En Melon Journey: Bittersweet Memories podrás ponerte en la piel de Honeydew, una empleada de una fábrica de bebida de melón que lleva una diadema de conejita y va en busca de su mejor amiga desaparecida. Pero ¿es seguro viajar a una ciudad en la que la posesión de melón se castiga con la cárcel? ¿Y por qué hay un hámster obsesionado con colarse en el castillo de Kitten King?
A grandes rasgos, Melon Journey: Bittersweet Memories parece ser una obra muy surrealista. No solo por su diseño gráfico, realmente único. También es por los propios personajes y situaciones. Son absurdos la mayoría de las veces, por no decir todas, pero es que los adultos son como niños en el mundo que nos ocupa. Y, sin embargo, son esas situaciones las que al final hacen que el juego se haga de querer. Su mecánica no es especialmente revolucionaria para el género, pero es cierto que es un juego que no molesta jugar. Más bien al contrario, se le nota tanta pasión por parte de sus creadores que invita a seguir con él por extraña que sea la situación.
Sin embargo, la gente de Froach Club y Poppy Works intenta ir un paso más allá. Melon Journey: Bittersweet Memories no es una parodia, sino toda una declaración de intenciones. Fox podría haberse conformado con intentar crear un juego divertido, sin más, pero a cambio hace una crítica feroz a la manera en la que se conciben los videojuegos hoy en día. Es, a fin de cuentas, su forma de reivindicar que ya va siendo hora de dejar de anteponer la diversión a toda costa, por encima de intentar transmitir valores. Algo que lograría que definitivamente este medio empezase a considerarse como un medio artístico. Porque nada puede ser considerado arte, si no intenta transmitir valores o aptitudes a quien lo consume.
Melon Journey: Bittersweet Memories y su sentido del humor
Por otra parte, Melon Journey: Bittersweet Memories es un título que además bebe mucho de un RPG considerado para muchos como de culto: EarthBound. Lanzado durante la generación de 16 bits, en Super Nintendo, el juego planteaba ser una parodia de los clásicos juegos de rol, que por entonces abundaban especialmente por tierras niponas. El esquema de este tipo de juegos, estaba muy inspirado en los clásicos Dungeons & Dragons que tanto triunfaron en los años ochenta. Y casi siempre eran historias en un entorno fantástico/medieval con mazmorras, hechiceros, dragones y demás.
Sin embargo, EarthBound rompía con todo eso porque transcurría en un corriente entorno urbano. Podía ser tu propio vecindario y además el protagonista era un niño completamente normal. Pero la chispa de este videojuego se debe a su sentido del humor y el carisma que desprende en todos los sentidos. A partir de ahí, el boca-oído fue ganando fuerza y los jugadores se dieron cuenta de la joya que se estaban perdiendo: un clásico de culto.
Froach Club y Poppy Works parecen ser grandes apasionados de este título y es muy probable que el título que protagoniza estas líneas no existiría de no ser por él. Un título en el que tenemos que peinar todos los rincones de Hog Town para recopilar pruebas, perseguir a personajes sospechosos y colarnos en las zonas más sórdidas. Todo ello mientras usamos nuestras habilidades de observación e ingenio para resolver el rompecabezas antes de que sea demasiado tarde.
Una rara avis
En el fondo, Melon Journey: Bittersweet Memories hace una crítica feroz al propio medio al que pertenece. Llevamos años conformándonos con simplemente divertirnos jugando y no buscamos que este medio trate de enseñarnos algo. Hablamos de los prejuicios que existen en torno a los videojuegos y su elevada carga de violencia, pero en el fondo seguimos queriendo simplemente pegar tiros sin preocuparnos de qué valores nos están intentando transmitir con ello.
Creo que, si deseamos fervientemente que este medio se empiece a considerar como un arte, es necesario que otros desarrolladores hagan la misma reflexión y decidan transmitir algo con sus historias. No solo en la propia historia en sí, sino en las propias mecánicas y en las consecuencias que acarrea jugar a un juego de una determinada manera.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Steam facilitada por ONE PR Studio.