¿Estamos solos? ¿Es posible que existan realidades alternativas a la nuestra? Este es uno de los desafíos de la ciencia, y más concretamente de la Física: demostrar que tal hipótesis es posible, y descubrir cómo transportarnos entre universos. Mientras tanto, han surgido un puñado de obras, algunas recién salidas de las viñetas, que se adhieren a la acepción más amplia de multiverso, proponiendo diferentes historias de cómo habrían surgido todos esos mundos y dónde podrían encontrarse.
Por ejemplo, entre las infinitas colecciones publicadas por la editorial Marvel, existe una que tal vez no sea la más mediática, pero que cuenta con varios factores que la convierten en una producción bastante especial y que ha abierto la puerta al mundo de la animación para Marvel Studios. A este respecto, What if…? (¿Qué pasaría si…?) explora momentos clave del universo que nos ocupa, esos que todos conocemos, para después señalar la presencia de un punto de divergencia que provoca determinadas consecuencias, que cambia la realidad que nos rodea.
Contemplando el multiverso
En consecuencia, la serie de marras, al igual que los cómics en los que se basa esta, comienza con Uatu el Vigilante, miembro de la raza de los Vigilantes Extraterrestres, que observa el multiverso y ocasionalmente interviene según las circunstancias.
En cuanto a eso, este primer episodio se centra en la historia del primer vengador, el Capitán América, si bien, sigue una realidad en la que Steve Rogers resulta gravemente herido y Peggy Carter ocupa su lugar convirtiéndose en la primera supersoldado del mundo, siguiendo a grosso modo el arco narrativo de la película homónima. Respecto a las diferencias entre ambas líneas temporales, el cambio de rol no es el único, ni mucho menos, pero la historia presenta una muy particular organización de los predicados, poniendo de manifiesto un escenario narrativo nostálgico-conservador y continuista en su planteamiento.
Distinta estructura, misma historia
Sea como fuere, el mayor atractivo del episodio pertinente es el de mostrarnos a esa sociedad de los años 40 que obliga a las mujeres a vivir a la sombra de los hombres, cuando el poder de compra y de toma de decisiones se centraba en estos últimos. De la misma manera, es capaz de captar el camino heroico de Peggy Carter, explorando su transformación en Capitana Britania y reflexionando sobre cómo afecta el género a la heroicidad a raíz de las posibles dificultades que van apareciendo.
Una máxima que también se aplica en el caso de Steve Rogers, dado que él es una muestra fehaciente de que no se necesitan superpoderes para ser un héroe. A veces basta con ser puro de corazón y tener tesón, y para eso no hace falta ningún suero.
Esta reseña se ha realizado gracias a una suscripción de Disney+.