¡Son tan pequeños, tan precisos, tan increíblemente detallados que vas a querer todos!
Si has decidido dejarte las canas, es muy posible que cuando te nombramos la marca Micro Machines sepas sin lugar a dudas de lo que te estamos hablando.
Disponibles desde mediados de la década de los 80, los también conocidos como Micro Machines: The Original Scale Miniatures o simplemente como The Micros, son grosso modo una línea de juguetes fabricados originalmente por la empresa Galoob (en la actualidad forma parte de Hasbro, concretamente desde 1998). Una línea caracterizada por ser auténticas miniaturas de automóviles y camiones populares de la época, reproducciones de coches reales a escala muy reducida, aproximadamente 1:152 entre los que se incluían también vehículos de emergencia, trenes, motocicletas, tanques, botes, aviones y helicópteros.
Los Micro Machines, además de como juguetes, se han ganado un lugar importante también en el mercado de los videojuegos. Se trata, como no puede ser de otra forma, de juegos de carreras, en los que se hace especial hincapié en el pequeño tamaño de los vehículos. Y juegos como Mechanic Battle se lleva el total atractivo del título.
A este respecto, mediante una propuesta que puede describirse como una mezcla de carreras en vista cenital al estilo de los ya nombrados Micro Machines y elementos del Car Mechanic Simulator, una interesante y atractiva vía de acercamiento para todas aquellas personas que quieren mejorar sus conocimientos sobre mecánica.
Explosión de combustión interna
La primera década del siglo fue un momento cuando menos pintoresco: la música electrónica estaba al alza, se gestó el reguetón, los raperos estadounidenses pusieron de moda la ropa ancha y las cadenas de oro y diamantes, las mechas estaban a la orden del día y el tuning explotó como fenómeno underground. Y en el meollo de todas esas tendencias apareció una película que las aunó y catalizó para llevarlas a su máxima popularidad: «The Fast and the Furious», traducida como A Todo Gas por estos lares.
Una cinta sin excesivas pretensiones, creada únicamente para entretener y que combinaba de manera hábil una trama policial con el mundillo de las carreras ilegales y las preparaciones de coches. Sin embargo, nadie podía imaginar que se irían sucediendo una entrega tras otra que, curiosamente, han ido dejando de lado el mundo del tuning para centrarse en la acción pura y dura.
Sea como fuere, este Mechanic Battle se define por un estilo que resalta por el gusto hacía la abundancia de aditamentos estéticos y adornos, así como en la complicación de las formas. Con estos datos, es fácil imaginar que la mayor demanda de modificaciones se centra sobre todo en docenas de diseños de llantas diferentes y elementos exteriores como faldones, alerones o paragolpes. En resumen, da a los jugadores un sinfín de posibilidades de modificar sus coches y personalizarlos como mejor les parezca.
Prepárate para pisar el acelerador
Por su carácter de icono generacional hay juguetes que, solo con nombrándolos, reblandecen el corazoncito de cualquier persona que se precie.
Su poder evocador es tan fuerte que no hay hombre o mujer de 50 para arriba que al escuchar varias marcas no se visualice en el suelo de su habitación infantil trasteando con ellos. Entre toda esta remesa pertenece también los Micro Machines, que permitían al inquieto chaval emular a sus mayores conduciendo coches y fantasear con ser piloto de carreras. Y en este sentido, Mechanic Battle representa la irresistible adicción a un buen chute de nostalgia.
Un chute de adrenalina que tiene en su haber todo ese cúmulo de emociones y pequeños padecimientos que nos atraviesan cuando estamos en una carrera.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por MobilWay S.A.