En la historia de la cinematografía y los videojuegos, el cazarrecompensas ha gozado de un nivel de misterio e intriga envidiable, desarrollándose en un bajo perfil y no cayendo en la proliferación o bien el hartazgo narrativo de otras figuras o estereotipos dentro de los relatos. En la mayoría de los casos, son utilizados como elementos secundarios e incluso terciarios, pero esto no los priva de ser personajes con más de una dimensión, más complejos y mucho más interesantes que los típicos héroes que siempre tienen que obrar en el lado del bien.
A este respecto, la gente de Alawar Premium nos echa una mano, o dos, o tres, con They Always Run, un título que refleja con bastante exactitud la figura real, no mitificada, de estos cazarrecompensas a través de su protagonista, personas que viven en y de las inmediaciones del Poder y que se venden en cuerpo y alma a él a cambio de una recompensa determinada. Bien por un puñado de créditos por cada objetivo abatido, bien en cualquier otra especie que varía dependiendo de la fecha y el lugar. Este es el verdadero rostro del cazarrecompensas que poco o nada tiene que ver con el mitificado por muchos metros del celuloide. Personajes miserables y, en realidad, patéticos.
Viviendo en la zona más peligrosa de la galaxia
El flujo, también conocido como la zona, es un estado mental que experimentamos cuando nos involucramos en algo hasta el extremo de olvidarnos del tiempo, la fatiga y de todo lo demás, exceptuando la actividad en sí misma. En otras palabras, es un estado que se siente de manera liberadora, puesto que nos vemos inmersos en una actividad que estimula nuestras pasiones, intereses y nuestro sentidos. Al final, perdemos la noción del tiempo y se produce un estado de creatividad y productividad muy elevados cuando nos quedamos absortos con un libro o un videojuego.
Porque They Always Run nos sumerge en un estado de flujo por medio de una aventura completamente lineal. Dicho de otra manera, uno simplemente fluye cuando nos hacemos a los mandos de esta propuesta. Con una llamativa dirección de arte y pixel art, cuya composición suele ser de un gran rigor y está sometido a un orden geométrico, al tiempo que los colores son fríos y austeros, así como un desarrollo que combina varios géneros, la obra antes nombrada nos ofrece un sistema de progreso lineal en el que avanzamos y conseguimos cosas.
Desde una suerte de experiencia personal ganada a base de superar diferentes fases hasta el desbloqueo de nuevas habilidades que nos permiten experimentar el juego de formas completamente nuevas. Afortunadamente, cada una de las habilidades que vamos aprendiendo es la solución óptima para eliminar a cierto tipo de enemigos.
Si bien, una de las cosas más satisfactorias de este They Always Run son las secciones de plataformas, muy abundantes y en ocasiones desafiantes, dado que además de los tradicionales saltos, nuestro personaje depende especialmente de la fuerza y agilidad a la hora de moverse. El parkour no es algo precisamente nuevo en la industria que nos ocupa, pues llevamos muchos años viendo propuestas que lo incluyen en mayor o menor medida, si bien, no es menos cierto que últimamente están proliferando muchos títulos que buscan la acción frenética en la velocidad y precisión de nuestros movimientos más que en la violencia, los disparos o las explosiones, que las hay.
Una fórmula ya conocida
Dentro de la ficción, el Universo que creemos conocer es un lugar curioso, con unas leyes que pueden sorprendernos bastante. Aun así, a pesar de toda la belleza que nos ofrece el espacio exterior, no debemos olvidar lo peligroso que puede llegar a ser, ya que este acoge a lo peor de lo peor, desde mercenarios y sindicatos criminales hasta fugitivos buscados por la justicia. El ritmo feroz y la bestial competitividad transforman cada experiencia en una batalla y la capacidad de encontrar a una presa en una galaxia tan enorme requiere también de una cierta preparación intelectual y recursos.
En relación con esto, juegos como They Always Run nos recuerdan la importancia de valorar el beneficio propio por medio de una más que recomendable aventura de acción, plataformas y exploración. Una aventura con una ambientación muy atractiva, y que recogiendo elementos de fórmulas por muchos conocidas, consigue construir algo propio, que tiene mucho encanto. Un juego absorbente y desafiante, que aun con sus fallos, es sorprendentemente adictivo.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por GOPublX Media Relations.