De un tiempo a esta parte, rara es la semana (si no el día) en que no se añade un nuevo aspecto al conflicto generado por la repercusión de la inteligencia artificial en nuestras vidas. Específicamente, si nos centramos en el ámbito creativo, la suplantación de los trazos humanos en el arte lleva a obras esperpénticas que, si bien de un primer vistazo pueden pasar desapercibidas, afean el conjunto y generan físicas imposibles.
En otros ámbitos, el uso de esta tecnología podría suponer, incluso, nuestra destrucción como especie. Este es el caso de Sentry City, ya que es un juego muy relacionado con las tres leyes de la robótica de Asimov y la repercusión que podrían tener estas en un hipotético caso de sublevación de la vida sintética. En él, Crashable Studios nos obliga a encarar una amenaza inteligente y artificial bajo el pretexto de estar en su punto de mira.
Peligro sintético
Como todo buen ciberpunk que se precie, Sentry City nos suelta en una ciudad decadente, oscura, plagada de robots que buscarán acabar con nuestra vida. Pero ¿acaso no es su deber proteger a la humanidad? En un entorno hostil se suele decir que todo vale, pero la supervivencia no debería tener ningún precio, con independencia de quién lanzó la primera piedra. Y es que, además, la misión que el protagonista decide emprender atenta contra la integridad de los cuerpos metálicos, por lo que el contexto al completo nos aboca a una lucha sin cuartel.
Así, paso a paso, nivel a nivel, iremos avanzando por la ciudad a través de diversos componentes del entorno en forma de plataformas, al mismo tiempo que evitamos los embistes principalmente armados de unos enemigos casi infalibles. Especialmente porque sus habilidades son mejores que las nuestras y porque, por si fuera poco, un solo toque de cualquier elemento antagónico supone volver al último punto de control.
No obstante, Sentry City también cuenta con más tipos de mecánicas que las de saltar de elemento en elemento. Por un lado, por ejemplo, encontramos escenarios cuyo protagonismo recae en mantener el equilibrio en un dispositivo en movimiento salvando los innumerables obstáculos que buscarán hacernos caer a la nada. Y por otro lado, nos toparemos, asimismo, con niveles donde el foco de la acción es un jefe que no nos pondrá las cosas nada fáciles.
Quien espera desespera
La faceta más arcade de Sentry City reside en los más de 15 niveles que ponen a prueba nuestras dotes a los mandos. Expuestos de una manera lineal, es imposible avanzar sin haber superado el escenario actual; si bien, todos ellos parten de la premisa de brindar un 2D lateral con un toque de acción e infiltración que harán las delicias de quienes amen este tipo de géneros.
Sin embargo, no hemos de olvidar el hecho de que, a pesar de ser apto para partidas de todo tipo de duración por su organización en forma de niveles independientes, el título que nos ocupa puede resultar un tanto cruel. Esto sucede a causa de la exigencia de la que hace gala a través de estar siempre al filo de la muerte (recordamos que morimos cada vez que nos impacta una sola bala o nos roza un enemigo) y de tener que dominar unos controles precisos.
Por este motivo, Sentry City nos obligará, en más de una ocasión, a invertir unos segundos de más para sobrevivir, a costa de ignorar el tiempo de juego y sacrificar parte de la puntuación final. Porque su vertiente arcade está muy presente gracias al cronómetro y al sistema de estrellas de cada nivel, cuya función no hace sino sugerirnos que le demos rápido a los botones para ser los números 1 de la ciudad.
Por último, aparte de una estética que nos traslada a un lugar lúgubre, la banda sonora también va de la mano de lo decadente y lo deteriorado de un ambiente en el que la vida natural ha quedado relegada, en el mejor de los casos, a un segundo plano. Lejos de suponer una pieza extra en este puzle de tensión, acompaña perfectamente al pixel art de Sentry City para crear un entorno efectivo para nuestro cometido.
Máquinas sin piedad
Las obras de ficción nos entretienen mostrándonos realidades alternativas desde la seguridad de nuestra casa. Desde alienígenas hasta virus mortales, un amplio espectro de circunstancias han sido frecuentemente recreadas para enseñar la hipotética cara de la humanidad frente a condiciones extremas. Siendo unas situaciones más verosímiles, e incluso cercanas, que otras, lo cierto es que todas han posibilitado espacios de reflexión y de debate.
En el caso de la inteligencia artificial como amenaza del propio mundo natural, es inevitable pensar que cada vez estamos más cerca de un futuro rodeado de esta tecnología. Sin embargo, lo que no podemos tener tan claro es de la dirección que tomará esta relación a todas luces simbiótica ni qué existencia será la que se vea mermada. Esperemos que no sea tan aciaga como la de Sentry City.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Flynn’s Arcade Publishing.