Dueño de Industrias Stark, el mayor proveedor de armas del ejército de los EEUU. Una mente privilegiada y un prodigio de la ingeniería, pero también un caprichoso multimillonario, un playboy. Está claro que Tony Stark no es un superhéroe convencional. Ni siquiera tiene poderes propios, sólo es un ser humano metido en una armadura con una tecnología muy avanzada. Por no tener, no tiene ni unos principios morales que le sitúan inequívocamente como azote del mal. Su encanto reside sobre todo en las contradicciones de una personalidad dolorosamente humana que aspira a ser útil a la sociedad pero que sucumbe a su egoísmo.
En su historia de origen, un accidente con un artefacto explosivo le alojaba una esquirla de metal en el pecho. Tan sólo el uso de un reactor y de una armadura corporal evitaría que la metralla alcanzara el corazón, provocando su muerte. Debido a este trance, Stark se tomaba conciencia del perverso uso que su tecnología estaba recibiendo. Y así Tony se convertía en un héroe, usando la armadura para sobrevivir y a la vez para combatir el mal en diversas formas.
Los héroes se forjan
Sin embargo, ¿qué pasaría si la humanidad perdiese al héroe que hay tras la armadura? ¿Un mundo sin Iron Man? ¿Un mundo sin los Vengadores? Porque eso es lo que nos propone el episodio 6 de What if…?, planteando un escenario dentro de una cantidad infinita de universos con infinitas posibilidades. Concretamente, un escenario en el que el genio excéntrico y multimillonario es salvado de la bomba, esa que le lleva a convertirse en Iron Man, por Killmonger, antagonista principal de Black Panther. Como consecuencia de esto último, ambos crean una suerte de alianza con el fin de crear un ejército de drones de combate automatizados, poniendo de manifiesto todas esas situaciones derivadas de los conflictos armados frente a los horrores de la guerra. Por supuesto, hay más que eso en juego, mucho más, y la sombra de la traición siempre es alargada.
Ahora bien, cuando creamos una historia, hay que manejar una compleja carpintería, dado que cada aspecto resulta sumamente relevante, desde los personajes y el periodo hasta la posición del narrador. Porque tras finalizar el proceso creador, la obra llega a las manos del espectador, quien empieza a bucear en la historia. Y casi desde el principio hay un anuncio, una pregunta: cuál va a ser el desenlace.
Por desgracia, este episodio 6 de ¿Qué pasaría si…? no ofrece tanto un desenlace que puede ser previsible, lógico, inaudito, triste o enigmático. Más bien sufre un sentimiento de urgencia todo el tiempo, una mezcla de ansiedad, estrés y sentimientos continuos de urgencia que forman un ciclo vicioso adictivo porque solo dispone de 30 minutos para contar una historia. A la postre, la acción se interrumpe antes de llegar verdaderamente al final y es tarea nuestra imaginar qué solución ocurrirá para los conflictos de la historia y determinar el destino de todos sus personajes, sobre todo el de Killmonger, alguien que solo quiere ver el mundo arder.
Esta reseña ha sido realizada gracias a una suscripción de Disney+.