Shift 87

Tan largo y tendido se ha hablado sobre P.T. y la posterior cancelación de Silent Hills que, cada vez que se retoma esta conversación, uno tiene la sensación de estar reabriendo e impidiendo cicatrizar una herida todavía fresca en el imaginario colectivo. Sin embargo, días como hoy demuestran que su historia, si bien incompleta, es motivo de alegría por lo que favoreció de forma directa o indirecta en el medio. A este respecto, pasando de ser el explorador que allanaba el camino de la comitiva principal a convertirse en la fuente de inspiración de múltiples creadores. Uno de ellos es Pixelsplit y su obra, claro, es Shift 87.

Variedad de sustos y conceptos

Construido sobre el motor Unity, la obra que nos ocupa es, como no podía ser de otro modo, un juego de terror en primera persona que nos pone en la piel de un empleado de NORN Corp., donde nuestra tarea principal consiste en probar los últimos aparatos tecnológicos de la compañía, pero haciendo “trabajos de campo”, donde deberemos adentrarnos en tres diferentes áreas hechas por NORN Corp., las cuales son generadas proceduralmente, y nuestro objetivo será detectar cualquier anomalía o presencia extraña usando estas herramientas de detección.

Será durante estos titubeantes primeros pasos cuando percibiremos el imponente apartado artístico de Shift 87. Y es que aunque Pixelsplit es un estudio de espíritu y orígenes independientes, el mimo, cuidado y esfuerzo que se ha puesto en cada modelado y en cada estancia hace que esa humilde ascendencia pase a un segundo plano y el juego de marras pueda mirar cara a cara a todos y cada uno de sus competidores. La inspiración en su estilo artístico es clara: P.T. y su fotorrealismo encuentran un exquisito reflejo en unas estancias reconocibles y llenas de personalidad gracias a multitud de detalles perfectamente perfilados que, en su conjunto, transmiten la imagen de un entorno de carácter empresarial.

Del mismo modo que lo hace su sonido, que se beneficia en gran medida del amplio espacio que ocupa el silencio para reforzar la intensidad de unos efectos sonoros muy contundentes y perfectamente estudiados. Valga como ejemplo el hecho de que pronto reconoceremos el sonido de pulsar interruptores y demás acciones mundanas y que esto sólo servirá para que, al darnos la vuelta, algo o alguien quizá los active e inmediatamente nos ponga en guardia, machaque nuestra cordura y nos invite a salir zumbando de allí.

Porque esa será la estructura en torno a la que girará el progreso de Shift 87. Si bien es cierto que durante ciertos tramos podremos deambular a nuestro libre albedrío y bajo nuestra cuenta y riesgo, gran parte de su músculo narrativo estará detrás de encontrar un total de 66 anomalías a lo largo de 3 niveles, todos ellos con entornos envolventes y creados de forma meticulosa.

A la sombra de P.T.

Y es que Shift 87 pone las cartas sobre la mesa desde el primer compás. Una premonitoria pantalla nos avisa de que este título es, en sus propias palabras, difícil. Y no le falta razón. Con unas mecánicas de juego que están a caballo entre el ya mencionado P.T. y los títulos de Frictional, este nos obligará a prestar muchísima atención a los detalles que irá desplegando ante nosotros al mismo tiempo que usamos el dispositivo designado para informar de cualquier anomalía.

Esos detalles a veces se manifestarán de forma visual y otras veces lo harán haciendo uso de recursos sonoros compartiendo, en cualquier caso, la intención de no llevar al jugador de la mano. Lo cual se traducirá en unas situaciones que nos exigirán una exploración pausada, atenta e inquisitiva de la práctica totalidad de los elementos que nos encontremos. 

Pero claro, si el desarrollo de la historia fuera de puzle en puzle, bien pronto nos acostumbraríamos a la ambientación, por inquietante de fuera. “Afortunadamente”, no le asusta pisar el acelerador a fondo y, cuando le apetece, se pone el género por montera para regalarnos unos jumpscares que nos dejan clavados allí donde estemos jugando.

Terror, angustia y enigmas

Conocedor de sus virtudes, de su público y de la fortaleza de su propuesta, arriesga con decisiones que serían absolutamente impensables en títulos de mayor calado y, por tanto, más conservadores. No siempre acierta el tiro, pero cuando lo hace consigue que su firme apuesta por un diseño empecinado en confiar en la astucia del jugador dé sus frutos, y todo ello sin un mínimo atisbo de esconder sus referentes.

Un uso inquietante e impredecible del espacio o esas esquinas que son la promesa de un susto nada más verlas son detalles que evidencian unas influencias que Shift 87 no sólo no oculta sino que lleva a gala para decir que sí, que P.T., Silent Hill o Amnesia – entre muchas otras fuentes – han marcado su desarrollo y que ha cristalizado en un título que consigue que nos quedemos helados al escuchar algo tan sencillo como el chasquido de un interruptor.

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PC facilitada por PressEngine.

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