Desde los inicios de la humanidad el mar nos ha proporcionado alimentación, múltiples recursos y fuentes de riqueza que no siempre se han obtenido de forma legal sinó también delictiva.
De todos es sabido que la configuración del pirata como tipo es deudora del Romanticismo y de la cosmovisión que le acompaña; concretamente, del Romanticismo anglosajón. Desde Inglaterra, esta imagen se ha expandido al resto del mundo, pasando por España, llegando al Hollywood estadounidense en el siglo XX y, por fin, como icono de la cultura popular en la actualidad. Desde pequeños conocemos su existencia. Los hemos visto en el teatro y en el cine. Nos resultan tan reconocibles como los vaqueros y, al igual que éstos, han adquirido carácter de leyenda.
Y aunque estos ladrones del mar se han vestido con unos y otros significados, y puede rastrearse una linealidad entre todas las connotaciones que acarrean, obras como Seven Pirates H se abrazan al estereotipo sin ningún tipo de pudor. En este caso, apostando por un RPG tradicional que pone énfasis en la exploración y el descubrimiento. Un RPG en el que dirigimos a un grupo de chicas monstruo en combates por turnos contra malvados enemigos, aprovechando sus puntos débiles para vencerlos, mientras vivimos la aventura de nuestras vidas entre distintas islas.
La vida de un pirata ¿es la vida mejor?
Es una obsesión. El pecho es un objeto de deseo, un fetiche y un símbolo de poder. Sí, cierto, no son más que bultos de grasa y carne pegados a la parte frontal de la mayoría de los torsos. Si bien, desde tiempos remotos, han sido un evidente símbolo sexual y en la actualidad se siguen utilizando tanto para uso comercial como para protesta social. ¿Qué tienen los pechos para convertirse en un gran reclamo y obsesión de nuestra sociedad? Probablemente esto es debido al comercio de valores y su mediatización en el mundo. Dicho de otra forma, son como objetos a la venta con los que ganar mucho dinero.
De la misma manera, existen muchísimos mitos y leyendas acerca de cómo hacer que crezcan los pechos de una mujer, pero esa es una historia que puede contarse en otra ocasión (o quizá no).
En su forma, movimiento y tamaño, Seven Pirates H tiene un interés sexual considerable en los senos femeninos. Símbolo de la feminidad y reclamo erótico por excelencia, estos están dotados de múltiples habilidades, literalmente hablando, puesto que hacerlos crecer supone que las partes protagónicas de la aventura que nos ocupa se hagan más fuertes. ¿Y cómo se consigue este crecimiento? A través de un entrenamiento con ejercicios compuestos de masajes, en los que tenemos que ejercer algo de presión en cada movimiento.
El método más habitual de evolución en el género RPG supone obtener determinados puntos de experiencia para que nuestros personajes suban de nivel, normalmente después de cada combate. Empero, en el caso de Seven Pirates H, este ofrece unas curvas de crecimiento como las que se han representado en estas líneas.
Una cuestión de pecho
Por muchos es sabido la problemática de la representación femenina en los videojuegos, sobre todo en el énfasis a la hora de representar el cuerpo femenino basado en sus cualidades, por ejemplo, las técnicas sexistas como la hipersexualización cuando se muestra a la mujer. Afortunadamente, los tiempos han cambiado (algo) en Occidente por las tendencias que ha ido marcando la sociedad, especialmente en esa descripción de personaje cliché, sometido a ideas preconcebidas.
Todo esto lo saben los desarrolladores, pero la forma clásica de presentar a la mujer en Oriente está atada a unos estereotipos de género claramente definidos con el fin de atraer al público masculino que se deleita de esa imagen atractiva, pero poco realista. Por desgracia, Seven Pirates H pone de manifiesto este estigma a través de unos diseños que se quedan en paños menores, literalmente hablando, y nos preguntamos si es necesario o justificable esa sexualiación; si de verdad es necesaria para el desarrollo del propio juego o si ello sucede únicamente por una visión objetual que los hombres tienen de las mujeres.
No, no tiene justificación conforme a ningún fundamento.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital para Nintendo Switch facilitada por Eastasiasoft.