The Pixel Pulps Collection

Los recopilatorios de videojuegos están a la orden del día. Ejemplos como Tomb Raider I-III Remastered, Grandia HD Collection o Class of Heroes 1 & 2 – Complete Edition, por nombrar algunos, consiguen hacer accesibles juegos catalogados en muchos casos como retro, con títulos relacionados y con​ un vínculo que merece la pena rescatar.

Y en uno de estos formatos nos llega The Pixel Pulps Collection, una colección que reúne las obras de LCB Game Studio –compuesto por el escritor Nico Saraintaris y el artista Fernando Martinez Ruppel–: Mothmen 1966, Varney Lake y Bahnsen Knights.

Las tres obras que incorpora el presente recopilatorio conforman una novela visual en su sentido más literal, puesto que la forma de avanzar consiste en pasar diálogos. Si bien, con la piel de una aventura del tipo “crea tu propia historia”, cada juego nos ofrece una serie de bifurcaciones en forma de decisiones –que también se seleccionan como líneas de texto y nunca en la propia ilustración– que nos incitan a pensar un poco. Principalmente porque en la mayoría de ocasiones hay una alternativa que permite avanzar y otra que lleva hasta la muerte, dando pie a una reformulación de la historia que, por suerte, tiene lugar rápidamente sin necesidad de repetir largos fragmentos.

Pero si por algo llama la atención The Pixel Pulps Collection es por su característico estilo visual, que simula la paleta de colores típica de los ordenadores de los años 80. A pesar de que el estilo artístico es similar en los tres títulos, cada uno hace uso de colores diferentes, por lo que los matices son diferentes y mantienen la misma belleza. En cuanto a lo audiovisual, estamos ante una banda sonora que se limita a emular sonidos ambientales para adornar la narrativa, consiguiendo unos efectos que son más que suficientes para adentrarnos de lleno en cada una de las obras y dotarlas de identidad propia.

Aunque los tres videojuegos que componen The Pixel Pulps Collection compartan todo lo anterior, no es menos cierto que cuentan con minijuegos propios. Entre ellos encontramos el solitario –la joya de la corona de la colección, ya que cada uno de los tres títulos cuenta con un tipo diferente de solitario con sus propias reglas–, una lucha mediante disparos estratégicos, unos acertijos, la pesca, la conducción o relacionar evidencias, entre otros. 

The Pixel Pulps Collection

Pero estas diferencias no quitan que estemos ante una serie de historias de suspense, misterio y, por qué no decirlo, un buen toque de terror, a base de argumentos que reúnen lo​ mejor de la ciencia ficción y terror de la década de los 80.

Mothmen 1966, una lluvia de deseos

Con diferentes protagonistas que se van turnando para ofrecernos diferentes y más ricos puntos de vista, esta obra se construye sobre la leyenda de una lluvia de meteoritos que, según cuentan, trae consigo la aparición de unas criaturas con forma de animales bípedos. Así, con una joven pareja que se mueve en el límite de su relación y un nativo americano que está obsesionado con la historia de su familia se convierten en el eje conductor de la trama. Una trama que abraza lo sobrenatural sin dejar de lado cuestiones religiosas relacionadas con el pecado, el bien y el mal.

Entre la leyenda y el pasado propio de Estados Unidos, el campo de la Historia compone un elemento clave en el desarrollo de Mothmen 1966, forjando y modulando las relaciones entre los personajes e incentivando sus motivaciones. Unas motivaciones relativas a la construcción de un arma con un componente místico capaz de acabar con todo lo que se le ponga por delante. Un proceso que no se verá exento de vivencias muy poco terrenales, como unos sospechosos hombres de negro, criaturas sobrenaturales y posesiones varias.

Abrazando la incertidumbre de lo que está por llegar en un ambiente hostil, inquietudes familiares, palabras que se quedan sin decir o inseguridades varias encuentran su sitio en esta obra de The Pixel Pulps Collection que se sitúa a mitad camino entre una plaga y un castigo divino. Tanto es así que coquetea con el origen de la humanidad añadiendo un toque de maldad que consigue oscurecerlo hasta tal punto que hace dudar incluso de nuestra propia naturaleza.

Varney Lake, colmillos afilados y un mar de arrepentimientos

La segunda obra de The Pixel Pulps Collection encarna a distintos personajes, incluso en varios momentos de sus vidas. Concretamente, el pasado, a modo de flashbacks y una paleta de colores más rica, se presenta como un lugar cargado de esperanza y buenos recuerdos en el que un trío de amigos se juntan para pasar el verano de la forma más divertida posible. Mientras tanto, el presente se torna lúgubre, sin demasiado por lo que seguir adelante e insatisfacción con el camino que la vida le ha hecho tomar por parte de todos los personajes. 

De este modo, Varney Lake salta entre el pasado y el presente para dotar de capas de profundidad a una narración sobre el encuentro con un vampiro. Esta reunión que tiene lugar en la adolescencia de los principales narradores y resulta información vital para un personaje ajeno a ese episodio pero que indaga sobre ello por cierto interés personal. Aun así, entre medias hay tiempo para destacar los estados propios de la adolescencia, como el descubrimiento del mundo en su máxima expresión, la importancia de los iguales en contraposición a la familia o la aparición de los primeros enamoramientos y atracciones. 

Además de un gran número de localizaciones y acciones a realizar, en la obra que nos ocupa se va forjando una historia de fondo que, si bien parece no tener importancia, al final se nos presenta como una suerte de moraleja de que todo acto conlleva una consecuencia, y que esta no siempre es previsible ni justa. Al mismo tiempo, el vampiro resulta comportarse de manera leal y servicial, guardando una deuda para con el grupo adolescente cuyo favor no dudará en devolver llegada la ocasión. 

Bahnsen Knights, instinto de supervivencia entre ruido de motores

El tercer y último título de esta colección es, posiblemente, el que nos ofrece la atmósfera más opresiva y peligrosa de los tres. Aparte de por estar solos ante el peligro al controlar a un solo personaje, la cuestión es que no estamos ante un enemigo sobrenatural, sino ante un grupo de seres humanos que se creen superiores a todo, invulnerables y validados que se nos presenta en forma de secta y en la que no tenemos más remedio que infiltrarnos. Por este motivo, salvaguardar nuestra tapadera será un requisito indispensable para procurar la supervivencia.

Y no es para menos cuando la propia obra, nada más empezar, te avisa de que vayas guardando el progreso regularmente. Y tiene todo el sentido cuando el número de game over aumenta considerablemente al existir un número mayor de amenazas, porque en Bahnsen Knights una simple conversación o un mero pensamiento puede suponer que nuestras constantes vitales lleguen a cero.

Mientras tanto, no debemos perder el foco del motivo de la infiltración, puesto que para intentar desvelar los asuntos turbios de los Bahnsen Knights, nos comunicamos con nuestra agencia para ponerla al corriente de nuestras pesquisas. Así, a partir de un minijuego detectivesco, seleccionamos las evidencias recogidas y las relacionamos con estampas de personajes religiosos que atribuyen el significado de la ayuda de terceras personas o malversación de fondos, entre otros.

Además, la carretera es otro foco de riesgo, dado que el jefe –y el elegido de turno– parece salido de la película Death Proof, con una fijación por sus Ford Sierra y la doma de tornados que deja en la cuneta a la seguridad y, por consiguiente, al aprecio por la vida. Con una situación tal, los días se hacen largos, reflejando un cambio en el estado de ánimo del protagonista, rozando lo insensato y solo encontrando consuelo en el recuerdo de su familia y el anhelo de volver con ella. 

La magia de unas buenas historias

En resumidas cuentas, The Pixel Pulps Collection es un pequeño compendio de historias que intentan indagar sobre el verdadero significado de la humanidad, no como cualidad, sino como esencia. Y lo hace contraponiendo la vida terrenal a la sobrenatural, en una particular pugna que consigue que este último componente ​resulte más seguro y benevolente, en base a una suerte de hilo conductor entre las historias que puede llegar a hacernos dudar de si realmente ha sucedido todo de lo que hemos sido testigos –aunque Mothmen 1966, Varney Lake y Bahnsen Knights se pueden disfrutar independientemente–.

Y logra transmitir todo tipo de sensaciones en cuestión de entre 2 y 3 horas por juego haciendo un uso magistral de una escasa paleta de colores cuya estructura cuadriculada no impide crear bellísimas estampas, tanto de paisajes como de rostros llenos de todo tipo de emociones. Al mismo tiempo, con un encanto genuino, la sencillez y, a su vez, la complejidad de los apartados gráfico y sonoro genera una atmósfera que se vuelve opresiva por momentos y que nos impedirá ser eficientes y mantener la claridad en nuestras decisiones.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por Meridiem Games.

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