El fin del mundo ha sido uno de los temas más recurrentes de la ciencia ficción y no son pocos los autores que han imaginado una y otra vez como sería el fin de nuestros días acudiendo a virus, glaciaciones, plagas zombi, catástrofes naturales y muchos otros motivos.
Por ejemplo, el apocalipsis zombi es un tema que desde hace décadas está sobre la mesa y cuya ficción siempre se debate sobre si podría ocurrir en la vida real. Y si bien es cierto que hasta el día de hoy no es algo que haya pasado, lo cierto es que es una cultura que encanta y que siempre da mucho de qué hablar. Después de todo, en la actualidad existen varios conceptos de lo que podría llamarse cultura zombi y que nos asustan de tantas formas, pues nos hablan de pérdida de identidad, del riesgo de que algún experimento salga mal y nos estremecen al pensar que el virus zombi puede expandirse como cualquier otro virus de nuestro tiempo.
Y si nos asustan de tantas maneras, ¿por qué no llevar a cabo juegos como Undying?
Un destino inevitable
Desarrollado por la gente de Vanimals, nos encontramos delante de una aventura de supervivencia con zombies y protagonizada por dos personas. Por un lado tenemos a Anling, infectada por un mordisco de zombi, por lo que sus días están más que contados, y por otro lado a su hijo Cody. Y una crisis como la que están viviendo les enseñan a marchas forzadas que todo puede ponerse patas arriba de un momento a otro. Dicho de otra manera, la situación cambia de forma radical, pero deben adaptarse a ella para sobrevivir al mismo tiempo que tratan de encontrar el equilibrio adecuado entre la búsqueda de recursos y la gestión de las habilidades.
De todo se aprende. Dicen que incluso de las peores situaciones es de las que mayor aprendizaje se extrae. Y en el caso de Anling, esta no debe olvidar todo lo aprendido en las situaciones adversas.
Que la enfermedad que padece nuestra protagonista tenga un desarrollo lento permite asimilar su historia con el caso de una enfermedad terminal como el cáncer. La transformación no ocurrirá de la noche a la mañana, sino que se extenderá por varios días, replicando lo que ocurre en ese tipo de situaciones. La inevitabilidad del resultado también es asumida por Anling, quien se enfrenta al dilema de extender su vida a pesar del sufrimiento que trae aparejado o bien ponerle fin de forma inmediata a lo que está ocurriendo, lo que aumenta el carácter trágico de este Undying.
Infancia acelerada
Otro de los aspectos interesantes que explora la trama de Undying es la idea de que este no termina en la muerte, sino con otro sendero que debe recorrer Cody a solas. Y aunque es necesario recordar que los niños, por más adelantados y desarrollados que parezcan, siempre serán niños por dentro, todos cambian, bien como efecto de la experiencia o, simplemente, porque lo necesitan. No siempre es fácil asumir los cambios que nos rodean, como tampoco lo es, que los demás entiendan los propios.
Por otra parte, cuando somos pequeños, recibimos y absorbemos toda clase de enseñanzas de los adultos con los que vivimos, quienes se convierten en maestros constantes. Lo que hagan, tanto bueno como malo, es ejemplo para nosotros, y aun cuando esos primeros años no entendemos o no nos agradan ciertas enseñanzas, conforme avanzamos en la vida y nos convertimos también en adultos entendemos el porqué de muchas cosas. Nos brindan las herramientas necesarias para que podamos alcanzar ese futuro que los más mayores esperan y quieren.
Sin embargo, Undying pone de manifiesto la crudeza de una infancia arrebatada y la mejor premisa de la que parte es su realismo descarnado, su capacidad para despertar en el jugador la sensación, casi inconsciente, de que debería asumir la suerte que tiene por poder llevar una vida normal.
Estas impresiones han sido realizadas gracias a una copia digital de PC facilitada por Skystone Games Inc.