La creencia popular suele decir que hay quien nace con estrella y hay quien nace estrellado. Por definición, las primeras personas suelen tener suerte en todo, aun sin quererlo, mientras que las segundas no importa lo mucho que se esfuercen, la tendencia natural será a ir de desgracia en desgracia. Pero no todo puede depender del caprichoso poder del cosmos; nosotros también tenemos algo que decir a esa suerte de corriente vital.
A pesar de que nuestra vida pueda estar rodeada de condicionantes que llenan de obstáculos nuestro progreso personal, existen pocas cosas que, sin contar con el más que probable esfuerzo por nuestra parte, lleguen a determinar de forma ajena nuestro devenir. Y así lo cree, de la misma manera, Racoon & Sheep a partir de su Nova: Cloudwalker’s Tale. En este título plagado de puzles el objetivo principal consiste en recoger fragmentos de estrella para avanzar y sobreponernos a un destino que parece, a todas luces, estar en nuestra contra.
De nubes y centellas
Aunque pueda parecer que Nova: Cloudwalker’s Tale consiste en estar en las nubes, lo cierto es que nos brinda una galaxia entera de desafíos. A lo largo de sus cuatro mundos particulares en forma de constelaciones, nos presenta cuantiosos niveles a través de puzles en los que, tras una situación inicial cuanto menos adversa, deberemos volver a recabar todos los fragmentos de estrellas para instaurar un nuevo orden.
Y para llevar a cabo este cometido, como vehículo de transporte en un lugar tan elevado como es el cielo, no hay nada mejor que las nubes. Con 134 pedazos de estrella repartidos a lo largo de 75 niveles, este tipo de condensación del vapor irá variando tanto en forma como en tipo para ser utilizadas con el fin de llegar al final de cada nivel. Sin embargo, no debemos perder de vista los fragmentos de estrella, pues de lo contrario, a pesar de que no sea obligatorio conseguir la totalidad de estos elementos, no se seguirán desbloqueando las nuevas constelaciones y no podremos avanzar en la partida.
Para ayudarnos (o no) en nuestro cometido, las nubes adoptarán distintas modalidades con mecánicas que van cambiando y añadiéndose a las anteriores a lo largo de las constelaciones. Desde las nubes independientes que controlamos completamente y la fusión entre ellas, hasta su estado de congelamiento y fragilidad que hará que se desmoronen después de pisarlas, pasando por unas nubes cargadas de electricidad que constituirán un obstáculo por sí solas, todo estará bajo nuestro control para superar el puzle.
No obstante, independientemente de su tipo, cabe señalar que una vez pongamos un pie en ellas, será imposible que estas se muevan, siendo del todo imposible gastarlas como un mero taxi. Es en este punto donde entra en juego nuestra capacidad de planificación y previsión.
Sobre un cielo estrellado
Aparte de los escenarios con los rompecabezas como protagonistas, en Nova: Cloudwalker’s Tale también hay hueco para la narración de historias. Siendo estas últimas fases un instrumento para ir más allá y para poner a prueba nuestra materia gris, también queda un espacio bajo los focos para unos niveles puramente contemplativos, que hacen las veces de hilo conductor del cuento de quien camina entre las nubes. Estos, juntamente con una serie de cinemáticas muy puntuales, irán desvelando el motivo de tener que rodearnos de cuerpos celestes.
Haber mencionado los focos hace escasas líneas no ha sido en vano, porque si hay algo en lo que destaque el trabajo de Racoon & Sheep es por ofrecer un apartado visual muy llamativo, con tonos oníricos, muy pertinentes para el ambiente en el que nos movemos. Pero si a esto sumamos la banda sonora de la que hace gala Nova: Cloudwalker’s Tale, obtenemos un producto audiovisual muy cuidado. Aun siendo melodías sobre todo ambientales, esto no le impide contar, asimismo, con un toque aventurero y narrativo al mismo tiempo. Un hecho que hace que nos sumerjamos de lleno en la experiencia casi sin darnos cuenta.
Finalmente, el juego que nos ocupa nos incita a jugar de una forma relajada, por lo que, pese a los retos de la senda, toda persona que sea aficionada a los puzzles será bienvenida a pisar el suelo estrellado. Esto es, la falta de existencia de una limitación o contador de movimientos para acabar el nivel nos invita a meditar sin miedo a la penalización o al fin de la partida. Tanto es así, que cabe destacar que el juego que nos ocupa permite la posibilidad de deshacer tantos movimientos como queramos.
En medio de la oscuridad
Con componentes más propios de los sueños que de la palpable realidad, Nova: Cloudwalker’s Tale nos enseña que, por muy difíciles que se pongan las cosas, siempre habrá una pequeña luz que nos invite a seguir adelante, aunque sea tan tenue que nos cueste percibirla. Porque no siempre es fácil discernir cuál es el camino más sencillo ni el que nos acerca más rápidamente al éxito.
De entre todas las estrellas que nos miran desde el cielo, mucho más lejos de lo que podamos imaginar, tendemos a perseguir la que lleve nuestro nombre en un afán de hallar guía (o incluso consuelo) en nuestra aventura más personal. Sin embargo, poner la mira en la meta nos aleja, con frecuencia, de lo que verdaderamente importa: disfrutar del camino y buscar el crecimiento a partir de él.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Steam facilitada por Racoon & Sheep.