Hay algo en la condición humana que sugiere que queremos un trato especial. Vivimos en una rendición de cuentas mutua, cada uno responsable ante el otro, y cada siendo objeto de juicios. Somos una especie insaciable, una que ansía poseer todo lo que se encuentra a su alrededor, y sobre lo que reinamos sin miramientos. Y claro, tampoco nos basta con aspirar solo a eso.
Es un mecanismo evolucionado mediante el cual el organismo humano procede a lo largo de la vida, sostenido en todos los flancos por vínculos de interés mutuo. Si bien, el mundo puede reaccionar a la insensatez humana con consecuencias. Porque eso es lo que ocurre en The Knight Witch, una alegoría sobre el avance imparable de la avaricia humana y los enormes cambios que ha traído consigo la construcción de la industria inteligente. Y aunque podemos ser conscientes de cuando existe un sentimiento de avaricia para así evitar caer en trampas que solo traen ruina y destrucción, no aprendemos las lecciones.
La causa de nuestra destrucción, por más vueltas que le queramos dar, no es otra que nuestra irresponsabilidad. Y la obra que nos ocupa nos recuerda esto constantemente por medio de un desarrollo de fantasía que trata de hacer algo diferente: combinar elementos de videojuegos de acción, aventura y plataformas, elementos inherentes de los metroidvania, con una pizca de shoot’em up.
Un shooter salvaje y excepcional
Porque por encima de todo, The Knight Witch se ampara en la representación de la multitud en el videojuego, el resultado de tomar la decisión de llevar hasta el extremo los mecanismos que componen un juego de este tipo. Multitud de enemigos, abundancia de explosiones en pantalla y un frenesí epiléptico que eleva el reto hasta la categoría de infernal, pero todavía asumible.
Lo que hay es lo único que importa: el jugador, la bruja caballero a la que controlamos con destreza voladora, mejora de habilidades y una tormenta incesante de obstáculos a cada cual más monumental, así como una barrera casi infranqueable. Ahora bien, todo obstáculo es superable si estamos determinados a hacerlo y en el título que protagoniza estas líneas hay una salida, un patrón de disparo en medio del caos. Entonces, si por naturaleza, entendemos la forma en la que se establece la tormenta de balas, podremos encontrar la forma de sortear el caos de la realidad para darle un orden establecido.
Y eso es a través de nuestra ira, un sentimiento que cumple una función cuando eliminamos a los suficientes enemigos, pues tiene una razón de ser: defendernos ante otras situaciones de peligro o un ataque. Si sabemos controlarla y valernos de ella cuando la necesitamos, activarla nos puede ayudar a salir victoriosos de situaciones que nos superan.
Atados por géneros o convenciones
Si bien, nuestro periplo por Dungeonidas es mucho más que eso, dado que The Knight Witch toma también prestados la acción y exploración en 2D al estilo metroidvania, y con esa mezcla tan homogénea, sabe como generar algo realmente interesante. El aspecto fundamental y la característica más definitoria reside en su mundo y, como consecuencia, la exploración, dado que toda la aventura tiene lugar dentro de un mapa grande lleno de secretos que debe ser recorrido de arriba abajo.
Esta estructura de mundo abierto con salas que vamos desbloqueando poco a poco a medida que nuestra protagonista va avanzando, está aderezada con la obtención de nuevas habilidades y ligeros toques roleros. Pero, sobre todo, hace hincapié en la dureza de los combates, uno de sus puntos más divertidos, especialmente cuando batallamos y derrotamos a los jefes. Porque conforme comprendes el funcionamiento del combate para enfrentarte a toda clase de criaturas sin sufrir daño o visualizas conexiones entre zonas para llegar a lugares que parecían inalcanzables se van abriendo nuevas rutas, atajos o simplemente objetos extra.
No hace falta que el juego proporcione un indicativo explícito de esas nuevas situaciones en lugares conocidos; la confianza que el jugador gana en sus propias habilidades es la clave del avance.
El vínculo entre tecnología y naturaleza
Sin afán de contar mucho más, The Knight Witch es una obra que trata sobre el equilibrio entre la tecnología y la naturaleza, entre el conflicto y la paz desde distintas perspectivas teóricas no siempre reconocibles entre ellas, y la avaricia que lleva al ser humano a obnubilarse por la ambición desmedida. Porque cuando el equilibrio queda completamente roto y el viento que nunca para de soplar se detiene, lo primero que debe comprobarse es que el orden esté restaurado.
Dicho de otra manera, el juego desarrollado por la gente de Super Mega Team nos entrega, a través de sus líneas de código, una invitación a la reflexión profunda sobre nuestra responsabilidad con todo lo que nos rodea. Aboga por el entendimiento y favorece el diálogo, determinantes de la confianza y el respeto mutuo.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Xbox Series S|X facilitada por Team17 a través de PressEngine.