Volvamos la vista atrás. Viajemos a una época mágica e irrepetible. Una época de audaces aprendices de pirata, de torpes conserjes espaciales, de aventureros diestros con el látigo, los puños y el ingenio, de cuarentones ligones entrañables. Una época donde dos de las compañías más míticas de la historia de los videojuegos libraban una batalla colosal por ver quién nos ofrecía la más desafiante e increíble aventura, batalla a la que se unirían varias desarrolladoras más para bendita fortuna de los que amábamos un género único dentro del entretenimiento electrónico.
Una época, en definitiva, donde las aventuras gráficas eran uno de los principales referentes dentro del catálogo del PC y donde dicho género nos ofreció una diáspora de clásicos atemporales como en ningún otro momento de la historia del videojuego se ha vuelto a ver.
Solo así podemos entender The Many Pieces of Mr. Coo, una aventura repleta de un humor inimitable, de esos juegos que transmiten que su creador se lo pasó en grande haciendo el juego y tú te diviertes a cada enigma resuelto. Un juego cuya propuesta jugable es la de una aventura gráfica de toda la vida point and click, aunque apuesta por unas mecánicas sorprendentemente minimalistas, y que funcionan a la perfección. Todo esto es suficiente para crear una intrincada aventura gráfica, como las de antes, con una gran mayoría de los puzles basados en revisar cada escenario.
La época dorada de las aventuras gráficas
¿Es muy difícil The Many Pieces of Mr. Coo? Pues para un veterano del género curtido en mil batallas la verdad es que no lo es demasiado, aunque siempre es desafiante, y a diferencia de otras vacas sagradas del género no hay puzles absurdos, todo tiene cierta lógica y siempre te dan pistas si estás lo suficientemente atento, lo que hace que sea muy satisfactorio. Nos habremos atascados unas tres veces en toda la aventura, lo que también es parte del disfrute del género, el volverte un poco loco intentando dar la solución.
Pero el desarrollo siempre fluye, con un ritmo perfecto, y con una dificultad muy bien medida, algo que nunca es sencillo en este tipo de título. Un título muy bonito, tanto en lo técnico como en lo artístico, en un alarde gráfico de los que desencajan mandíbulas. Su estilo cartoon heredado de la mejor tradición del maestro Chuck Jones y sus cortos de animación, especialmente de los Looney Toons, es verdaderamente majestuoso, con una dirección artística rompedora como no habíamos visto desde los tiempos de Day of the Tentacle.
Para redondear ese aire de dibujo animado que tanto sorprende, el trabajo de animaciones de personajes es soberbio, dotando a Mr. Coo de una expresividad increíble y que por momentos roza el paroxismo.
El videojuego entra en los despachos
Hay muchas cosas que pueden resultar frustrantes cuando jugamos a videojuegos: que la dificultad sea demasiado elevada, que el título en cuestión esté plagado de bugs, que no puedas disfrutar de la experiencia completa a menos que vuelvas a pasar por caja y adquieras nuevo contenido descargable… Sin embargo, para muchos no hay nada peor que dedicar tiempo y esfuerzo en superar todos los desafíos que te plantea un juego para ir desgranando una historia que por circunstancias carece de un final cerrado.
The Many Pieces of Mr. Coo llega antes de tiempo y está lejos de estar bien terminado, con una buena cantidad de errores y fallos que en la mayoría de las ocasiones no son demasiado importantes (los típicos errores que llevamos viendo desde tiempos inmemoriales) pero que en las menos sí afectan notablemente en la jugabilidad. Todo esto hace que el título chirríe por momentos, algo que puede lastrar la experiencia de todos aquellos que busquen una apuesta más redonda a nivel jugable.
Una apuesta que, por cierto, ha sido publicada sin el consentimiento de su creador, y que este así manifestó días atrás por redes sociales, afirmando que no es fiel a las instrucciones dadas, ni es la experiencia que estaba planeada en un principio.
Una muestra más de que, aunque la industria de los videojuegos es un negocio, estamos asistiendo a movimientos que superan con creces cualquier línea que las justifique solo por ganar dinero. Esto debe servir para que todos, nos demos cuenta de todo lo que está mal e intentemos cambiar las cosas.
Y aun con todo, la obra que protagoniza estas líneas no deja de ser un buen punto de partida para algo que con acertadas actualizaciones podría ser tan irreverente como el campo de juego que nos presenta. Pero ahora mismo eso son planes de futuro y con lo que tenemos hay que recomendarlo con reservas.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PlayStation 5 facilitada por Meridiem Games.