Marcar un antes y un después en la industria del videojuego no es una tarea sencilla, sobre todo porque va más allá de la falta de ejecución. El problema radica en la dificultad de ofrecer una idea hacia algo, a priori sencillo, que pueda tener un alcance masivo. Y si encima ponemos nuestras miras en territorio español, uno, otrora, mucho más inexplorado, las posibilidades de llamar la atención de las voces exteriores, eran mucho más exiguas.
Por suerte, un estudio con sede en Madrid rechazó todo ese escepticismo con el fin de ofrecer a los jugadores una experiencia de juego que revolucionó el género de la estrategia. Eso es lo que hizo la saga Commandos en la industria de los videojuegos en España y más allá.
Y si algo nos enseñó la saga creada por Pyro Studios fue la importancia de no trabajar solos. El trabajo en equipo era fundamental, ya que, pese a nuestra individualidad como individuos, difícilmente podríamos sobrevivir y crear grandes cosas solos. Una individualidad que también está presente en obras como este War Mongrels, un juego de estrategia en tiempo real con perspectiva isométrica que se desarrolla en el frente oriental de la Segunda Guerra Mundial.
La historiografía occidental da énfasis en la guerra Hitler v/s Aliados, pero poco y nada se conoce del frente oriental. La invasión de Alemania contra la URSS es un hecho que definitivamente cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial. Los horrores cometidos por ambos bandos son incontables, la cantidad de víctimas civiles es mayor que en cualquier otro conflicto. El genocidio sistemático cometido contra rusos, ucranianos y alemanes no tiene otra explicación que un nacionalismo fuertemente arraigado.
Y la obra que protagoniza estas líneas se encarga de ofrecernos una visión crítica respecto a las motivaciones de uno u otro bando para su actuar y cómo las naciones perdieron gran parte de su potencial debido al odio irracional a otra nación o también por motivaciones racistas.
Infiltración táctica al estilo Commandos
Todos tenemos una serie de virtudes y defectos que nos convierten en personas únicas. Hay quienes asumen la plena responsabilidad de sus decisiones en un acto de madurez, otros que dan atención a uno mismo y las personas que les rodean, aquellos que se amparan en la sensatez y la prudencia porque entienden el sentido de sus vidas, y quiénes demuestran una voluntad inquebrantable para apostar todo por el presente. War Mongrels toma para sí un grupo de personalidades muy distintas para trabajar en equipo y así llevar a cabo tareas que parecían imposibles en un principio individualmente hablando.
Más o menos es lo que se puede encontrar en obras como Desperados III, y que aquí se replica tomando otro prisma. Bajo una vista cenital y con varios personajes a nuestra disposición, tenemos que abrirnos paso a través de distintos escenarios donde hacemos acopio de las variopintas habilidades protagónicas. Hay quienes son más duchos en el uso de armas de fuego y trampas, mientras que otros disponen de ciertas herramientas para distraer a los enemigos. Unos enemigos que abusan de su campo de visión al más puro estilo la serie Commandos para evitar que nos infiltremos.
Y lo hacen por medio de un diseño de los niveles que está muy trabajado y con varias posibilidades para afrontarlos, de modo que la experiencia para cada jugador puede ser realmente única.
La riqueza a nivel jugable es más que patente y los propios elementos que nos aportan los escenarios también nos regalan una serie de ventajas y desventajas que las diferentes partes enfrentadas usarán a su favor. Una riqueza que se hace todavía más ostensible desde un punto de vista estratégico, dado que a partir del momento en el que empleamos una especie de modo Pausa podremos parar la acción del juego por un tiempo determinado.
De esta manera, seremos capaces de sincronizar las acciones de varios personajes y así ejecutarlas al mismo tiempo; una práctica que quizá sea sumamente bienvenida para todas esas personas que no sean duchas en pleno territorio enemigo y que ofrenda una bienvenida más calurosa con respecto a otras propuestas que son mucho menos agradables.
La guerra en diferente perspectiva
Hay veces que un entorno familiar puede convertirse en un verdadero campo de minas del que es difícil salir ileso. En War Mongrels, las circunstancias que nos propone la Segunda Guerra Mundial harán que tengamos que valernos por nosotros mismos para sobrevivir en un entorno sumamente hostil.
Con un acertado uso de los recursos narrativos y jugables, Destructive Creations consigue ofrecernos una experiencia de gran ritmo y fluidez, manteniendo las intrigas propuestas hasta el último momento, y valiéndose de distintos escenarios amparados en el uso de la materia gris donde cometeremos algunos errores asociados a la desesperación y la presión ante la necesidad de sobrevivir.
¿Estáis listos para sobrevivir a este infierno?
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PlayStation 5 facilitada por Meridiem Games.