Con el paso de los años, el desarrollo de videojuegos ha ido mutando. Gracias a la llegada de nuevas tecnologías y la continua mejora en lo que a las técnicas de desarrollo y propuestas creativas se refiere, los juegos han evolucionado hasta lo que tenemos hoy en día. Como consecuencia, algunos géneros se han desgastado, pues el desarrollo técnico y las tendencias han terminado por desplazar cierto tipo de videojuegos que ya no son llamativos para el mercado. Ahora bien, hay otros géneros o subgéneros que han perdurado en el tiempo, pues son la base para la mayoría de los videojuegos exitosos de la actualidad. En esta categoría está el subgénero Souls (o Souls-like), siendo uno de los más famosos de la actualidad, al igual que uno de los más explotados por los desarrolladores.
La verdad por delante. Puede que parezca que Mandragora: Whispers of the Witch Tree acuda a ciertos lugares comunes del videojuego moderno (el componente soulslike, su mecánicas de looteo y farmeo…), pero pese a coincidir con tendencias exitosas en el mercado hay una notable pulsión creativa de fondo con una idea bastante clara que explica en cierta manera el carisma tan arrollador que tiene este juego en cuanto lo ves.
Un mundo de fantasía oscura
Por ejemplo, la construcción de su mundo oscuro y decadente, pero también con destellos brillantes que dejan intuir una sociedad que se niega a caer rendida a una inquisición tenebrosa y perturbadora. Esto se refleja también en el diseño del escenario y en la dirección artística general del juego: no tenemos palabras para definir lo bonito que es Mandragora: Whispers of the Witch Tree y lo bien llevado que está su apartado gráfico.
Este curioso estilo no solo es llamativo por la utilización de texturas de trazo fluido que se ven poco en el videojuego, sino que también juega con las proporciones de los personajes y de los entornos, con sus formas y con las perspectivas que utiliza, dándole un giro muy interesante a la vista lateral tan utilizada en videojuegos, pero que pocas veces vemos buscar con tanto ahínco como aquí una sensación de profundidad.
Y lo mejor de este estilo artístico es que resulta ambivalente tanto para ser llamativo como producto como para propiciar un diseño de niveles, al más puro estilo metroidvania, que hace mucho por desafiar al jugador a explorar cada rincón de los escenarios. Y es digno de alabar que con este formato visual el juego se guarde tanta sorpresa, tantos caminos alternativos y sepa llevar esto también gracias a unas decisiones casi imperceptibles: gracias a unas sombras y a unos encuadres que hacen que sea ciertamente sutil la presencia de algunos caminos secundarios, Mandragora: Whispers of the Witch Tree consigue que la exploración sea muy satisfactoria, muy gratificante y sobre todo consigue recompensar al jugador más curioso.
En Mandragora: Whispers of the Witch Tree aprendes pronto que cualquier pequeño conato de camino o de espacio abierto puede llevarte a un nuevo lugar: si ves un pequeño hueco por el que puedes caminar, seguramente va a haber un camino a descubrir. Y eso puede llevar a muchas cosas, desde un cofre con una recompensa (que puede ser mejor o peor), hasta una zona secundaria, un atajo que desbloquear para que después llegar al mismo sitio no sea tan fastidioso, o incluso un enfrentamiento contra un enemigo probablemente más poderoso de la cuenta.
Un reto a la altura
Pero hasta ahora no hemos hablado de la que quizás sea una de las principales bazas de Mandragora: Whispers of the Witch Tree: el combate. Aquí es fácil esperar un juego tipo Souls, con prácticamente todos los esquemas de movimiento y mecánicas que tiene que tener un juego de estas características. Es un combate lento, pesado, con botón para rodar y un botón para atacar, al que se le introduce cierto aliño para que tenga un toque más de habilidades y magias especiales, para que no sea simplemente un juego de pegar y esquivar, sino que puedas desplegar una estrategia y una build más personalizada y más adaptada a tu tipo de juego.
Realmente podemos decir muchas cosas buenas del sistema de combate que ya están presentes y pulidas en el acceso anticipado y que solo podrían requerir, como mucho, algún afinado más: las cajas de colisión funcionan muy bien, los enemigos tienen un comportamiento muy bueno en combate. En general, creemos que el combate de Mandragora: Whispers of the Witch Tree es un sistema que está muy bien llevado, que funciona y que hace que tengas que tener muy en cuenta ciertas cosas.
Quizás no llegue a ser tan exigente para los más curtidos en los soulslikes (tampoco es que le haga falta), auténticos expertos en escudriñar este tipo de sistemas, pero es algo que en general parece estar bastante bien equilibrado. No se le ven flaquezas a este combate; parece ser una de las cosas que más se ha trabajado junto con el diseño visual y con el diseño de niveles, convirtiéndose en las tres principales fortalezas de este acceso anticipado a Mandragora: Whispers of the Witch Tree.
Bienvenidos al reino de la Entropía
Interesante, divertido y con una historia mucho más interesante de lo que cabría esperar y más, todas esas mezclas de género que Mandragora: Whispers of the Witch Tree hace con sutileza y gracia funcionan bien, porque a todas prácticamente les sabe aportar una pizca de carisma propio partiendo de su magnífico apartado gráfico, que también entronca con su diseño de niveles -que honestamente nos ha parecido de lo mejor del juego-, pasando también a su combate, muy bien refinado y pulido que seguramente pueda tener retoques y ajustes para ser todavía mejor.
Estas impresiones han sido realizadas gracias a una clave de acceso anticipado para Steam facilitada por Jesús Fabre.