Moses & Plato

Parece que el ser humano cuenta con una curiosidad innata por encontrar una explicación a cualquier misterio con el que se cruce. La emoción de ir descubriendo nuevos datos que aumenten el conocimiento sobre el contexto y acercarnos, en consecuencia, a la verdad es algo de lo que nunca nos cansamos. Probablemente por eso cuenta con tantos adeptos el género whodunit –quién lo hizo​– y, entre otros, los detectives Sherlock Holmes –el famoso sabueso de Arthur Conan Doyle– o Hércules Poirot –el célebre personaje de Agatha Christie–.

Aunque en la actualidad estas dos personalidades han pasado el testigo a otros muchos personajes, no es menos cierto que el asesinato como motor de la acción no ha pasado de moda. Y un claro ejemplo de ello es el videojuego Moses & Plato – Last Train to Clawville, que ya en su demo, a pesar de no ver una gota de sangre, nos muestra el preludio de lo que está por venir, como abriendo el telón de forma lenta pero evocativa.

Instinto hiperdesarrollado

Moses & Plato – Last Train to Clawville parte de la clásica y siempre fiable mecánica del point and click. Así, a lo largo y ancho de todos sus delicados escenarios, debemos inspeccionar cada rincón con el fin de hallar información que dé contexto a nuestro detectivesco propósito. Si bien, sin olvidar nunca la parte cánida y felina de nuestros protagonistas, las principales interacciones recaen en unos peludos personajes en forma de tigre blanco, lobo o conejo, entre otros, sobre los que elegiremos entre las opciones de mirar, hablar, preguntar e interrogar –siempre y cuando hayamos sido testigos de algún comentario serio proveniente de una fuente que creamos fiable–. 

Todo esto es un medio para conseguir más datos con los que poder anticiparnos a lo que todo apunta a un más que posible asesinato. Y las evidencias las obtenemos de las alternativas previamente elegidas, especialmente durante las conversaciones y las preguntas, unas variables que aumentarán​ a medida que exploremos los entornos y que se traducen en información de nuevos personajes, de nuevos temas de conversación y, a su vez, de nuevas pruebas y relaciones.

Sin embargo, todo lo anterior se concentra en el jardín mental de Moses, un lugar donde confluyen y se sintetizan todos los datos recabados en la realidad. De este modo, encontramos diversos espacios para almacenar la información​ relativa al contexto de la historia, a los personajes –con una descripción de su posición social, además de la especie a la que pertenece–, a las relaciones entre los personajes –en forma de lienzo en blanco para crear uno mismo las líneas y el tipo de relación– y a las pistas –con una serie de incógnitas que se convertirán en afirmaciones cuando contemos con el conocimiento suficiente–.

Y por si esto fuera poco, Moses & Plato – Last Train to Clawville tiene muy en cuenta qué tipo de protagonista estamos controlando. Por este motivo, y como consecuencia de encarnar a un zorro, contamos en nuestra baraja de posibilidades con el uso de unos desarrollados sentidos, más concretamente de la vista, el oído y el olfato, que, como animal que somos, nos brindarán nuevos datos que no se aprecian a simple vista.

Conflictos internacionales en estado puro

Si hasta aquí Moses & Plato – Last Train to Clawville ya ha demostrado ser un juego con personalidad propia, lo más interesante del título que nos ocupa reside en su argumento y en los temas que trata. A partir de una trama sobre conflictos internacionales, se deja entrever cómo se tejen y transforman las relaciones entre los propios dirigentes, unas personas que son representantes de unos territorios con sus fortalezas, debilidades e historia pasada. Así, se conforma el caldo de cultivo perfecto para las venganzas, traiciones y sospechas varias.

Por otra parte, la demo se nos presenta doblada al inglés prácticamente en su totalidad, con unos textos, al menos de momento, en el mismo idioma. Pero esto es solo una parte de lo que tiene que ofrecer, puesto que Moses & Plato – Last Train to Clawville también tiene hueco para un minijuego que mezcla las cartas con el cuatro en raya y para meternos cierta presión en el cuerpo a causa de la existencia de un reloj de bolsillo que consultaremos regularmente y que nos acota algunos pasajes, probablemente para incitarnos a decidir qué acciones llevar a cabo para optimizar el tiempo.

Pasajeros al tren

Dejándonos con la miel en los labios como toda buena demo que se precie, Moses & Plato – Last Train to Clawville nos presenta una dupla que apunta a cerebro y músculo, bien complementada aunque no del todo equilibrada. En todo caso, la premisa parece orientarse hacia una experiencia final en la que las apariencias engañan y con una alta dosis de idas y venidas que harán las delicias de toda aquella persona que disfrute de una buena historia, no sin la ayuda del propio juego y las facilidades que ofrece.

Asimismo, solo queda estar pendiente de la fecha de lanzamiento de Moses & Plato – Last Train to Clawville para disfrutar de la nueva aventura de The Wild Gentlemen, el estudio a cargo de Chicken Police o Zipp’s Café, unos títulos que comparten referencias, como ciudades y personajes, con el videojuego que ha protagonizado estas impresiones. Un precedente que hace apuntar a maneras a este nuevo misterio.

Estas impresiones han sido realizadas gracias a una copia digital de PC facilitada por Toge Productions.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí