Sentimos pena por la pérdida, por nosotros, por la persona que se ha ido. Tenemos la sensación de que no hemos pasado tanto tiempo con la susodicha, que no la hemos escuchado… Pensamos que es nuestra culpa, que tenemos dicho malestar porque hay algo que no hicimos bien. Con todo, si pudiéramos revertir estos impactos negativos en positivos, ¿lo haríamos? ¿Cuán lejos podríamos llegar por la persona a la que más amamos? ¿Venderíais vuestra alma al diablo? Por medio de la pérdida, The Thaumaturge nos ofrece una propuesta que mezcla investigación y rol y que se apoya fuertemente en el caleidoscopio de culturas que era la Varsovia de principios del siglo XX.
La característica principal de esta mitología, que gravita en torno a un buen puñado de mitos de Rusia, es que representa una amplia e imaginativa réplica del mundo circundante, donde el ser humano se ve rodeado de un sinnúmero de seres perversos y espíritus taimados que acechan en todo momento.
Y la obra desarrollada por la gente de Fool’s Theory se ampara en la antigua conciencia rusa para poner de manifiesto un mundo que recorremos a través de los ojos de Wiktor Szulski, nuestro protagonista, que se ve obligado a regresar a las ajetreadas calles de Varsovia para resolver unos asuntos familiares. El don de la taumaturgia también podría considerarse un asunto familiar, ya que lo comparte con sus antepasados. La taumaturgia ha marcado la vida de Wiktor, ligada a la búsqueda de seres de otros mundos y sus anfitriones.
Solo los taumaturgos pueden someter a estos seres, conocidos como salutors, para acceder a secretos ocultos en el alma humana y hablar con la oscuridad, y Wiktor es plenamente consciente de que todos tenemos nuestros demonios…
Un acercamiento a la magia y los milagros
Los juegos de rol son un tipo de juego en el que uno o más jugadores toman un determinado rol, papel o personalidad. Este juego es de naturaleza interpretativa-narrativa en el que los roles son interpretados por los jugadores asumiendo la identidad de personajes imaginarios dentro de una trama en la cual sus decisiones desarrollarán la historia y dirección del juego.
El progreso y desarrollo del juego es espontáneo, en el que se presenta una situación hipotética, la cual deberá ser abordada por los jugadores después de analizar diferentes perspectivas para elegir que acción tomar. Esto quiere decir que nuestros objetivos como jugadores no es solo buscar nuevas emociones, sino también sentirnos identificados con el personaje, supeditado por la forma en la que juguemos, con el fin de ayudarnos en la inmersión y la experiencia.
Aunque no con la misma brillantez que otras propuestas, The Thaumaturge sabe muy bien cómo jugar sus cartas manifestando una experiencia totalmente rolera con muchísima libertad de decisión a la hora de encarar todas y cada una de las situaciones o misiones que se nos van planteando, conociendo nuevos personajes, teniendo un buen puñado de opciones diferentes para conversar con ellos y también de enfocar cómo o cuándo realizar ciertas tareas. Eso y la imperiosa necesidad de que mejoremos con cada encuentro realizado por mediación de combates que se desarrollan por turnos.
Si bien, también nos enseña a ser conscientes de que el libro que portamos es algo más que un recurso argumental, es la fuente de nuestro poder. Un artefacto de poder que nos ayuda en nuestra lucha contra los demonios y bandidos, estableciendo un sistema de combate que realiza distinciones entre las diferentes habilidades que ostentamos en nuestro haber, que van desde acciones ofensivas hasta defensivas, y las que son clave, que son mucho más limitadas.
Los primeros compases de la aventura, cuyo curso de acción se desarrolla durante la mayor parte por medio de varios mapas con un puñado de puntos de interés, que pueden ser obligatorios o totalmente opcionales, son bastante sencillos. Aun así, conforme vamos avanzando y subiendo de nivel, adquirimos nuevos e interesantes modificadores que enriquecen los combates e incluso más habilidades para usar en cada turno.
Al final, hay una progresión definida en The Thaumaturge, una que se mantiene en su parte más rolera y cuando realizamos pequeñas tareas que se basan en el folclore ruso y en el de las tribus finesas del norte de Europa. Tareas en las que conoceremos a gente que nos contará su historia y que ponen a prueba nuestros conocimientos.
El manejo de lo sobrenatural
La ley de causa y efecto se basa en la idea de que toda acción desencadena una consecuencia o un resultado. Esto también sucede con los videojuegos y con este The Thaumaturge, dado que las decisiones que tomemos, con ciertas remembranzas a los libros de “Elige tu propia aventura”, provoca que la historia varíe y pueda ser diferente a la de alguna otra persona, acabando en otro punto distinto. No obstante, esta propuesta está basada especialmente en las elecciones centradas en la ética, los modales, y lo que creemos que es un comportamiento adecuado, o quizá no.
Llegar a los créditos finales no nos llevará más de 20 horas de juego, pero la construcción de la personalidad moral que atesora nuestro protagonista propicia distintas situaciones que se traducen en más de una partida. Su valor rejugable es agradecido.
Taumaturgos, ocultismo y las raíces de toda la magia
Toda sociedad crea historias, y hay algunas que incluso se transmiten en varios países. La pregunta de cómo surgen, como se perpetúan y transforman a lo largo de varias generaciones es algo que ha causado muchos quebraderos de cabeza, pero eso no no quita que aportan su granito de arena.
Aunque sus mecánicas son algo repetitivas, The Thaumaturge apuesta contra la banca atesorando un gran valor, en este caso, la introducción de una mitología no tan extendida por estos lindes. Podrá ser una gigantesca mentira, pero eso no invalida su mensaje, ya que aporta una gran cantidad de valores que van más allá de la personificación de la oscuridad y la sombra que llena todos los rincones y agujeros del mundo.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PC facilitada por Terminals.io.