Que el fenómeno de las hamburguesas ha llegado para quedarse es una realidad, como lo es también la infinita versatilidad de esta preparación de origen quizás incierto (se dice que la receta más antigua es de Alemania), pero de refinamiento claramente americano, y que hoy podemos encontrar en las cartas de toda clase de restaurantes. Son muchos los chefs que apuestan por su propia versión de la hamburguesa, y tampoco faltan propuestas que ponen todo su genio e inventiva a nuestro servicio. Su importancia es tal que, hasta hace no tantos años, la hamburguesa marcó el inicio de una nueva tendencia gastronómica: la de las hamburgueserías gourmet, restaurantes que abrieron sus puertas utilizando este alimento como eje central de sus ofertas gastronómicas.
En Ninguna Parte, de hecho, adoramos las hamburguesas por su sabor, pero es que además son un alimento completo y nutritivo, y que puede sacar de más de un aprieto culinario con solvencia.
Dicho de otra manera, pocos platillos evocan tantos temas como la hamburguesa. Es símbolo de conveniencia, de globalización y capitalismo, factores tan representativos de la era moderna. Es el capital más valioso que se posee y este debe ser protegido a toda costa, incluso si eso supone enfrentarse a criaturas como los Alien Hotdog, una raza mutante cuya misión es arrebatarnos, de una manera o de otra, todas las hamburguesas del mundo.
Por suerte, no estaremos solos en esta contienda que nos propone Superola Champion Edition, pues contaremos con la inestimable ayuda de una llama amante de las hamburguesas, la cual emprende una aventura con reminiscencias a la saga de Super Mario y Sonic the Hedgehog. Una aventura que se caracteriza por un lenguaje estrafalario e irreverente en el que se mezclan una gran cantidad de personajes absurdos con situaciones mucho más disparatadas si cabe. En otras palabras, es una aventura que no se toma en serio a sí misma ni al jugador, pero en la que también se nota el amor que profesa por los juegos de antaño.
Una llama-da de emergencia
Por muchos es sabido que la industria de los videojuegos para dispositivos móviles mueve miles de millones de euros. Una industria con plataformas que se han convertido en una extensión de nuestro propio cuerpo, que concentra infinidad de tareas, y que está viviendo una época esplendorosa. No es una tarea baladí, ya que gracias a la participación de grandes desarrolladoras que están lanzando algunas de sus franquicias más icónicas, podemos contemplar una parte de este crecimiento tan acusado.
Y quién dice lanzarlas, también dice adaptándolas, pues la dinámica del auto-runner (y también endless run) es una de las más populares dentro de este mercado.
Nada más hacernos a los mandos, nos sentiremos desnudos, dado que el miedo cobra mucho protagonismo al no tener el control de uno mismo, de nuestra llama. Después de todo, la necesidad de control es la tendencia de cualquier videojuego; es absolutamente fundamental tanto para nosotros mismos como para todos los elementos que nos rodean. Pero llegar al punto de perder completamente nuestra capacidad de deambulación y convertirnos en una marioneta a merced de la aventura que nos ocupa, del inconsciente colectivo, no es plato de buen gusto.
Ahora bien, si obras como Bit Trip Runner y algunas fases musicales de Rayman Origins/Legends buscan en realidad que el jugador se deje llevar por su desarrollo, por una dificultad progresiva y un sentido del ritmo, ¿por qué Superola Champion Edition debería ser diferente? Porque en el fondo, tras ese trozo de llama llameante alejada de su naturaleza como plataformas 2D clásico, se esconde una aventura terriblemente gratificante a la par que desafiante. Una que está centrada en dominar el ritmo en los momentos precisos para llevar a cabo saltos imposibles a la velocidad de la luz y rayos mágicos con los que eliminar a los enemigos que se pongan por delante (siempre y cuando tengamos las reservas de hamburguesas suficientes).
La recuperación de la memoria alimentaria y gastronomía tradicional
Después de todo, preservar las hamburguesas es un acto importante no solo para la humanidad, sino para todos los seres que habitan la Tierra. A fin de cuentas, es en estos alimentos que están los recursos naturales necesarios para su supervivencia, como agua, alimentos y materias primas.
Sin estos recursos, todas las formas de vida del planeta podrían acabar.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por JanduSoft.