Dicen que los viajes no se disfrutan igual en soledad. Aunque las escapadas en compañía de uno mismo puedan ser necesarias de vez en cuando, no podemos negar que disfrutar de una pequeña aventura en compañía puede convertirse en uno de los mayores placeres de la vida. Anécdotas que se comparten, recuerdos que perduran en la memoria o pequeños secretos que guardar son solo algunos de los ejemplos de experiencias en grupo.
Sin embargo, el significado de aventura varía en función de la persona, pudiendo vivir una sin ir mucho más lejos de la ciudad natal. Pero esto no es generalizable, ya que para algunos esto puede quedarse corto y necesiten ir a la otra punta del mundo para sentirse parte de un verdadero periplo. Y no dan el salto al vasto universo porque no pueden. Pero ¿y si sí se pudiera…?
Aunando lo mejor de la amistad y de una buena aventura, Satryn DX, el videojuego de maybell, nos lanza al espacio sideral para salvar a nuestros amigos de las garras de unos seres anaeróbicos infernales.
Odisea en el espacio
Como todo buen viaje espacial, para tener el control a los mandos se necesita una dosis de entrenamiento y mucho valor. En este caso, tenemos un videojuego 100 % arcade que nos pondrá a prueba a causa de su manejo mediante doble stick. Con una palanca para moverse y otra para disparar, Satryn DX se las ingenia para recordarnos a una prueba psicotécnica que se convierte en un desafío atencional. Esto, sumado a la ingente cantidad de enemigos que se pueden llegar a juntar, desemboca en que, por momentos, pensemos que nos encontramos en el mismísimo infierno.
El título de maybell se centra en una sucesión de niveles sin descanso, sin valerse de ninguna excusa para atraer al jugador en potencia. Así, no encontramos ningún tipo de historia que nos anime a avanzar, pero sí descubrimos una tabla de clasificación al finalizar la partida. Esta no es más que una suerte de salón de la fama en el que podemos guardar nuestra puntuación, independientemente de lo baja que haya sido.
Para “alcanzar” el tan poco ansiado game over, primero hemos de pasar por el sacrificio de, mínimo, las tres vidas que guardamos en la recámara. Y decimos mínimo porque podemos ganar más salvando a unos pequeños seres amistosos, ya que, aunque el juego no cuente con ningún hilo conductor, sí nos ofrece la premisa de lanzarnos al espacio para salvar a nuestros amigos de las garras de unos feroces enemigos.
Aun con todo, en Satryn DX cada derrota constituye una pizca más de sabiduría, dado que cuantas más partidas juguemos, más páginas se añadirán a un documento que, a modo de enciclopedia, nos explica los todos los tipos de enemigos y de obstáculos que nos hemos encontrado y cómo se comportan para frenar nuestro éxito. Y para ampliarla solo existe una posibilidad: seguir jugando.
El color del espacio exterior
A medida que juguemos y pasemos de pantalla, notaremos que los niveles van subiendo la intensidad, pero esta escalada de dificultad no es sinónimo de que los primeros escenarios sean un paseo por el parque. Esto es, existe la posibilidad de encontrarse con un primer nivel plagado de enemigos, mientras un poco más adelante encontramos un remanso de cierta paz que compense el esfuerzo acumulado. Por eso resulta imposible relajarse ni un solo momento si nuestro objetivo es llegar hasta el infinito y más allá.
Parte también de la dificultad de Satryn DX reside en la ausencia de habilidades o potenciadores que faciliten el éxito, puesto que su finalidad es la de buscar la excelencia a costa de proporcionar exigentes partidas. Aun así, a lo largo de cada misión irán apareciendo modificadores de disparos, unas variantes tremendamente útiles que pondrán la balanza de nuestro lado durante unos escasos pero valiosos segundos en forma de disparos múltiples, explosivos o con escudo incorporado.
Aparte de estas armas temporales, Satryn DX proporciona una ayuda en forma de clave visual a lo largo de toda la partida. En otras palabras, usa el color azul para destacar quién es aliado y el resto de colores para reflejar las amenazas, dando como resultado una clara distinción entre amigos y enemigos en una vorágine de colores.
Si por algo se caracterizan los contrincantes, además de por el color –que va desde el rojo hasta el verde, naranja o morado–, es por contar con todo tipo de patrones ofensivos con el propósito de eliminar el azul del mapa. Perseguidores, bombarderos o nidos de pequeños enemigos son solo algunos de los roles que adoptan. Aunque cabe destacar que no solo nosotros somos el blanco de sus disparos, sino que, asimismo, los pequeños seres amistosos se convierten en un objetivo a abatir, confiriendo un extra de exigencia si no queremos sobrevivir en soledad.
Hasta el infinito y más allá
Con el perfeccionismo de buscar un sitio en lo más alto de la clasificación, Satryn DX se convierte en una aventura muy espacial que se inicia por un objetivo muy noble: preservar nuestras más queridas amistades. Aunque, a pesar de que nos pueda venir a la cabeza eso de que la unión hace la fuerza, lo cierto es que en cualidad ofensiva estaremos solos en el horizonte, contando únicamente con nuestro dominio a los mandos tanto para salvar como para ser salvados.
Así, una pizca de valor y muchas cucharaditas de paciencia son los ingredientes principales para lograr la victoria en Satryn DX. Una receta que puede reducirse a base de cierta habilidad bimanual sin gota de frustración para, sencillamente, disfrutar de una entretenida experiencia.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Flynn’s Arcade Publishing.