Cuando somos pequeños, y no tan pequeños, tenemos muy claro que nos encantaría tener algún tipo de superpoder. En este aspecto, la capacidad de volar constituye, sin lugar a dudas, uno de los primeros puestos, ya que nos haría sentir libres, sin ataduras y dueños de nuestro propio camino. Sin embargo, esta libertad o la falta de ella no viene determinada por la habilidad de volar, sino por las experiencias previas que cargamos en nuestra mochila personal.
El ambiente familiar, la gente con la que nos relacionamos o incluso nuestras aficiones pueden tener un efecto determinante en nuestras vidas. Y es esta maraña de personas y circunstancias la que nos relata Of Bird and Cage, un título desarrollado por Capricia Productions, en el que la música es protagonista. Con ayuda de miembros y exmiembros de bandas como Within Temptation, Epica o Guns N’ Roses, viviremos una aventura a base de extensos videoclips.
Unas alas que soportan demasiado peso
La historia de Gitta, nuestra protagonista, está llena de sombras. Convivir con el alcohol y las drogas en el hogar no comporta un espacio de seguridad, sobre todo si de ello se derivan malos tratos. A raíz de esta situación, se crean unas dinámicas para nada adaptativas y corremos el riesgo de caer en una espiral de la que a duras penas podemos huir y, peor aún, que puede condenarnos a resguardarnos en la adicción para afrontar nuestra desgracia.
Sin escapatoria, y con un futuro poco alentador, el pasado es nuestro único aliado, aunque no son pocas las veces en las que se viste con una falsa máscara de bondad. Rebuscar en él conlleva revivir algunos de nuestros temores, en ocasiones de una forma más consciente de lo que nos gustaría, a la par que su repercusión emocional escapa a nuestro control. En este punto, nos volvemos vulnerables, expuestos a que cualquier persona, sobre todo de mal, quiera guiarnos hacia lo más profundo del laberinto en el que nos encontramos.
Así, la culpa por reconocer en lo que nos hemos convertido crea extraños vínculos que acabamos creyendo merecer. Desde un novio camello y un padre alcohólico hasta un secuestrador que guarda un as en la manga, Gitta se enfrenta a multitud de situaciones. Y es en el último caso en concreto alrededor del cual gira Of Bird and Cage. Descubrir el motivo tras su fijación por nuestra protagonista, así como lidiar con quienes solo pretenden aprovecharse de ella, es lo que pauta y da forma a la aventura.
Música, peligro y sacrificios
Ante el panorama que se nos presenta por delante, a lo largo del juego tomaremos una serie de decisiones que, sumado a cumplir determinados objetivos en el transcurso de los capítulos, moldearán nuestra experiencia y nos abocarán a uno de los cuatro finales distintos. Así pues, cada episodio se corresponde a una suerte de videoclip, ya que el mayor atractivo de Of Bird and Cage es su banda sonora. Presentada como un disco de metal, tomaremos el mando al son de las letras de sus canciones.
Sin embargo, apostar por este formato supone sacrificar ciertos aspectos en lo que a jugabilidad se refiere. Esto es, relegar los niveles a un tema musical implica enfrentarse a constantes fases contrarreloj en las que, en algunas ocasiones, ni siquiera tenemos una pista clara sobre qué acción llevar a cabo. A pesar de que esta característica pueda ir en consonancia con el hilo argumental y su persistente sentido de la urgencia, no supone una aproximación amigable, especialmente para quienes no están acostumbrados a jugar en primera persona.
Por otra parte, esta misma sensación de peligro nos impide estar pendientes de lo que llega a nuestros oídos, relegando el apartado sinfónico a otro elemento de presión más. Además, el hecho de que los diálogos del juego se reduzcan en gran medida a las canciones que escuchamos, al mismo tiempo que observamos a los propios personajes cantar, ofrece un sentimiento de teatralidad que puede llegar a sacarnos de la escena.
Un camino por recorrer
Si algo podemos asegurar tras el lanzamiento del juego que nos ocupa es que las bandas siempre están buscando cómo extender la música más allá de su industria. Un claro ejemplo de ello es la película Imaginaerum, que llevó a la gran pantalla el disco de título homónimo del grupo finlandés Nightwish. Ahora, Capricia Productions va más allá y propone llevar el terreno melódico hasta los videojuegos.
Pese a todo, en esta aproximación existe un desequilibrio entre la banda sonora y la jugabilidad. Aun cuando la primera brilla con luz propia y hará las delicias de los amantes del género, sobre todo si ponemos el foco en temas como Wolf Pack o Break You, la segunda no consigue despegar. Con esto, quizá no sea la caja de Pandora la que se ha abierto, sino la jaula que ha asentado las bases de una armonía entre estos aspectos audiovisuales y que puede suponer el comienzo de una unión que puede demostrarnos su capacidad en el futuro.
En la historia de Of Bird and Cage, queda claro que nuestros actos acarrean una serie de consecuencias que no solo nos salpicarán a nosotros. Ser prisioneros de los incesantes pensamientos sobre lo que es y lo que pudo haber sido nos aboca a seguir encerrados en un mundo que, en algunos casos, queda bastante alejado de la realidad. Si bien, al contrario que un pájaro enjaulado, nosotros sí tenemos la llave que nos permitirá escapar y llevar las riendas de nuestra vida.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por Capricia Productions.