Cada vez es más frecuente que recursos propios de un tipo determinado de arte permeen en otros medios para formar una capa más de profundidad al lenguaje artístico. En el caso de la personificación, este recurso consistente en dotar de cualidades humanas a animales u objetos ha logrado traspasar las páginas de los libros para adoptar un formato audiovisual en pos de acercar las sensaciones de distintas maneras.
De la misma manera, en el caso concreto de los animales, algunos de ellos ya se catalogan dentro de una idea general, por lo que no hacen sino sumar peso a una narrativa que, en parte, se va construyendo sola. Así, por ejemplo, el león suele ser fuerte y valiente; el zorro, astuto e ingenioso; y el ratón, curioso y adaptativo.
En el caso de los videojuegos, podríamos enumerar incontables ejemplos. Pero ahora nos centramos en el caso de Super Spy Raccoon, título que presenta un mapache, con sus características intrínsecas de inteligencia, rapidez y sigilo, en un plataformas en el que Slain Mascot nos convierte en espías de primer nivel.
Un mapache con mucha vitalidad
Con esta premisa, Super Spy Raccoon nos pone al control de un mapache espía encargado de recoger unos documentos del enemigo, obviamente, sin ser visto. Ello supone un desafío total si tenemos en cuenta la inmensidad de obstáculos que hay por el camino. Dichas trabas aparecen en forma de monos, búhos, focos y sensores de movimiento, solo para acabar sumándose al plantel unas nada simpáticas llamas que no respetarán los escondrijos.
Estos elementos destacan por decorar un envoltorio puramente arcade. Esto es, la mecánica principal consiste en dominar el arte del plataformeo mientras huimos de miradas indiscretas. Al mismo tiempo, aunque es generoso, no podemos pasar por alto el tiempo del que disponemos para llegar al final de cinco niveles diferentes a través de unos variopintos escenarios.
El hecho de que transitemos una sucesión de niveles supone, a su vez, que la distribución de los documentos sea totalmente diferente en cada uno, creando experiencias únicas en cada escena. Sin embargo, un aspecto de Super Spy Raccoon que no cambia es la premisa de seguir un orden determinado con el fin de premiar la ejecución con un extra de puntos. Algo que no vendrá nada mal a la hora de sufrir un game over, puesto que sacrificando la mitad de la puntuación conseguida hasta el momento, existe la posibilidad de sobrevivir varias vidas más.
Las sombras, nuestras aliadas
Para el público menos avezado en estas mecánicas y modus operandi, el ensayo y error en Super Spy Raccoon puede ser el mejor amigo –o enemigo– a la hora de buscar la precisión necesaria para apurar lo máximo posible el tiempo invertido. Un nivel de detalle que nos invita a vivir al límite haciendo un uso estratégico de los arbustos y las estatuas que nos convierten en invisibles. Sin embargo, por un módico precio, también podemos desaparecer de la vista de los enemigos gracias a una poción al alcance del mejor mapache espía.
Con el paso de las partidas –y de los errores–, iremos reconociendo nuestras fortalezas y las explotaremos al máximo. Hasta tal punto que, una vez hayamos inspeccionado el terreno y tengamos situados los elementos clave, resultará sorprendente la capacidad de enfocar la atención en los impedimentos mientras nuestro mapache se mueve por el espacio que captamos de reojo.
A una paleta de colores que permite distinguir a la perfección el fondo de los obstáculos y del propio protagonista se suman unos trajes en forma de coleccionables que conseguimos al alcanzar diversos hitos en el juego, en forma de finalizar niveles con maestría.
Mapaches sin fronteras
Aunque con mecánicas diametralmente opuestas, Super Spy Raccoon nos recuerda al bueno de Sly Cooper –también conocido como Sly Raccoon–, obra en la que un mapache se enfunda el traje de ladrón para robar a criminales, usando lo mejor que puede sus dotes de incógnito. Este otro ejemplo es una prueba más de que la personificación consigue que establezcamos vínculos con los personajes de un videojuego y de que lo sigamos recordando en el tiempo.
En resumen, apto para partidas cortas, Super Spy Raccoon se compone de un estilo de entretenimiento exigente si nuestro método de afrontación es llegar a lo más alto de la cima. Pero también consigue divertir al público más casual. Constituye una experiencia de aprendizaje universal y en la que seguir esforzándonos por el bien de la misión.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Flynn’s Arcade Publishing.