneda principal. Porque en Loop Hero, el descubrimiento es una característica importante a tener en cuenta en un diseño lleno de automatismos, porque proporciona un sistema de recompensa al jugador mientras aprende sobre la mecánica central del mismo.
Si bien, el propio diseño del juego también brinda un espacio para la estrategia, dado que se las apaña para que el fracaso se convierta en una fuente de aprendizaje y superación personal. Al fin y al cabo, más allá de todos esos elementos capaces de ejecutar una secuencia de operaciones sin necesidad de que el jugador intervenga, desde enemigos que se combaten en diferentes moldes en forma de escenarios donde no tenemos ningún poder de decisión hasta la recolección de recursos y piezas de equipamiento, la reflexión se dispara hasta límites insospechados.
Nos obliga a experimentar con las diferentes posibilidades que podemos llevar a cabo, a mejorar nuestro planteamiento para construir un mundo a nuestra medida al mismo tiempo que nos adaptamos a un desarrollo sumamente cambiante.
Recordar, olvidar y reconocer
Entre praderas y montañas, en el corazón del universo, reina la intrascendencia, la vaciedad existencial, la falta de valores, la profunda insatisfacción… Al borde del abismo más absoluto, sin ningún rumbo ni anclaje que nos aporte seguridad, Loop Hero nos invita, a la vieja usanza, a afrontar esa pieza en bucle que versa sobre la destrucción y la reconstrucción de las cosas. A este respecto, frenando su ejecución para salir de este, sin iteraciones adicionales.
En otras palabras, nos invita a hacer un llamamiento que nos remueve por dentro, a no apartar la mirada y a mover nuestros corazones para reconstruir un mundo totalmente nuevo.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por Devolver Digital.