Por muchos es sabido que los videojuegos de terror reflejan el contexto, el cual está marcado por la cultura del miedo y la sociedad del riesgo, confirmándose así que las obras amparadas en el horror reflejan variables como la vulnerabilidad, el riesgo, la incertidumbre o la necesidad de supervivencia. Esta atmósfera de terror se consigue arrebatando el control sobre las amenazas al jugador, generando una situación de miedo permanente que, al igual que en la sociedad del riesgo y la cultura del miedo, el jugador no solo tiene que enfrentar los peligros reales, sino también, los potenciales e imaginarios.
En cierto modo, Haunted Bloodlines, un juego de terror y supervivencia en primera persona cuya historia se ambienta en una mansión abandonada, plantea una paradoja constante que afecta al raciocinio que el jugador durante la experiencia, pues no se trata de predecir los eventos aleatorios, sino de reconocer diversas formas del entorno y valorar la actuación en consecuencia. Tanto es así que la aleatoriedad puede presentarse de muchas formas, siendo la más común la referida a aquellos espacios que permanecen oscuros al tratar de encender una luz, pues esta puede o no funcionar.
Haunted Bloodlines, una crónica de terror psicológico
Por lo demás, Haunted Bloodlines se niega en redondo a ofrecer mecánicas más allá de atravesar una u otra puerta o la resolución de puzles varios; es un juego pensado para ser más vivido que jugado, igual que una atracción de feria.
La apuesta es clara desde el primer momento, y aunque pueda parecer poco ambiciosa, que lo es, lo cierto es que las fichas del casino están colocadas en otro número, pero están: el de la fe en el jumpscare como dogma —el mal llamado susto fácil—, y este no es el mejor ejemplo de todos, dado que los sobresaltos y los momentos inquietantes no están demasiado trabajados, desde la manera en que se va fraguando la tensión psicológica hasta la creatividad en el portazo que la libera.
Al final, el juego que protagoniza estas líneas es todo eso, un lugar en el que la oscuridad y los enigmas lo invaden todo. La primera parte de la experiencia consiste en un túnel del terror con muy pocas mecánicas en su haber, en la que la ambientación, los efectos de luz y sonido están presentes en cada vagón. En la segunda, deberemos defendernos de elementos que solo habitan en nuestras peores pesadillas… un elenco que se encargarán de ponérnoslo difícil y que prometen un macabro viaje a lo más profundo del terror.
Un viaje que llegará próximamente a PC a través de Steam.
Estas impresiones han sido realizadas gracias a una clave anticipada de PC facilitada por PressEngine.